jueves, 31 de mayo de 2012

Ausencia

Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;

arder como la vela y consumirse
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;

hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada, sobre fe, paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;

creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.

Lope de Vega: La hermosura de Angélica, con otras diversas rimas (1602)

Versións:
Imanol: Ausencia; Ausencia; 2000; Pista 1



Ángel Corpa: Ir y quedarse; Cansonetos; 2007; Pista 4



Suburbano: Ausencia; 33; 2012; Pista 6

Aún hay Abril

¿Aún hay Abril? El mundo se amontona
olvidándose al tallo fresco erguido,
esbelta cumbre, surtidor al cielo
que guarda su verdor, por más ternura,
no en descuido, en defensa de lo hermoso,
y rueda ante sus pies, abandonado
entre lodo y espina,
detonación y muerte:
manada de dolor, recién perdida
al tronco que la unió por darle flores.

Alta estaba la copa y entre nubes
creció la sombra que dejó en el suelo,
símbolo de la paz en el verano...

Esto era Abril. El hombre se acercaba
y el cansancio en la hierba y el crepúsculo
bajaban por el sueño a hacerse noche.
Esto era Abril...
¿El mundo abandonado?:
la firme longitud de lo más bello.
La ceniza, el carbón, el miedo, el humo,
la sangre, el trepidar y las banderas:
desolación, ruina
y llanto sobre el suelo
ofrecen a lo azul...
¿Aún hay Abril?...
¡Juntos los dos estamos!:
el árbol sobre mí, yo bajo el cielo.

A quien me llama contesto
pero no sé quién me llama,
por eso mi voz no entiende
lo que dicen sus palabras.

Queda mi voz en el viento,
luego en la nube se tapa
y vuelve de nuevo al suelo
cuando la lluvia la arrastra.

A la tierra y a mi cuerpo
poco trecho nos separa.
Cuando esté muerta mi lengua
daré mi voz a sus aguas.

Saldré por la fuente al río,
llevaré hasta el mar mis alas,
y sin conciencia en el cielo
canción buscaré a mis anclas.

Muera pronto lo que aún vive
amarrado a mi garganta,
rompa el collar que la aprieta
y en su sinrazón me ata.

Un camino tengo abierto
y un corazón en el alba.
Corazón, llámame tú,
que yo sepa quién me llama.

Si el hombre debe callar,
cállese y cumpla su sino,
que lo que importa es andar.
Andar es sembrar camino
y morir es despertar.

Quien no ponga el pie en el suelo
por temor a verlo herido,
por su propio desconsuelo
siempre será perseguido.

El pájaro está en su vuelo
como el hombre está en su andar...
y siga tejiendo el hilo
la mano sobre el telar,
que morir es despertar.

No es lo que está roto, no,
el agua que el vaso tiene;
lo que está roto es el vaso
y el agua al suelo se vierte.

No es lo que está roto, no,
la luz que sujeta al día;
lo que está roto es su tiempo
y en la sombra se desliza.

No es lo que está roto, no,
la sangre que te levanta;
lo que está roto es tu cuerpo
y en el sueño te derramas.

No es lo que está roto, no,
la caja del pensamiento;
lo que está roto es la idea
que la lleva a lo soberbio.

No es lo que está roto Dios
ni el campo que Él ha creado;
lo que está roto es el hombre
que no ve a Dios en su campo.

Lo que dice el sol lo dice
lo que dice el mar.
Dice
lo que dice el mar, la espuma;
la espuma, lo de la arena
y la arena lo del viento...
Lo que dice el viento dice
lo que dice el mar.
Y el mar
dice lo que dice el sol
que eterno vuelve a cantar
lo que canta el mar eterno.

Yo me acerco por mirar
lo que de este canto endeudo
pero no puedo olvidar
que estoy dentro de mi cuerpo
y en mí me vuelvo a ocultar.

¡Pasen estos malos tiempos!

Emilio Prados: Poemas Varios. Destino Fiel (Ejercicios de poesía en guerra, 1936-1939)

Versións:
Alfredo Arrebola: Daré mi voz al agua; Puente de mi soledad; 2000; Pista 3

miércoles, 30 de mayo de 2012

Aristóteles dijo

Aristóteles dijo, y es cosa verdadera,
que el hombre por dos cosas trabaja: la primera,
por el sustentamiento, y la segunda era
por conseguir unión con hembra placentera.

Si lo dijera yo, se podría tachar,
mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar.
De lo que dice el sabio no debemos dudar,
pues con hechos se prueba su sabio razonar.

Que dice verdad el sabio claramente se prueba;
hombres, aves y bestias, todo animal de cueva
desea, por natura, siempre compaña nueva
y mucho más el hombre que otro ser que se mueva.

Digo que más el hombre, pues otras criaturas
tan sólo en una época se juntan, por natura;
el hombre, en todo tiempo, sin seso y sin mesura,
siempre que quiere y puede hacer esa locura.

Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza,
pues antes se consume cuanto más se le atiza;
el hombre, cuando peca, bien ve que se desliza,
mas por naturaleza, en el mal profundiza.

Yo, como soy humano y, por tal, pecador,
sentí por las mujeres, a veces, gran amor.
Que probemos las cosas no siempre es lo peor;
el bien y el mal sabed y escoged lo mejor.

Arcipreste de Hita: Libro del buen amor (1330-1343)

Versións:
Paco Ibáñez: Aristóteles lo dijo; A flor de tiempo; 1978; Pista 10



Paco Ibáñez: Aristóteles lo dijo; Concierto en los estudios de la RTSI (Radiotelevisión suiza de lengua italiana); Lugano (Suiza); 1980; Pista 3

martes, 29 de mayo de 2012

Ardían los yunques

Desde el fondo del volcán ardían los yunques,
esperan, suspiran, cruzados brazos,
alguna vez bostezan,
aburridos gimen cuando la noche arroja
al fuego los fantasmas diurnos,
aman, se desesperan,
rezan los más viejos por el fin del exilio infernal.
Apenas un llanto de niño
canta por el aguacolonia de un mar celeste de sol imposible
hasta el momento supremo del exterminio.
El elegido se prepara,
pañuelo rojo al cuello, su mirada
toma un dengue carbón de fragua.
Está la corte alrededor,
cada lugar y caracol en sitio señalado para el rito.
No hay tiempo que perder.
La capitana da la voz que el águila eleva
y lleva a la condena del conjuro,
los ojos que por doquier se entienden,
las manos que los abismos rozan,
los pies de Antonio zapateando el polvo.
Algo como un incendio se propaga
cuando el grito de las gitanas viejas
de los cuatro puntos cardinales de la tierra
pide socorro al todopoderoso
señor de la zambra y el maleficio.
Pero la danza terrible del elegido continúa.

Juan de Loxa: Las aventuras de los… (1971)

Versións:
Aguaviva: Ardían los yunques; Poetas andaluces de ahora; 1975; Pista 12

Arbolé, arbolé, seco y verde

Arbolé, arbolé
seco y verdé.

La niña del bello rostro
está cogiendo aceituna.
El viento, galán de torres,
la prende por la cintura.
Pasaron cuatro jinetes
sobre jacas andaluzas
con trajes de azul y verde,
con largas capas oscuras.
«Vente a Córdoba, muchacha».
La niña no los escucha.
Pasaron tres torerillos
delgaditos de cintura,
con trajes color naranja
y espadas de plata antigua.
«Vente a Sevilla, muchacha».
La niña no los escucha.
Cuando la tarde se puso
morada, con luz difusa,
pasó un joven que llevaba
rosas y mirtos de luna.
«Vente a Granada, muchacha».
Y la niña no lo escucha.
La niña del bello rostro
sigue cogiendo aceituna,
con el brazo gris del viento
ceñido por la cintura.

Arbolé, arbolé
seco y verdé.

Federico García Lorca: Canciones andaluzas. Canciones (1921-1924) (1927)

Versións:
Los Romeros de la Puebla: Arbolé, arbolé, seco y verde; Con alma. Homenaje a poetas andaluces; 1983; Pista 3.



Los Romeros de la Puebla: Arbolé, arbolé, seco y verde; Homenaje a poetas andaluces; 2004; Pista 5.

(Reedición da versión do disco Con alma. Homenaje a poetas andaluces, ano 1983)



Jaramar: Arbolé, arbolé; Duerme por la noche oscura; 2004; Pista 2



Sine Díe: Arbolé, arbolé; Mientras llega el invierno; 2006; Pista 13



Chavela Vargas: Arbolé, Arbolé - Noche de ronda; La luna grande. Homenaje de Chavela Vargas a Federico García Lorca; 2012; Pista 1

Aquí estuvo el amor

Aquí estuvo el amor y la maravilla,
donde estuvo tu boca está la muerte,
donde estuvo el placer estuvo la semilla,
esta otra manera de tenerte.

Aquí estuvo tu voz y la sencilla
forma de amarte y de no verte,
de verte y de no amarte, que atornilla
este imposible anhelo de saberte.

Eco para mi voz, luz de mi trigo,
sonrisa, mano, camino, corazón contigo,

Aquí estuvo la luz, queda la espita
esperando quemarme todo entero
antes de que tu corazón se me repita,
muriendo de no morirme el madero.

José Infante:

Versións:
Aguaviva: Aquí estuvo el amor; Poetas andaluces de ahora; 1975; Pista 11

Antes del odio

Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
donde me la bebo yo,
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa ?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.

Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941); (1958)

Versións:
Adolfo Celdrán: Antes del odio; 4.444 veces, por ejemplo; 1975; Pista 1.



La barbería del sur e Soledad Giménez: Antes del odio; Arte pop; 1998; Pista 5



Adolfo Celdrán: Antes del odio; Recopilación; 2004; Pista 17

(Reedición da versión do disco 4.444 veces, por ejemplo; do ano 1975)

domingo, 27 de mayo de 2012

Antes de amarte, amor

Soneto XXV

Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.

Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.

Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,

todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.

Pablo Neruda: Cien sonetos de amor (1959)

Versións:
Pedro Guerra: Antes de amarte, amor; Neruda en el corazón; 2004; Pista 3

Ándeme yo caliente y ríase la gente

Traten otros del gobierno
Del mundo y sus monarquías,
Mientras gobiernan mis días
Mantequillas y pan tierno,
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente,
Y ríase la gente.

Coma en dorada vajilla
El príncipe mil cuidados,
Cómo píldoras dorados;
Que yo en mi pobre mesilla
Quiero más una morcilla
Que en el asador reviente,
Y ríase la gente.

Cuando cubra las montañas
De blanca nieve el enero,
Tenga yo lleno el brasero
De bellotas y castañas,
Y quien las dulces patrañas
Del Rey que rabió me cuente,
Y ríase la gente.

Busque muy en hora buena
El mercader nuevos soles;
Yo conchas y caracoles
Entre la menuda arena,
Escuchando a Filomena
Sobre el chopo de la fuente,
Y ríase la gente.

Pase a media noche el mar,
Y arda en amorosa llama
Leandro por ver a su Dama;
Que yo más quiero pasar
Del golfo de mi lagar
La blanca o roja corriente,
Y ríase la gente.

Pues Amor es tan cruel,
Que de Píramo y su amada
Hace tálamo una espada,
Do se junten ella y él,
Sea mi Tisbe un pastel,
Y la espada sea mi diente,
Y ríase la gente.
                                        1580

Luis de Góngora y Argote: Letrillas burlescas. Manuscrito Vicuña* (1627)

Versións:
Paco Ibáñez: Y ríase la gente; Paco Ibáñez 1. España de hoy y de siempre; 1964; Pista 9



Paco Ibáñez: Y ríase la gente; Paco Ibáñez en el Olympia de París; 1969; CD1, Pista 9



Paco Ibáñez: Y ríase la gente; Concierto en los estudios de la RTSI; 1980; Pista 8



Paco Ibáñez: Y ríase la gente; Concierto en el Espai de Música y Danza de la Generalitat, Barcelona; 2003; Pista 27



Vicente Monera: Ande yo caliente; www.musicaypoemas.com; 2008;




*[Manuscrito Vicuña: Obras en verso del Homero español que recogió Juan López de Vicuña; Madrid, 1627; BNE.]

Andaluces de Jaén

Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
               
   
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
               
   
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
               
   
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
               
   
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
               
   
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
               
   
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
               
   
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
               
   
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
               
   
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
               
   
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
               
   
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
               
   
Miguel Hernández: Vientos del pueblo (1937)

Versións:
Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Paco Ibáñez 2; 1967; Pista 2



Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Concert au Teatro de la Comedia de Madrid; 1968; Pista 15



Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Paco Ibáñez en el Olympia de París; 1969; CD2, Pista 11



Dina Rot: Andaluces de Jaén; Canta, simplemente...; 1969; Cara B, Corte 3



Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Concierto en el Teatro de la Ópera de Buenos Aires; 1971; CD2, Pista 4



Jarcha: Andaluces de Jaén; Andalucía vive; 1975; Pista 2



Jarcha: Andaluces de Jaén; Libertad sin ira; 1976; Pista 4

(Reedición da versión do disco Andalucía vive, do ano 1975)




Jarcha: Andaluces de Jaén; Jarcha; 1977; Pista 4

(Reedición da versión do disco Andalucía vive, do ano 1975)


Enrique Morente: Andaluces de Jaén; Himno de Andalucía (VVAA); 1978; Pista 5



Jarcha: Andaluces de Jaén; Sus mejores canciones, Vol.2; 1982; Pista 6

(Reedición da versión do disco Andalucía vive, do ano 1975)




Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; A Galopar; 1992; CD2, Pista 6



Enrique Morente: Andaluces de Jaén; Selección; 1997; Pista 19

(Reedición da versión do disco Himno de Andalucía, do ano 1978)




Jarcha: Andaluces de Jaén; Libertad sin ira y otros éxitos; 1997; Pista 7

(Reedición da versión do disco Andalucía vive, do ano 1975)




Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; En el Palau de la Música de Barcelona; 2002; Pista 21



Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Les concerts de Paco Ibáñez a París; 2002; Pista 12



Washington Carrasco e Cristina Fernández: Andaluces de Jaén; Nos queda la palabra; 2002; Pista 15



Jarcha: Andaluces de Jaén; Sus cuatro primeros álbumes en discos Zafiro (1974-1976); 2003; CD2, Pista 14

(Reedición da versión do disco Andalucía vive, do ano 1975)



Paco Ibáñez: Andaluces de Jaén; Concierto en el Espai de Música y Danza de la Generalitat, Barcelona; 2003; Pista 17



Ángel Parra: Andaluces de Jaén; Ángel Parra chante Paco Ibáñez; 2011; Pista 10



Carmen Linares: Andaluces de Jaén; Verso a verso; 2017; Pista 2

Amor más poderoso que la vida

La misma calidad que el sol de tu país,
saliendo entre las nubes:
alegre y delicado matiz en unas hojas,
fulgor de un cristal, modulación
del apagado brillo de la lluvia.

La misma calidad que tu ciudad,
tu ciudad de cristal innumerable
idéntica y distinta, cambiada por el tiempo:
calles que desconozco y plaza antigua
de pájaros poblada,
la plaza en que una noche nos besamos.

La misma calidad que tu expresión,
al cabo de los años,
esta noche al mirarme:
la misma calidad que tu expresión
y la expresión herida de tus labios.

Amor que tiene calidad de vida,
amor sin exigencias de futuro,
presente del pasado,
amor más poderoso que la vida:
perdido y encontrado.
Encontrado, perdido...

Jaime Gil de Biedma: Poemas póstumos (1968)

Versións:
Luis Delgado: Amor más poderoso que la vida; Poesía necesaria con su música; 2003; Pista 7

sábado, 26 de mayo de 2012

Amor de ciudad grande

De gorja son y rapidez los tiempos.
Corre cual luz la voz; en alta aguja,
Cual nave despeñada en sirte horrenda,
Húndese el rayo, y en ligera barca
El hombre, como alado, el aire hiende.
¡Así el amor, sin pompa ni misterio
Muere, apenas nacido, de saciado!
Jaula es la villa de palomas muertas
Y ávidos cazadores! Si los pechos
Se rompen de los hombres, y las carnes
Rotas por tierra ruedan, no han de verse
Dentro más que frutillas estrujadas!

Se ama de pie, en las calles, entre el polvo
De los salones y las plazas; muere
La flor el día en que nace. Aquella virgen
Trémula que antes a la muerte daba
La mano pura que a ignorado mozo;
El goce de temer; aquel salirse
Del pecho el corazón; el inefable
Placer de merecer; el grato susto
De caminar de prisa en derechura
Del hogar de la amada, y a sus puertas
Como un niño feliz romper en llanto;
Y aquel mirar, de nuestro amor al fuego,
Irse tiñendo de color las rosas,
Ea, que son patrañas! Pues ¿quién tiene
Tiempo de ser hidalgo? ¡Bien que sienta,
Cual áureo vaso o lienzo suntuoso,
Dama gentil en casa de magnate!
O si se tiene sed, se alarga el brazo
Y a la copa que pasa se la apura!
Luego, la copa turbia al polvo rueda,
Y el hábil catador-manchado el pecho
De una sangre invisible-sigue alegre
Coronado de mirtos, su camino!
No son los cuerpos ya sino desechos,
Y fosas, y jirones! Y las almas
No son como en el árbol fruta rica
En cuya blanda piel la almíbar dulce
En su sazón de madurez rebosa,
Sino fruta de plaza que a brutales
Golpes el rudo labrador madura!

¡La edad es ésta de los labios secos!
De las noches sin sueño! ¡De la vida
Estrujada en agraz! ¿Qué es lo que falta
Que la ventura falta? Como liebre
Azorada, el espíritu se esconde,
Trémulo huyendo al cazador que ríe,
Cual en soto selvoso, en nuestro pecho;
Y el deseo, de brazo de la fiebre,
Cual rico cazador recorre el soto.

¡Me espanta la ciudad! Toda está llena
De copas por vaciar, o huecas copas!
¡Tengo miedo ¡ay de mi! de que este vino
Tósigo sea, y en mis venas luego
Cual duende vengador los dientes clave!
¡Tengo sed; mas de un vino que en la tierra
No se sabe beber! ¡No he padecido
Bastante aún, para romper el muro
Que me aparta ¡oh dolor! de mi viñedo!
¡Tomad vosotros, catadores ruines
De vinillos humanos, esos vasos
Donde el jugo de lirio a grandes sorbos
Sin compasión y sin temor se bebe!
Tomad! Yo soy honrado, y tengo miedo!

José Martí: Versos libres (1878-1882)

Versións:
Pablo Milanés: Amor de ciudad grande; Canta a José Martí; 1973; Pista 8



Pablo Milanés: Amor de ciudad grande; Versos José Martí cantados por Pablo Milanés; 1973; Pista 8

(Reimpresión da versión anterior)



Nacha Guevara: Amor de ciudad grande; Amor de ciudad grande; 1977; Pista 1



Nacha Guevara: Amor de ciudad grande; No llores por mí Argentina; 1987; Pista 4

(Reedición da versión do disco Amor de ciudad grande, do ano 1977)

Amor de tarde

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
            
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
            
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Mario Benedetti: Poemas de la oficina (1953-1956) (1956)

Versións:
Nacha Guevara: Amor de tarde; Nacha canta Benedetti; 1972; Pista 2



Nacha Guevara: Amor de tarde; Nacha Guevara canta a Benedetti*; 1976; Pista 4



Nacha Guevara: Amor de tarde; En vivo, con Benedetti y Favero**; 1979; Pista 4



*[Grabado, en vivo, no Colexio de México.]
**[Grabado, en vivo, no Teatro Hubert Le Blanc de La Habana (Cuba).]

Allende

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar más para seguir matando
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada una hueste una brigada
tuvieron que creer que era otro ejército
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques más rencores
más bombas más aviones más oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Mario Benedetti: Nombres propios. Viento del exilio (1981)

Versións:
Mario Benedetti e Daniel Viglietti: Allende - Por todo Chile*; A dos voces, vol.2**; 1987; Pista 5



Mario Benedetti e Daniel Viglietti: Allende / Por todo Chile*; A dos voces, vol.1 e 2; 1994; Pista 13

(Remasterización das grabacións orixinais dos anos 1984 e 1985)



*[Recitativo de Mario Benedetti intercalado co tema musical "Por todo Chile" de Daniel Viglietti]
**[Grabado en vivo no Cine 18 de Julio de Montevideo, o 6 de Maio de 1985]