domingo, 30 de diciembre de 2012

Cuatro baladas amarillas

I
En lo alto de aquel monte
un arbolito verde.

Pastor que vas,
pastor que vienes.

Olivares soñolientos
bajan al llano caliente.

Pastor que vas,
pastor que vienes.

Ni ovejas blancas ni perro
ni cayado ni amor tienes.

Pastor que vas.
Como una sombra de oro,
en el trigal te disuelves.

Pastor que vienes.


II
La tierra estaba
amarilla.

Orillo, orillo,
pastorcillo.

Ni luna blanca
ni estrella lucían.

Orillo, orillo,
pastorcillo.

Vendimiadora morena
corta el llanto de la viña.

Orillo, orillo,
pastorcillo.


III
Dos bueyes rojos
en el campo de oro.

Los bueyes tienen ritmo
de campanas antiguas
y ojos de pájaro.
Son para las mañanas
de niebla, y sin embargo
horadan la naranja
del aire, en el verano.
Viejos desde que nacen
no tienen amo
y recuerdan las alas
de sus costados.
Los bueyes
siempre van suspirando
por los campos de Ruth
en busca del vado,
del eterno vado,
borrachos de luceros
a rumiarse sus llantos.

Dos bueyes rojos
en el campo de oro.

IV
Sobre el cielo
de las margaritas ando.
Yo la imagino esta tarde
que soy santo.

Me pusieron la luna
en las manos.
Yo la puse otra vez
en los espacios
y el Señor me premió
con la rosa y el halo.

Sobre el cielo
de las margaritas ando.

Y ahora voy
por este campo
a librar a las niñas
de galanes malos
y dar monedas de oro
a todos los muchachos.

Sobre el cielo
de las margaritas ando.

Federico García Lorca: Primeras canciones (1921-1932) (1936)

Versións:
Daniel Viglietti: Dos baladas amarillas I; Dos baladas amarillas II; Canciones para el hombre nuevo; 1967; Pistas 14 e 15





Daniel Viglietti: Dos baladas amarillas I; Dos baladas amarillas II; Canciones para mi América; 1968; Pistas 17 e 18

(Reedición da versión do disco Canciones para el hombre nuevo, do ano 1967)




Vicente Monera: Balada amarilla; www.musicaypoemas.com; 2008;

viernes, 28 de diciembre de 2012

A una calavera de mujer

Soneto XLIII

Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.

Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;

aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.

¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
¿En donde tanta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento?

Lope de Vega: Rimas sacras (1614)

Versións:
Vicente Monera: A una calavera; www.musicaypoemas.com; 2010;

Dejadme en el jardín fragante

Dejadme en el jardín fragante, porque quiero
ver el sol en el agua blanca de mariposas;
pues si esta tarde de oro pasa el frío y me muero,
me llevaré mi alma toda llena de rosas…

Ahora que están mis ojos llenos de luz florida,
por Dios, dejadme solo; mi carne es poco fuerte;
quiero oir lo que dice la brisa de la vida
y tan poco jardín de la vida a la muerte…

Juan Ramón Jiménez: Elegías puras (1908)

Versións:
Carmen Linares: Dejadme en el jardín fragante; Raices y alas; 2008; Pista 2

Al borrarse la nieve, se alejaron

Al borrarse la nieve, se alejaron
los montes de la sierra.
La vega ha verdecido
al sol de abril, la vega
tiene la verde llama,
la vida, que no pesa;
y piensa el alma en una mariposa,
atlas del mundo, y sueña.
Con el ciruelo en flor y el campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas,
con las primeras zarzas que blanquean,
con este dulce soplo
que triunfa de la muerte y de la piedra,
esta amargura que me ahoga fluye
en esperanza de Ella...

Antonio Machado: Campos de Castilla. Poesías completas (1917)

Versións:
Vicente Monera: Al borrarse la nieve; www.musicaypoemas.com; 2008;

jueves, 27 de diciembre de 2012

Desaparecidos

Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos,
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas ordenando sus sueños, sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada
nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos
ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen
cuando empezaron a desaparecer
hace tres cinco, siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo
cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían
están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy, vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio

Mario Benedetti: Geografías (1982-1984) (1984)

Versións:



Mario Benedetti e Daniel Viglietti: Desaparecidos / Otra voz canta / Esa batalla*; A dos voces, vol.2**; 1987; Pista 4



Mario Benedetti e Daniel Viglietti: Desaparecidos / Otra voz canta / Esa batalla*; A dos voces, vol.1 e 2; 1994; Pista 12

(Remasterización das grabacións orixinais dos anos 1984 e 1985)



Daniel Viglietti e Mario Benedetti: Otra voz canta*** / Desaparecidos; A dos voces. En vivo en Buenos Aires. 1993; 1994; CD-Libro; Pista 4



*[A versión musical alterna o recitativo deste poema de Benedetti coa musicalización do poema de Circe Maia, Otra voz canta, na voz de Viglietti e remata co recitativo do poema Esa batalla de Benedetti.]
**[Grabado en vivo no Cine 18 de Julio de Montevideo, o 6 de Maio de 1985]
***[A versión musical de Benedetti e Viglietti alterna o recitativo deste poema de Benedetti coa musicalización do poema de Circe Maia, Otra voz canta, na voz de Viglietti]

viernes, 21 de diciembre de 2012

Amor constante, más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo: El Parnaso español, monte en dos cumbres dividido con las nueve musas castellanas (1648)

Versións:
Ángel Corpa: Cerrar podrá mis ojos...; Cansonetos; 2007; Pista 8



Vicente Monera: Amor constante más allá de la muerte; www.musicaypoemas.com; 2008;

Delirio incrédulo

Bajo la flor, la rama
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá? Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada
la nada, óyelo bien, mi alma
duérmete, aduérmete en la nada
si pudiera, pero hundirme.

Ceniza de aquel fuego, oquedad
agua espesa y amarga
el llanto hecho sudor
la sangre que en su huida se lleva la palabra
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
De verdad ¿es que no hay nada? Hay la nada
Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.

Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento
Mira en tu pupila misma dentro
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.

Mas no puedo. Ojos y oídos son ventanas
Perdido entre mí mismo no puedo buscar nada
no llego hasta la Nada.

Roma. Enero 1950. Hotel d'lnghilterra

María Zambrano: República de las letras (2004)*

Versións:
Amancio Prada: Delirio incrédulo; Escrito está; 2001; Pista 10



Paco Damas e Rozalén: Delirio del incrédulo; Las sin sombreros; 2017; Pista 1



*[María Zambrano: La hora de la penumbra: Textos literarios y textos inéditos de María Zambrano; República de las letras; nº 84-85; 2º trimestre 2004; Madrid; pax. 245]

Canción tonta

Mamá.
Yo quiero ser de plata.

Hijo,
tendrás mucho frío.

Mamá.
Yo quiero ser de agua.

Hijo,
tendrás mucho frío.

Mamá.
Bórdame en tu almohada.

¡Eso sí!
¡Ahora mismo!

Federico García Lorca: Canciones (1921-1924) (1927)

Versións:
Ana Belén: Canción tonta; Lorquiana. Poemas de Federico García Lorca; 1998; Pista 8



Vicente Monera: Canción tonta; www.musicaypoemas.com; 2008;



Atilio y Los Alimonados: Canción tonta; Atilio y Los Alimonados cantan Lorca; 2013; Pista 6

jueves, 20 de diciembre de 2012

Balada de un día de Julio

Esquilones de plata
Llevan los bueyes.

  —¿Dónde vas, niña mía,
De sol y nieve?

  —Voy a las margaritas
Del prado verde.

  —El prado está muy lejos
Y miedo tiene.

  —Al airón y a la sombra
Mi amor no teme.

  —Teme al sol, niña mía,
De sol y nieve.

  —Se fue de mis cabellos
Ya para siempre.

  —Quién eres, blanca niña.
¿De dónde vienes?

  —Vengo de los amores
Y de las fuentes.

  Esquilones de plata
Llevan los bueyes.

  —¿Qué llevas en la boca
Que se te enciende?

  —La estrella de mi amante
Que vive y muere.

  —¿Qué llevas en el pecho
Tan fino y leve?

  —La espada de mi amante
Que vive y muere.

  —¿Qué llevas en los ojos,
Negro y solemne?

  —Mi pensamiento triste
Que siempre hiere.

  —¿Por qué llevas un manto
Negro de muerte?

  —¡Ay, yo soy la viudita
Triste y sin bienes!
Del conde del Laurel
De los Laureles.

  —¿A quién buscas aquí
Si a nadie quieres?

  —Busco el cuerpo del conde
De los Laureles.

  —¿Tú buscas el amor,
Viudita aleve?
Tú buscas un amor
Que ojalá encuentres.

  —Estrellitas del cielo
Son mis quereres,
¿Dónde hallaré a mi amante
Que vive y muere?

  —Está muerto en el agua,
Niña de nieve,
Cubierto de nostalgias
Y de claveles.

  —¡Ay! caballero errante
De los cipreses,
Una noche de luna
Mi alma te ofrece.

  —Ah Isis soñadora.
Niña sin mieles
La que en bocas de niños
Su cuento vierte.
Mi corazón te ofrezco,
Corazón tenue,
Herido por los ojos
De las mujeres.

  —Caballero galante,
Con Dios te quedes.

  —Voy a buscar al conde
De los Laureles...

  —Adiós mi doncellita,
Rosa durmiente,
Tú vas para el amor
Y yo a la muerte.

  Esquilones de plata
Llevan los bueyes.

  —Mi corazón desangra
Como una fuente.

Federico García Lorca: Libro de poemas (1918-1920) (1921)

Versións:
Vicente Monera: Balada de un día de Julio; www.musicaypoemas.com; 2008;

miércoles, 19 de diciembre de 2012

A mis soledades voy

A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.


¡No sé qué tiene la aldea
donde vivo y donde muero,
que con venir de mí mismo
no puedo venir más lejos!

Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.


Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.

De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.

El dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento,
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.

La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo,
su locura en su arrogancia,
mi humildad en su desprecio.

O sabe naturaleza
más que supo en otro tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.

Sólo sé que no sé nada,
dijo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.

No me precio de entendido,
de desdichado me precio,
que los que no son dichosos,
¿cómo pueden ser discretos?

No puede durar el mundo,
porque dicen, y lo creo,
que suena a vidrio quebrado
y que ha de romperse presto.

Señales son del jüicio
ver que todos le perdemos,
unos por carta de más
otros por cartas de menos.

Dijeron que antiguamente
se fue la verdad al cielo;
tal la pusieron los hombres
que desde entonces no ha vuelto.

En dos edades vivimos
los propios y los ajenos:
la de plata los extraños
y la de cobre los nuestros.

¿A quién no dará cuidado,
si es español verdadero,
ver los hombres a lo antiguo
y el valor a lo moderno?

Dijo Dios que comería
su pan el hombre primero
con el sudor de su cara
por quebrar su mandamiento,

y algunos inobedientes
a la vergüenza y al miedo,
con las prendas de su honor
han trocado los efectos.

Virtud y filosofía
peregrina como ciegos;
el uno se lleva al otro,
llorando van y pidiendo.

Dos polos tiene la tierra,
universal movimiento;
la mejor vida el favor,
la mejor sangre el dinero.

Oigo tañer las campanas,
y no me espanto, aunque puedo,
que en lugar de tantas cruces
haya tantos hombres muertos.

Mirando estoy los sepulcros
cuyos mármoles eternos
están diciendo sin lengua
que no lo fueron sus dueños.

¡Oh, bien haya quien los hizo,
porque solamente en ellos
de los poderosos grandes
se vengaron los pequeños!

Fea pintan a la envidia,
yo confieso que la tengo
de unos hombres que no saben
quién vive pared en medio.


Sin libros y sin papeles,
sin tratos, cuentas ni cuentos,
cuando quieren escribir
piden prestado el tintero.

Sin ser pobres ni ser ricos,
tienen chimenea y huerto;
no los despiertan cuidados,
ni pretensiones, ni pleitos.

Ni murmuraron del grande,
ni ofendieron al pequeño;
nunca, como yo, afirmaron
parabién, ni pascua dieron.

Con esta envidia que digo
y lo que paso en silencio,
a mis soledades voy,
de mis soledades vengo.


Lope de Vega: La Dorotea, Acto Iº, Escena 4ª (1632)

Versións:
José Menese: A mis soledades voy (soleá); A mis soledades voy, de mis soledades vengo*; 2005; Pista 2


Vicente Monera: A mis soledades voy; www.musicaypoemas.com; 2010


*[CD+DVD que recolle o recital deste cantaor no Teatro da Maestranza de Sevilla o 13 de Setembro de 2004, no marco da XIIIª Bienal do Flamenco]

martes, 18 de diciembre de 2012

Del verbo divino

Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino:
¡si le dais posada!

San Juan de la Cruz: Otros poemas (1584)

Versións:
Amancio Prada e Coro da Escolanía de Segovia: Del verbo divino; Canciones del alma; 2002; Pista 14



Amancio Prada e Coro da Escolanía de Segovia: Del verbo divino; Concierto de amor vivo; 2007; Pista 6

(Directo da versión do disco Canciones del alma, do ano 2002)




Amancio Prada e o Coro da Escolanía de Segovia: Del verbo divino; 30 Semana da Música Sacra de Segovia; 4/4/2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Cómo vive esa rosa ...?

RIMA XXII

¿Cómo vive esa rosa que has prendido
junto a tu corazón?
Nunca hasta ahora contemplé en el mundo
junto al volcán la flor.

Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas y leyendas (1871)

Versións:
Benito Moreno: ¿Cómo vive esa rosa …? (XXII); G.A. Bécquer. Rimas; 1979; Pista 2


¿A qué me lo decís?

RIMA XXXIX

¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable,
es altanera y vana y caprichosa.
Antes que el sentimiento de su alma
brotará el agua de la estéril roca.

Sé que en su corazón, nido de sierpes,
no hay una fibra que al amor responda;
que es una estatua inanimada... pero...
¡es tan hermosa!!

Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas y Leyendas (1871)

Versións:
Benito Moreno: ¿A qué me lo decís? (XXXIX); G.A. Bécquer. Rimas; 1979; Pista 12

Del salón en el ángulo oscuro

RIMA VII

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga «Levántate y anda»!

Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas y Leyendas (1871)

Versións:
Benito Moreno: Del salón en el ángulo oscuro (VII); G.A. Bécquer. Rimas; 1979; Pista 1



Calixto Sánchez: Tientos; De la lírica al cante; 1996; Pista 6



Benito Moreno: Del salón en el ángulo oscuro; La palabra más tuya. Cantando a Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer (VVAA); 2007; Pista 1

(Reedición da versión do disco G.A. Bécquer. Rimas, do ano 1979)



Vicente Monera: Rima VII: "Del salón en el ángulo oscuro"; www.musicaypoemas.com; 2008

domingo, 16 de diciembre de 2012

Del pasado efímero

Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.
Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.
Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.
Sólo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.
Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.
Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.
Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.
Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.

Antonio Machado: Campos de Castilla. Poesías completas (1917)

Versións:
Joan Manuel Serrat: Del pasado efímero; Dedicado a Antonio Machado, poeta; 1969; Pista 7

sábado, 15 de diciembre de 2012

Del ay al ay por el ay

Hijo soy del ay, mi hijo,
hijo de su padre amargo.
En un ay fui concebido
y en un ay fui engendrado.

Dolor de macho y de hembra
frente al uno el otro: ambos.
En un ay puse a mi madre
el vientre disparatado:
iba la pobre –¡ay, qué peso!–
con mi bulto suspirando.
–¡Ay, que voy a malparir!
¡Ay, que voy a malograrlo!
¡Ay, que me apetece esto!
¡Ay, que aquello será malo!
¡Ay, que me duele la madre!
¡Ay, que no puedo llevarlo!
¡Ay, que se me rompe él dentro,
ay, que él afuera! ¡Ay, que paro!
En un ay nací: en un ay
y en un ay, ¡ay! fui criado.

–¡Ay, que me arranca los pechos
a pellizcos y a bocados!
¡Ay, que me deja sin sangre!
¡Ay, que me quiebra los brazos!
¡Ay, que mi amor y mi vida
se quedan sin leche, exhaustos!
¡Ay, que enferma! ¡Ay, que suspira!
¡Ay, que me sale contrario!


Del ay al ay, por el ay,
a un ay eterno he llegado.
Vivo en un ay, y en un ay
moriré cuando haga caso

de la tierra que me lleva
del ay al ay trasladado.
¡Ay!, dirá, solo, mi huerto;
¡ay!, llorarán mis hermanos;
¡ay!, gritarán mis amigos,

y ¡ay!, también, cortado, el árbol
que ha de remitir mi caja,
ya tal vez sobre lo alto,
ya tal vez bajo los filos
del hacha fiera en la mano.
El mundo me duele: ¡ay!
Me duele el vicio, y me paso
las horas de la virtud
con un ay entre los labios.
¡Ay, qué angustia! ¡Ay, qué dolor
de cielos, mares y campos;
de flores, montes y nieves;
de ríos, voces y pájaros!

Por palicos y cañicas
¡ay!, me veo sustentado.
El lilio no me hace señas,
¡ay!, con pañuelito cano.
Las pitas no me defienden,
con sus espadones áridos,
del demonio. Las palmeras
no me quieren hacer alto
por más que viva a la sombra
de estrella de sus palacios.
No me pone la naranja
el ojo redondo y claro,
ni con sus luces porosas
el limón el gusto amargo.
Y ¡adiós!, el aire me dice
cuando pasa por mi lado.

La inmovilidad del monte
no lleva mi sangre al paro,
ni hacia los cielos me tiran
honda ruda y puro raso,
y tengo la carne siempre
pechiabierta a los pecados.
Sucias rachas tumban todas
las cometas que levanto,

y todos los ruy-señores
esquivos y solitarios
se burlan de ver mis sitios
malamente acompañados.
¡Ay!, todo me duele: todo:
¡ay!, lo divino y lo humano.
Silbo para consolar
mi dolor a lo canario,
y a lo ruy-señor, y el silbo,
¡ay! me sale vulnerado.

Miguel Hernández: Poemas sueltos (1933-1934). Obras completas (1976)*

Versións:
Joan Manuel Serrat: Del Ay, al Ay por el Ay; Hijo de la luz y de la sombra; 2010; Pista 2



*[Miguel Hernández: Obra poética completa; Introducción, estudio y notas de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia; Col. Biblioteca Promoción del pueblo, serie P, nº 92; Editorial ZERO, S.A.; Madrid; 1976; ISBN.: 84-317-0390-3]

De árbol a árbol

A Ambrosio y Silvia

Los árboles
¿serán acaso solidarios?

¿Digamos el castaño de los Campos Elíseos
con el quebrancho de Entreríos
o los olivos de Jaén
con los sauces de Tacuarembó?

¿Le avisará la encina de Westfalia
al flaco alerce de Tirol
que administre mejor su trementina?

Y el caucho de Pará
o el baobab en las márgenes del Cuanza
¿provocarán al fin la verde angustia
de aquel ciprés de la Misión Dolores
que cabeceaba en Frisco
California?

¿Se sentirá el ombú en su pampa de rocío
casi un hermano de la ceiba antillana?

Los de este parque o aquella floresta
¿se dirán de copa a copa que el muérdago
otrora tan sagrado entre los galos
ahora es apenas un parásito
con chupadores corticales?

¿Sabrán los cedros del Líbano
y los caobos de Corinto
que sus voraces enemigos
no son la palma de Camagüey
ni el eucalipto de Tasmania
sino el hacha tenaz del leñador
la sierra de las grandes madereras
el rayo como látigo en la noche?

Mario Benedetti: Cotidianías (1978-1979) (1979)

Versións:
Joan Manuel Serrat: De árbol a árbol; El sur también existe; 1985; Pista 3



Mario Benedetti e Daniel Viglietti: Monteador* / De árbol a árbol; A dos voces. En vivo en Buenos Aires. 1993; 1994; Pista 1



*[A versión de Benedetti e Viglietti vai intercalando fragmentos recitados polo autor, do poema do primeiro, e fragmentos da composición musical do segundo]

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Como el toro he nacido para el luto

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

Miguel Hernández: El rayo que no cesa (1934-1935) (1936)

Versións:
Vicente Monera: Como el toro; www.musicaypoemas.com; 2008



Inés Fonseca: Como el toro he nacido para el luto; Vuelo; 2010; Pista 3



Poetas: Como el toro; Centre civic “La Sedeta” (Barcelona); 2012

martes, 11 de diciembre de 2012

Al soldado internacional caido en España

Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.

Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
que tu aliento llenara de movimientos bellos.
Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
y flameaste enchido contra sus atropellos.

Con un sabor a todos los soles y los mares,
España te recoge porque en ella realices
tu majestad de árbol que abarca un continente.

A través de tus huesos irán los olivares
desplegando en tierra sus más férreas raíces,
abrazando a los hombres, universal, fielmente.

Miguel Hernández: Vientos del pueblo (1937)*

Versións:
Joan Manuel Serrat: Uno de aquellos; Hijo de la luz y de la sombra; 2010; Pista 1



*[Publicado orixinalmente en La Voz del Combatiente, o 5 de Abril de 1937]

lunes, 10 de diciembre de 2012

De ti

De ti,
¿qué será de ti?

Cuando te quedes sin mí,
¿qué luz te llevará a ti,
qué sombra a mí?

Dolor de sienes, de ojos,
dolor de corazón y
de huesos, de sangre y alma…

De ti,
¿qué será de ti?

Rafael Alberti: Abierto a todas horas (1964)

Versións:
Rosa León: Que será de ti; Paloma desesperada; 1989; Pista 3



Rosa León: De ti; Poesía necesaria con su música; 2003; Pista 9

(Reedición da versión do disco Paloma desesperada do ano 1989)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Ciego que apuntas y atinas

Ciego, que apuntas, i atinas,
  Caduco Dios, i rapaz,
  Vendado que me has vendido,
  I niño mayor de edad,
Por el alma de tu Madre,
  Que murió siendo inmortal
  De invidia de mi señora,
  Que no me persigas mas.
Dexame en paz, Amor tyrano,
  Dexame en paz.
Baste el tiempo mal gastado
  Que he seguido a mi pesar
  Tus inquietas banderas
  Foragido Capitan.
Perdoname, Amor, aqui,
  Pues yo te perdono allá,
  Quatro escudos de paciencia,
  Diez de ventaja en amar.
Dexame en paz, Amor tyrano,
  Dexame en paz.
Amadores desdichados,
  Que seguis milicia tal,
  Decidme que buena guía
  Podéis de un ciego sacar?
De un paxaro que firmeça?
  Que esperança de un rapaz?
  Que galardón de un desnudo?
  De un tyrano, que piedad?
Dexame en paz, Amor tyrano,
  Dexame en paz.
Diez años desperdicié
  Los mejores de mi edad
  En ser labrador de Amor
  A costa de mi caudal.
Como aré, i sembré, cogi,
  Aré un alterado mar,
  Sembré una esteril arena,
  Cogi verguença, i affan.
Dexame en paz, Amor tyrano,
  Dexame en paz.
Una torre fabriqué
  Del viento en la raridad
  Maior que la de Nembroth,
  I de confusion igual.
Gloria llamaba a la pena,
  A la carcel libertad,
  Miel dulce al amargo acibar,
  Principio al fin, bien al mal.
Dexame en paz, Amor tyrano,
  Dexame en paz.

                                 1580

Luis de Góngora: Romances amorosos. Manuscrito Vicuña* (1627)

Versións:
Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Paco Ibáñez 2; 1967; Pista 8



Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Concert au Teatro de la Comedia de Madrid; 1968; Pista 1

(Directo da versión do disco Paco Ibáñez 2, do ano 1967)



Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Paco Ibáñez en el Olympia de París; 1969; CD 1, Pista 1

(Directo da versión do disco Paco Ibáñez 2, do ano 1967)



Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Les concerts de Paco Ibáñez a Paris; 2002; Pista 1

(Directo da versión do disco Paco Ibáñez 2, do ano 1967)



Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Concierto en el Espai de Música y Danza de la Generalitat, Barcelona; 2003; Pista 3

(Directo da versión do disco Paco Ibáñez 2, do ano 1967)
(A fotografía non se corresponde coa carátula orixinal)


Paco Ibáñez: Déjame en paz, amor tirano; Concierto en Guernika; 2006; Pista 1

(Directo da versión do disco Paco Ibáñez 2, do ano 1967)




Ángel Parra: Déjame en paz; Ángel Parra chante Paco Ibáñez; 2011; Pista 11



*[Manuscrito Vicuña: “Obras en verso del Homero español que recogió Juan López de Vicuña”; Madrid, 1627; BNE.]

sábado, 8 de diciembre de 2012

Balada de la nostalgia inseparable

Siempre esta nostalgia, esta inseparable
nostalgia que todo lo aleja y lo cambia.
Dímelo tú, árbol.

Te miro. Me miras. Y no eres ya el mismo.
Ni es el mismo viento quien te está azotando.
Dímelo tú, agua.

Te bebo. Me bebes. Y no eres la misma.
Ni es la misma tierra la de tu garganta.
Dímelo tú, tierra.

Te tengo. Me tienes. Y no eres la misma.
Ni es el mismo sueño de amor quien te llena.
Dímelo tú, sueño.

Te tomo. Me tomas. Y no eres ya el mismo.
Ni es la misma estrella quien te está durmiendo.
Dímelo tú, estrella.

Te llamo. Me llamas. Y no eres la misma.
Ni es la misma noche clara quien te quema.
Dímelo tú, noche.

Rafael Alberti: Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Rosa León: Balada de la nostalgia inseparable; Paloma desesperada; 1989; Pista 10

Aquí se está quieto

Canción 9

Aquí se está quieto, pero
El mundo sigue girando.

Aquí se mueven los pájaros,
pero están quietos.
Y el mundo sigue girando.

Yo estoy quieto, pero el mundo
dentro de mí está girando.

¿Qué saben estos caballos,
estas dulces campanillas,
estos perros y este largo
sollozo de la paloma?
¿Qué el hombre que va en el aire
galopando?

Se mueven, pero están quietos.
…Y el mundo sigue girando.

Rafael Alberti: Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Aguaviva: La canción del que está quieto; La casa de San Jamás; 1972; Pista 4



Rafael Alberti: Y el mundo sigue girando; El viento que viene y va; 2002; Pista 10

viernes, 7 de diciembre de 2012

Deitado frente ao mar

Lingoa proletaria do meu pobo
eu fáloa porque sí, porque me gosta,
porque me peta e quero e dame a gaña
porque me sai de dentro, alá do fondo
dunha tristura aceda que me abrangue
ao ver tantos patufos desleigados,
pequenos mequetrefes sin raíces
que ao pór a garabata xa non saben
afirmarse no amor dos devanceiros,
falar a fala nai,
a fala dos abós que temos mortos,
e ser, co rostro erguido,
mariñeiros, labregos do lingoaxe,
remo i arado, proa e rella sempre.

Eu fáloa porque sí, porque me gosta
e quero estar cos meus, coa xente miña,
perto dos homes bos que sofren longo
unha historia contada noutra lingoa.

Non falo pra os soberbios,
non falo pra os ruís e poderosos,
non falo pra os finchados,
non falo pra os estúpidos,
non falo pra os valeiros,
que falo pra os que agoantan rexamente
mentiras e inxusticias de cotío;
pra os que súan e choran
un pranto cotidián de volvoretas,
de lume e vento sobre os ollos núos.
Eu non podo arredar as miñas verbas
de tódolos que sofren neste mundo.
E ti vives no mundo, terra miña,
berce da miña estirpe,
Galicia, dóce mágoa das Españas,
deitada rente ao mar, ise camiño...
Lengua proletaria de mi pueblo
la hablo porque sí, porque me gusta,
porque se me antoja, quiero y me da la gana;
porque me sale de dentro, allá del fondo
de una tristeza ácida que me inunda
al ver tantos necios descastados,
pequeños mequetrefes sin raíces
que al poner la corbata ya no saben
afirmarse en el amor de los antepasados,
hablar la lengua madre,
la lengua de los abuelos que están muertos,
y ser, con el rostro erguido,
marineros, labriegos del lenguaje,
remo y arado, proa y reja siempre.

La hablo porque sí, porque me gusta
y quiero estar con los míos, con mi gente,
cerca de los hombres buenos que sufren largamente
una historia contada en otra lengua.

No hablo para los soberbios,
no hablo para los ruínes y poderosos,
no hablo para los vanidosos,
no hablo para los estúpidos,
no hablo para los vacíos,
que hablo para los que soportan reciamente
mentiras e injusticias sin cesar;
para los que sudan y lloran
un llanto cotidiano de mariposas,
de fuego y viento sobre los ojos desnudos.
No puedo apartar mis palabras
de todos los que sufren en este mundo.
Y tú vives en el mundo, tierra mía,
cuna de mi estirpe,
Galicia, dulce pena de las Españas,
tendida junto al mar, ese camino…

Celso Emilio Ferreiro: Longa noite de pedra (1962)

Versións:
Xerardo Moscoso: Deitada rente o mar; Galicia; 1976; Pista 10



Bibiano: Deitado frente o mar; Para Celso Emilio Ferreiro (VVAA); 1989; Pista 5



Dios ke te crew*: Deitado Frente ao mar; Celso Emilio Ferreiro. Fotobiografía Sonora**; 2008; CD 2, Pista 6



*[Versión de estudo. García MC de Dios ke te crew, sobre instrumentación de Mou]
**[Celso Emilio Ferreiro. Fotobiografía Sonora; Editorial Ouvirmos; Sarria; 2008; Libro+2CD’s]

jueves, 6 de diciembre de 2012

Décimas

        I
Yo soy flor que se marchita
al sol de la adversidad,
el arbolito en mitad
de la llanura infinita.
La paloma pobrecita
que arrastran los aquilones,
entre oscuros nubarrones
de tempestades airadas,
soy la barca abandonada
en el mar de las pasiones.

        II
Soy el ave que al bajar
de los aires fatigada,
no tiene ni una enramada
ni un árbol en que anidar.
Y si vuelve a levantar
las tristes alas del suelo,
encuentra nublado el cielo
y deshecha la tormenta,
y el pájaro se lamenta
y vuelve a tender su vuelo.

        III
Yo soy un gaucho cantor
de renombradas virtudes,
que tan solo ingratitudes
ha recibido en su amor.
Soy el pobre payador
velay, si sabré penar
con mis negras amarguras,
la pampa con sus llanuras
con sus abismos la mar.

        IV
Yo no canto por llamar
la atención que no merezco,
yo canto porque padezco
penas que quiero olvidar.
Que tan solo con cantar
se va al viento nuestra pena,
y yo tengo el alma llena
de pesares y amarguras,
más que en la pampa hay anchura
más que en el mar hay arena

        V
Por eso, ¡oh linda mujer!
maldigo mi negra estrella,
al contemplarte tan bella
sin que te pueda querer.
Porque todo hombre ha de ser
generoso hasta morir,
y no debe permitir
a una mujer que lo quiera,
para que después se muera
al verlo tanto sufrir.

        VI
¡Adiós, primorosa flor!
adiós, lucero invariable,
solamente comparable
a la estrella de mi amor.
Cuando sientas un dolor
parecido al que yo siento,
Dios quiera que tu lamento
no sucumba en la ignorancia,
y atraviese la distancia
¡sobre las olas del viento!

Pedro Bonifacio Palacios “Almafuerte”: Poesías completas (1917)

Versións:
Alberto Cortez: Décimas; Versos escogidos de Almafuerte; 1989; Pista 4

lunes, 3 de diciembre de 2012

Poética de Juan Panadero

    1
Digo con Juan de Mairena:
<<Prefiero la rima pobre>>,
esa que casi no suena.


    2
En lo que vengo a cantar,
de diez palabras a veces
sobran más de la mitad.


    3
Hago mis economías.
Pero mis pocas palabras,
aunque de todos, son mías.


    4
Mas porque soy panadero,
no digo como los tontos:
<<que hay que hablar en tonto al pueblo>>.

    5
Canto, si quiero cantar,
sencillamente, y si quiero
lloro sin dificultad.


    6
Mi canto, si se propone,
puede hacer del agua clara
un mar de complicaciones.


    7
Yo soy como la saeta,
que antes de haberlo pensado
ya está clavada en la meta.


    8
Flechero de mañana,
hijo del aire, disparo
que siempre da en la diana.

    9
Si no hubiera tantos males,
yo de mis coplas haría
torres de pavos reales.


    10
Pero a aquel lo están matando,
a este lo están consumiendo
y a otro lo están enterrando.


    11
Por eso es hoy mi cantar
canto de pocas palabras…
y algunas están de más.


Rafael Alberti: Coplas de Juan Panadero (1949-1953)

Versións:
Ana Belén: Coplas de Juan Panadero*; De paso; 1977; Pista 12



Ana Belén: Coplas de Juan Panadero*; Los primeros años; 1994; CD 1, Pista 2

(Reedición da versión do disco De paso, do ano 1977)




*[A versión musical de Ana Belén comeza coa primeira estrofa do poema Autorretrato de Juan Panadero, da mesma obra de Rafael Alberti, e; dita estrofa é usada como estribillo.]

Autorretrato de Juan Panadero

    1
Me llamo Juan Panadero,
por la tierra y por el mar.
El pan que amaso es de harina
que nadie puede comprar.

    2
Que yo no vendo mi trigo.
Mi pan me lo como yo
o lo regalo al amigo.

    3
Lo que mi molino muele,
lo dice Juan Panadero,
se reparte y no se vende.

    4
Y el que me quiere probar,
vaya sabiendo que soy
harina de otro costal.

    5
Si algo más quieren saber,
se lo pregunten a un río
que va del Puerto a Jerez.

    6
Pídanle señas al mar,
que el mar de Cádiz es bueno
y no se las va a negar.

    7
Pero ninguno se engañe:
Juan Panadero es del viento
que muele por todas partes.

    8
Viento que muele y camina
por los naranjos de España
o los naranjos de China.

    9
Y como el viento es idioma
que va por toda la tierra
me oyen el rey de Inglaterra
y el Santo Padre de Roma.

    10
Tengo dientes, tengo manos,
y en la punta de los pies,
puntapiés para el inglés
y los norteamericanos.

    11
¡Mueran los imperialistas!
se llamen republicanos
o se llamen laboristas.

    12
Lo canta Juan Panadero:
El dueño de este solar
lo soy yo. ¡Viva mi dueño!

    13
Que aquí ninguno se siente,
y el que se venga a sentar,
se porte como la gente.

    14
Juan Panadero da pan.
Pero lo da al español,
no al yanqui ni al alemán.

    15
…Mas hay español que entiende
que lo de Juan Panadero
puede robarse, y lo vende.

    16
Lo señalo con el dedo,
con tres señales que son
de sangre, de muerte y fuego.

    17
Ayer con Hitler, y ahora,
con los que se están llevando
hasta la luz de la aurora.

    18
Y a mí no me diga nadie
que es español el que entrega
hasta las rachas del aire.

    19
Franco, ¿qué me dice usted?
-Que mientras vamos viviendo,
vamos tirando.
    ¡Y olé!

Rafael Alberti: Coplas de Juan Panadero (1949-1953) (1953)

Versións:
Laurentino: Coplas de Juan Panadero*; Rafael Alberti. El poeta en la calle; 1976; Pista 8



Ana Belén: Coplas de Juan Panadero**; De paso; 1977; Pista 12



Ana Belén: Coplas de Juan Panadero**; Los primeros años; 1994; CD 1, Pista 2

(Reedición da versión do disco De paso, do ano 1977)




*[A versión musical de Laurentino está precedida polo poema Revelaciones de Juan Panadero, da mesma obra de Rafael Alberti]
**[A versión musical de Ana Belén usa a primeira estrofa deste poema como estribillo, combinada co poema Poética de Juan Panadero, da mesma obra de Rafael Alberti]

viernes, 30 de noviembre de 2012

Canción antigua

SÓLO recoja mi voz
el que, al desnudar el viento,
conozca el cuerpo de Dios.

Emilio Prados: Mínima muerte (1944)

Versións:
Alfredo Arrebola: Puente de mi soledad*; Puente de mi soledad; 2000; Pista 8



*[A versión musical de Alfredo Arrebola comeza coa primeira estrofa do poema Puente de mi soledad, da obra de Emilio Prados, Mínima muerte (1939-1944); continúa con dúas estrofas do poema De pie bajo un árbol, da obra de Emilio Prados, Jardín cerrado (1940-1946); e remata con estes versos que, a súa vez, rematan a obra Mínima muerte.]