jueves, 23 de mayo de 2013

Desapariciones

Hoy, 1º de Octubre
desapareció el trapecista del circo.
Lo vimos hacer peligrosas acrobacias,
y después de un triple salto mortal
se lo tragó la noche.
También desapareció el perro ceniciento
de un niño que lloraba a mi lado.
Y desapareció
                        aquel vendedor de baratijas
que pregonaba mercancias a la entrada de un cine.

Hoy, 1º de Octubre,
desapareció la mujer que limpiaba espejos en la oficina de los jefes.
Desapareció el viejo saltimbanqui
que hacía reir a la muchedumbre
con su estrafalaria vestimenta.
Todos desaparecieron misteriosamente
Y nadie dejó siquiera un mensaje
acerca de su nuevo paradero.

Hoy, 1º de Octubre
la ciudad ha comenzado a vaciarse.
Los visitantes
avanzan entre automóviles muertos,
entre objetos abandonados a toda prisa por un público impaciente.
Algunas aves, desesperadas, comienzan a sobrevolar los antiguos patios,
y los murciélagos, encandilados por la luz,
chillan en el silencio de las casas vacías.

Hoy, 1º de Octubre,
camino sin saludar a nadie.
Mastico un pan absorto
mientras aguardo la hora
de lanzar una piedra a los espejos.

José Pérez Olivares: Cristo entrando en Bruselas (1994)

Versións:
Juan Luis Pineda: Desapariciones; Olla de grillos; 2002; Pista 12

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