jueves, 28 de febrero de 2013

Besarse mujer

Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.

Ascienden los labios
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el fulgor
de un sol entre cuatro.

Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte.

Descienden los labios
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
la sangre de arriba
la sangre de abajo,
*
gastada y helada
y en cuatro pedazos.

Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) (1958)

Versións:
Banda Inaudita e Julián Páez: Besarse mujer; A la luna venidera; 2010; Pista 2



*[Estes dous versos non aparecen en algunhas versións deste poema]

miércoles, 27 de febrero de 2013

Confianza en el anteojo

Confianza en el anteojo, no en el ojo;
en la escalera, nunca en el peldaño;
en el ala, no en el ave
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la maldad, no en el malvado;
en el vaso, mas nunca en el licor;
en el cadáver, no en el hombre
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en muchos, pero ya no en uno;
en el cauce, jamás en la corriente;
en los calzones, no en las piernas
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la ventana, no en la puerta;
en la madre, mas no en los nueve meses;
en el destino, no en el dado de oro,
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

César Vallejo: Poemas humanos (1939)

Versións:
Juan Luis Dammert e Patricia Oliart: Confianza en el anteojo; Vallejo para cantar; 1986; Pista 8



Alejandro Susti: Confianza; Los pasos lejanos. Tributo rock a César Vallejo; 2007; Pista 13

domingo, 24 de febrero de 2013

Alguien

Alguien limpia la celda
de la tortura
que no quede la sangre
ni la amargura
alguien pone en los muros
el nombre de ella
ya no cabe en la noche
ninguna estrella
alguien limpia su rabia
con un consejo
y la deja brillante
como un espejo
alguien piensa hasta cuando
alguien camina
suenan lejos las risas
una bocina
y un gallo que propone
su canto en hora
mientras sube la angustia
la voladora
alguien piensa en afuera
que allá no hay plazo
piensa en niños de vida
y en un abrazo
alguien quiso ser justo
no tuvo suerte
es difícil la lucha
contra la muerte
alguien limpia la celda
de la tortura
lava la sangre
pero no la amargura

Mario Benedetti: Versos para cantar. Letras de emergencia (1969-1973)

Versións:
Laura Granados e Santiago Gómez Valverde: Alguien; La palabra y el tiempo (VVAA); 2010; Pista 6



Zapata: Alguien; Poesía en resistencia; 2012; Pista 6

viernes, 22 de febrero de 2013

Cóndor

En su ataúd de hierro vive
entre las piedras oxidadas
nutriéndose de herraduras.
En los montes el cierzo aúlla
con silbido de proyectil
y sale el cóndor de su caja,
afila en la roca sus garras,
extiende el místico plumaje,
corre hasta que no puede más
galopa la cóncava altura
con sus alas ferruginosas
y picotea el zinc del cielo
acechando un signo sangriento:
el punto inmóvil, el latido
del corazón que se prepara
a morir y ser devorado.
Vuela bajando el ciclón negro
y cae como un puño cruel:
la muerte esperaba allá abajo.
Arriba, crueles cordilleras,
como cactus ensangrentados
y el cielo de color amargo.
Sube de nuevo a su morada
cierra las alas imperiosas
y otra vez extendido duerme
en su ataúd abominable.

Pablo Neruda: Arte de pájaros (1966)

Versións:
Ángel Parra: El cóndor; Arte de pájaros; 1966; Pista 6

miércoles, 20 de febrero de 2013

Cerca y lejos

Más allá del pecado,
indecible, te adoro,
y al buscar mis palabras
sólo encuentro unos besos.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

Donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.

Gabriel Celaya: Se parece al amor (1940-1948) (1949)

Versións:
Imanol: Mas allá del pecado*; Ausencia; 2000; Pista 2



*[A versión musical de Imanol complétase con dúas estrofas que, polo de agora, non puidemos identificar con ningún poema de Gabriel Celaya, polo que as consideramos un engadido do cantautor:
Cuando el volcán refulge
y arde lava en la noche,
en tu montaña ardiente,
te quiero.

Más allá de la muerte
extraño me reavivo
y al tomarte desnuda
solo brasas alumbro.]

sábado, 16 de febrero de 2013

Ayer

Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.

A eso de las siete cruzó el cielo
una lenta avioneta, y ni los niños
la miraron.
          Se desató
el frío,
alguien salió a la calle con sombrero,
ayer, y todo el día
fue igual,
ya veis,
que divertido,
ayer y siempre ayer y así hasta ahora,
continuamente andando por las calles
gente desconocida,
o bien dentro de casa merendando
pan y café con leche, ¡qué
alegría!

La noche vino pronto y se encendieron
amarillos y cálidos faroles,
y nadie pudo
impedir que al final amaneciese
el día de hoy,
tan parecido
pero
¡tan diferente en luces y en aroma!

Por eso mismo,
porque es como os digo,
dejadme que os hable
de ayer, una vez más
de ayer: el día
incomparable que ya nadie nunca
volverá a ver jamás sobre la tierra.

Ángel González: Sin esperanza con convencimiento (1961)

Versións:
Angel González: Ayer; La palabra en el aire; 2003; Pista 25

Bordas de hielo

      Vengo a verte pasar todos los días,
vaporcito encantado siempre lejos...
Tus ojos son dos rubios capitanes;
tu labio es un brevísimo pañuelo
rojo que ondea en un adiós de sangre!

      Vengo a verte pasar; hasta que un día,
embriagada de tiempo y de crueldad,
vaporcito encantado siempre lejos,
la estrella de la tarde partirá!

      Las jarcias; vientos que traicionan; vientos
de mujer que pasó!
Tus fríos capitanes darán orden;
y quien habrá partido seré yo...!

César Vallejo: Los heraldos negros (1918)

Versións:
Noel Nicola: Bordas de hielo; Canta a César Vallejo; 1986; Pista 5



Juan Luis Dammert e Patricia Oliart: Vaporcito; Vallejo para cantar; 1986; Pista 3

viernes, 15 de febrero de 2013

Pues que tú, reina del cielo

Pues que tú, reina del cielo,
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
           
Tú, que reinas con el Rey
d'aquel reino celestial,
tú, lumbre de nuestra ley,
           
luz del linaje humanal;
pues para quitar el mal
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú, Virgen, que mereciste
ser Madre de tal Señor,
tú, que cuando lo pariste
lo pariste sin dolor;
pues con nuestro Salvador
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
           
Tú, que del parto quedaste
tan virgen como primero,
tú, Virgen, que te empreñaste
siendo virgen por entero,
pues que con Dios verdadero
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú, que lo que perdió Eva
cobraste por quien tú eres,
tú, que nos diste la nueva
de perdurables placeres;
tú, bendita en las mujeres,
si nos vales
darás fin a nuestros males.
Tú, que te dicen bendita
todas las generaciones;
tú, que estás por tal escrita
entre todas las naciones;
pues en las tribulaciones
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú, que tienes por oficio
consolar desconsolados;
tú, que gastas tu ejercicio
en librarnos de pecados;
tú, que guías los errados
e los vales
da remedio a nuestros males.
Tú, que tenemos por fe
ser de tanta perfección,
que nunca será ni fue
otra de tu condición;
pues para la salvación
tanto vales
da remedio a nuestros males.
¿Quién podrá tanto alabarte
según es tu merecer?
¿Quién sabrá tan bien loarte
que no le falte saber?
Pues que para nos valer
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
¡Oh madre de Dios y hombre!
¡Oh concierto de concordia!
Tú, que tienes por renombre
Madre de Misericordia;
pues para quitar discordia
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú, que por gran humildad
fuiste tan alto ensalzada,
que a par de la Trinidad
tú sola estás asentada;
y pues tú, Reina sagrada,
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú que estabas ya criada
cuando el mundo se crió;
tú, que estabas bien guardada
para quien de ti nació;
pues por ti nos redimió,
si nos vales
fenecerán nuestros males.
           
Tú, que eres flor de las flores;
tú, que del cielo eres puerta;
tú, que eres olor de olores;
tú, que das gloria muy cierta,
Sí de la muerte muy muerta
no nos vales,
no hay remedio en nuestros males.
           

Juan del Encina: Cancionero de Palacio [Biblioteca Real, MS II – 1335, Madrid] (1505)

Versións:
Enrique Morente: Salve*; Misa Flamenca; 1991; Pista 7



La Colombina: Pues que tú, reina del cielo; Canciones, Romances, Sonetos: From Juan del Encina to Lope de Vega; 1995; Pista 10



Hespérion XXI e La Capella Reial de Catalunya: Villancico: Pués que tu, Reyna del cielo (CMP442); Francesco Javier: La Ruta de Oriente; 2007; CD1, Pista 23



*[A versión musical de Enrique Morente comeza e remata coa primeira estrofa do poema de Pedro Garfias: Dulce María, dime; e continúa con parte da cantata de Juan del Encina: ¿A quién debo yo llamar, …?]

Dulce María, dime

Dulce María, dime:
¿verdad que te encontraste
cuando bajabas la colina oscura
-retumbaba la tarde-
con la madre de Judas también muerto.
Y os abrazasteis
y llorasteis juntas
como dos mares?

El ahorcado y el crucificado
se miraron de lejos
sin rencor, con dulzura,
con esa limpidez con que miran los muertos.

Llora la hembra cuando va a alumbrar
el niño llora porque no comprende
lloran los viejos porque ya lo saben
y llora Dios por esta pobre gente.

Pedro Garfias: Poemas sueltos* (1963)

Versiones:
Enrique Morente: Salve**; Misa Flamenca; 1991; Pista 7



* Publicado por Alfredo García Vicente: Dos poemas (1967) [Referencia bibliográfica recollida en: Francisco Moreno Gómez: Pedro Garfias: poeta de la vanguardia, de la guerra y del exilio; Excma. Diputación de Córdoba; 1996; ISBN 84-8154-986-X; Depósito Legal CO-181-1996]
** [A versión musical de Enrique Morente inclue parte da cantata ¿A quién debo yo llamar, ...? de Juan del Encina e 3 versos da panxoliña Pues que tú, reina del cielo, do mesmo autor]

jueves, 14 de febrero de 2013

Yo no soy para estar solo

Canción 18

Yo no soy para estar solo.
Pienso de pronto que sí,
y pienso que no, de pronto.

Me espanta la soledad.
Es verdad, aunque yo crea,
de pronto, que no es verdad.

Rafael Alberti: Canciones (II). Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Rafael Alberti e Soledad Bravo: A la soledad me vine*; Soledad Bravo Rafael Alberti; 1978; Cara 1, Corte 4



*[O recitativo de Rafael Alberti está seguido da versión musical do poema: A la soledad me vine; da obra de Rafael Alberti: Baladas y canciones del Paraná, na voz de Soledad Bravo.]

miércoles, 13 de febrero de 2013

A la soledad me vine

Canción 17

A la soledad me vine
por ver si encontraba el río
del olvido.
Y en la soledad no había
más que soledad sin río.

Cuando se ha visto la sangre,
en la soledad no hay río
del olvido.

Lo hubiera, y nunca sería
el del olvido.

Rafael Alberti: Baladas y canciones de la Quinta del Mayor Loco. Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Soledad Bravo e Rafael Alberti: A la soledad me vine*; Soledad Bravo Rafael Alberti; 1978; Cara 1, Corte 4



*[A versión musical de Soledad Bravo comeza polo recitativo do poema: Yo no soy para estar solo; da obra de Rafael Alberti: Baladas y canciones del Paraná. Canciones (II); na voz do propio poeta]

Barco a la vista

[Estrecho de Florida]

De pronto, por el mar, sube, baja un sonido,
un débil silabeo de garganta cortada,
un son, un eco turbio de cuerpo dividido,
de párpados, de lengua, de pulsos y de nada.

No sé quién me persigue poniéndome estos muros,
este tribunal falso y esta luz de condena,
quién hace que las olas abran cuartos oscuros
con hombres que en su fondo los hunde una cadena.

Signos de nuevos crímenes se escuchan en el viento
y la sangre parece que intenta ser bahía
y que la mar estudia rodar con otro acento
y cosechar la tierra más muertos todavía.

Era triste ir bajando sólo oyendo hendiduras,
relámpagos de hachas y un abrir y cerrar.
La vida era la muerte, y el resto, cerraduras.
Y vi una cruz gamada ensangrentando el mar.

Rafael Alberti: 13 bandas y 48 estrellas (1935)

Versións:
Zapata: Barco a la vista; Poesía en resistencia; 2012; Pista 9

domingo, 10 de febrero de 2013

Altura y pelos

¿Quién no tiene su vestido azul?
¿Quién no almuerza y no toma el tranvía,
con su cigarrillo contratado y su dolor de bolsillo?
¡Yo que tan sólo he nacido!
¡Yo que tan sólo he nacido!

¿Quién no escribe una carta?
¿Quién no habla de un asunto muy importante,
muriendo de costumbre y llorando de oído?
¡Yo que solamente he nacido!
¡Yo que solamente he nacido!

¿Quién no se llama Carlos o cualquier otra cosa?
¿Quién al gato no dice gato, gato?
¡Ay, yo que sólo he nacido solamente!
¡Ay, yo que sólo he nacido solamente!

César Vallejo: Poemas humanos (1939)

Versións:
Noel Nicola: Altura y pelos; Canta a César Vallejo; 1986; Pista 13



Juan Luis Dammert e Patricia Oliart: Quién no tiene su vestido azul; Vallejo para cantar; 1986; Pista 5



Inerciados pusilánimes: Altura y pelos; Los pasos lejanos. Tributo rock a César Vallejo (VVAA); 2007; Pista 15

sábado, 2 de febrero de 2013

Ágape

Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.

No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.
Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada.

Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.

He salido a la puerta,
y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!

Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.

Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!

César Vallejo: Los heraldos negros (1918)

Versións:
Cecilia Zero: Ágape; Los pasos lejanos. Tributo rock a César Vallejo; 2007; Pista 11

viernes, 1 de febrero de 2013

Balada de la mujer morena y alegre

                    Cuando Preciosa el panderete toca,
                    y hiere el dulce son los aires vanos,
                    perlas son que derrama con las manos
                    flores son que despide con la boca.

                    CERVANTES: La Gitanilla.


¡Carne de música, rosal de sangre loca,
sol con estrellas, manzana matutina,
pon en mi boca las rosas de tu boca,
tu boca roja de sol y coralina!

¡Ábrete toda como una dulce fruta,
llena de rizos al pino de tu palma,
pon, africana, sobre mi amarga ruta,
la sombra fresca del pozo de tu alma!

Mi hogar espera la luz de tu tesoro,
carne de bronce, de seda y de topacio;
¡dórame todo con tu esplendor de oro,
mujer, abierta lo mismo que un palacio!

Luz, pandereta, cristal en flor, granada,
agua de azul, mariposa florecida,
¡quita con una sonora carcajada
las flores secas del libro de mi vida!

Quédate en mí, soy pobre y soy poeta,
huyó en mi blanco pegaso la fortuna,
y quiero oír tu alegre pandereta
cuando florezca la nieve de la luna...

Agua, amapola, rosal de sangre loca,
vida de música, gitana cristalina,
¡dale a mi boca la fruta de tu boca,
tu boca roja de sol y coralina!

Juan Ramón Jiménez: Baladas de primavera (1910)

Versións:
Paco Damas: Balada de la mujer morena y alegre; Animal de fondo; 2006; Pista 7

Caracola

          A Natalia Jiménez

Me han traído una caracola.

Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.

Me han traído una caracola.

Federico García Lorca: Canciones (1921-1924) (1927)

Versións:
Vicente Monera: Caracola; www.musicaypoemas.com; 2009;