viernes, 28 de diciembre de 2012

A una calavera de mujer

Soneto XLIII

Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.

Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;

aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.

¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
¿En donde tanta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento?

Lope de Vega: Rimas sacras (1614)

Versións:
Vicente Monera: A una calavera; www.musicaypoemas.com; 2010;

No hay comentarios :

Publicar un comentario