lunes, 30 de septiembre de 2013

El cómplice

Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta.

Jorge Luis Borges: La cifra (1981)

Versións:
Vicente Monera: El cómplice; www.musicaypoemas.com; 2009;

domingo, 29 de septiembre de 2013

El color de tu alma

Mientras que yo te beso, su rumor
nos da el árbol que mece al sol el oro
que el sol le da al huir, fugaz tesoro
del árbol que es el árbol de mi amor.

No es fulgor, no es ardor y no es altor
lo que me da de ti lo que te adoro,
con la luz que se va; es el oro, el oro,
es el oro hecho sombra: tu color.

El color de tu alma; pues tus ojos
se van haciendo ella, y a medida
que el sol cambia sus oros por sus rojos
y tú te quedas pálida y fundida,
sale el oro hecho tú de tus dos ojos
que son mi paz, mi fe, mi sol: ¡mi vida!

Juan Ramón Jiménez: De ríos que se van* (1957)

Versións:
Paco Damas: El color de tu alma; Animal de fondo; 2006; Pista 11



*[De ríos que se van” é o título que Juan Ramón Jiménez deulle aos derradeiros poemas que escribiu en vida, datados entre 1951 e 1953, e recollidos na Tercera Antolojía Poética, o derradeiro libro publicado por él.**]
**[Juan Ramón Jiménez: Tercera Antolojía Poética (1898-1953); Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1957.]

sábado, 28 de septiembre de 2013

El ciprés de Silos

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Gerardo Diego: Versos humanos (1918-1924) (1925)

Versións:
Vicente Monera: El ciprés de Silos; www.musicaypoemas.com; 2009;

El cántaro azul

Al atardecer iré
con mi cántaro azul al río,
para recoger la última
sombra del paisaje mío.

Al atardecer el agua
lo reflejará muy vago;
con claridades de cielo
y claridades de lago…

Por última vez el agua
reflejará mi paisaje.
La cogeré suavemente
como quien coge un encaje…

Serán al atardecer
más lejanas estas cosas…
Más lejanas y más dulces,
más dulces y más borrosas.

Después… ¡Que venga la noche!
Que ya lo tenue del sueño
-de sueño olvidado-
lo delicado, gris, sedeño
de tela antigua… y lo fino,
lo transparente de tul…
¡Serán un solo temblor
dentro del cántaro azul!

Dulce María Loynaz: Melancolía de otoño (1997)

Versións:
Amaury Pérez: El cántaro azul; Eternidad; 1999; Pista 11

viernes, 27 de septiembre de 2013

El cadalso

La aurora asomaba
lejana y siniestra.

El lienzo de Oriente
sangraba tragedias,
pintarrajeadas
con nubes grotescas.
.....................................................
En la vieja plaza
de una vieja aldea,
erguía su horrible
pavura esquelética
el tosco patíbulo
de fresca madera...

La aurora asomaba
lejana y siniestra.

Antonio Machado: Humorismos. Soledades (1903)

Versións:
Vicente Monera: El cadalso; www.musicaypoemas.com; 2008;

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El azahar de Murcia

El azahar de Murcia
y la palmera de Elche
para exaltar la vida
sobre tu vida ascienden.

El azahar de Murcia
y la palmera de Elche
para seguir la vida
bajan sobre tu muerte.

Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) (1958)

Versións:
Vicente Monera: El azahar de Murcia; www.musicaypoemas.com; 2010;

El ángel

Ayer una voz del cielo
en mi pecho resonó:
—“¿Viste un ángel en el triste suelo?”
y respondí que no.
    
Más tarde te he conocido,
y al conocerte, te amé,
y en raudales de amor se han embebido
mi esperanza y mi fe.
    
También una voz del cielo
hoy ha resonado en mí:
—“¿Viste algún ángel en el triste suelo?”
¡y respondí que sí!

José Martí: Versos en periódicos y otras publicaciones (1869-1889)*. Obras completas, tomo 15 (2001)

Versións:
Sara González: El ángel; Versos José Martí cantados por Sara González; 1975; Pista 5



*[La Ilustración Española y Americana. Madrid, 25 de Diciembre de 1869.]

martes, 24 de septiembre de 2013

Un amor indeciso

Un amor indeciso se ha acercado a mi puerta...  
Y no pasa; y se queda frente a la puerta abierta. 

Yo le digo al amor: -¿Qué te trae a mi casa?  
Y el amor no responde, no saluda, no pasa...  

Es un amor pequeño que perdió su camino:  
Venía ya la noche... Y con la noche vino.  

¡Qué amor tan pequeñito para andar con la sombra!...
¿Que palabra no dice, qué nombre no me nombra?...

¿Qué deja ir o espera? ¿Qué paisaje apretado  
se le quedó en el fondo de los ojos cerrado?...

Este amor nada dice... Este amor nada sabe:  
Es del color del viento, de la huella que un ave


deja en el viento… -Amor semi-despierto, tienes
los ojos neblinosos aun de Lázaro… Vienes

de una sombra a otra sombra con los pasos trocados
de los ebrios, los locos… ¡Y los resucitados!  

Extraño amor sin rumbo que me gana y me pierde,  
que huele las naranjas y que las rosas muerde…,

Que todo lo confunde, lo deja... ¡Y no lo deja!  
Que esconde estrellas nuevas en la ceniza vieja…

Y no sabe morir ni vivir: Y no sabe  
que el mañana es tan solo el hoy muerto... El cadáver

futuro de este hoy claro, de esta hora cierta...  
Un amor indeciso se ha dormido a mi puerta...  


Dulce María Loynaz: Versos (1920-1938) (1950)

Versións:
Amaury Pérez: El amor indeciso; Eternidad; 1999; Pista 3

domingo, 22 de septiembre de 2013

El amor duerme en el pecho del poeta

Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.

Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.

Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.

Pero sigue durmiendo, vida mía.
Oye mi sangre rota en los violines.
¡Mira que nos acechan todavía!

Federico García Lorca: Sonetos del amor oscuro (1981)

Versións:
Amancio Prada: El amor duerme en el pecho del poeta; Sonetos del amor oscuro; 1986; Pista 4



Amancio Prada: El amor duerme en el pecho del poeta; Sonetos y canciones de Federico García Lorca; 2004; Pista 3

(Reedición da versión do disco Sonetos del amor oscuro, do ano 1986)

viernes, 20 de septiembre de 2013

El amor desolado

Yo puse el esfuerzo y ella la desgana
yo el hondo silencio y ella la palabra,
yo senda y caminos y ella la distancia
yo puse los ojos y ella la mirada.

Quise entre mis manos retener el agua
y sobre la arena levanté mi casa,
me quedé sin manos, me quedé sin casa,
fui raíz oscura, y ella tronco y rama.

Para que la cuenta del amor sumara,
ella puso el cuerpo, yo el cuerpo y el alma.
Era toda viento, yo todo montaña,
yo pura resina y ella pura llama.

Una noche oscura se fue de mi casa,
cegaron mis ojos para no mirarla,
para no seguirla cerré las ventanas,
clausuré las puertas para no llamarla.

Puse rosas negras sobre nuestra cama,
sobre su memoria puse rosas blancas
y a la luz difusa de la madrugada
me quité la vida para no matarla.

Yo lo puse todo: vida, cuerpo y alma,
ella, Dios lo sabe, nunca puso nada.

José Fernando Dicenta: La pirámide invertida (1977)

Versións:
Alberto Cortez: El amor desolado; A mis amigos; 1975; Pista 6



José Ángel Trelles: El amor desolado; Cielo cerca; 1983; Pista 8



Jorge Falcón: El amor desolado; El amor desolado; 1984; Pista 1



Alberto Cortez: El amor desolado; Concierto; 1985; Pista 8

(Directo da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Entre líneas; 1985; Pista 9



Alberto Cortez: El amor desolado; A todo corazón (Latinoamérica); 1996; Pista 8

(Reedición da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




El cabrero: El amor desolado; Como el viento de poniente; 1996; Pista 1



Alberto Cortez: El amor desolado; A todo corazón (España); 1996; Pista 7

(Reedición da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Testimonio; 1997; Pista 18

(Directo da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Un poeta de la vida; 1997; CD5; Pista 3

(Reedición da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Cortezías y Cabralidades, Vol.II; 1998; Pista 10



Alberto Cortez: El amor desolado; En un rincón del alma; 2001; CD1; Pista 14

(Reedición da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Sinfónico; 2004; Pista 13

(Directo da versión do disco A mis amigos, do ano 1975)




Alberto Cortez: El amor desolado; Acústico; 2007; CD2; Pista 4

lunes, 16 de septiembre de 2013

El alma tenías

El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...

A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.

Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.

¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.

Pedro Salinas: Presagios (1923)

Versións:
Alfredo Arrebola: Alma clara*; Luna del 27 “En cante jondo”; 1998; Pista 5



Vicente Monera: El alma tenías; www.musicaypoemas.com; 2010;

*[A versión de Alfredo Arrebola engade algúns versos ao final do poema]

domingo, 15 de septiembre de 2013

El adiós

Entró y se inclinó hasta besarla
porque de ella recibía la fuerza.

(La mujer lo miraba sin respuesta.)

Había un espejo humedecido
que imitaba la vida vagamente.
Se apretó la corbata,
el corazón,
sorbió un café desvanecido y turbio,
explicó sus proyectos
para hoy,
sus sueños para ayer y sus deseos
para nunca jamás.

(Ella lo contemplaba silenciosa.)

Habló de nuevo. Recordó la lucha
de tantos días y el amor
pasado. La vida es algo inesperado,
dijo. (Más frágiles que nunca las palabras.)
Al fin calló con el silencio de ella,
se acercó hasta sus labios
y lloró simplemente sobre aquellos
labios ya para siempre sin respuesta.

José Ángel Valente: A modo de esperanza (1955)

Versións:
Vicente Monera: El adiós; www.musicaypoemas.com; 2008;

viernes, 13 de septiembre de 2013

Durante la invasión

Sobre el mantel, abierto, está el periódico
de la mañana. Brilla el sol en los vasos.
Almuerzo en el pequeño restaurante,
un día de trabajo.

Callamos casi todos. Alguien habla en voz vaga
-y son conversaciones con la especial tristeza
de las cosas que siempre suceden
y que no acaban nunca, o acaban en desgracia.

Yo pienso que a estas horas amanece en la Ciénaga,
que todo está indeciso, que no cesa el combate,
y busco en las noticias un poco de esperanza
que no venga de Miami.

Oh Cuba en el veloz amanecer del trópico,
cuando el sol no calienta y está el aire claro:
que tu tierra dé tanques y que tu cielo roto
sea gris de las alas de tus aeroplanos!

Contigo están las gentes de la caña de azúcar,
el hombre del tranvía, los de los restaurantes,
y todos cuantos hoy buscamos en el mundo
un poco de esperanza que no venga de Miami.

Jaime Gil de Biedma: Moralidades (1966)

Versións:
Loquillo: Durante la invasión; Con elegancia; 1998; Pista 9

jueves, 12 de septiembre de 2013

Dulce vino de olvido

Dulce vino de olvido en tu vaso tenías
y yo vi claro
que por más que te hablara no me oirías,
dulce vino de olvido en tu vaso tenías.

Ese niño que tienes mi nombre se sabía,
el me llamaba
y a mí el oir su voz me revivía,
ese niño que tienes mi nombre se sabía.

Ojalá te dejaran las palabras que digo
por un momento
el amargo sabor que va conmigo
ojalá te dejaran las palabras que digo.

Ese niño que tienes mi rostro conocía
y por tu causa
moriré en su recuerdo día a día,
ese niño que tienes mi rostro conocía.

Como flores que nacen de una rama arrancada
salen mis versos
sabiendo que su suerte está ya echada,
como flores que nacen de una rama arrancada.

Chicho Sánchez Ferlosio: Canciones, poemas y otros textos (2008)

Versións:
Amancio Prada: Dulce vino de olvido; Dulce vino de olvido; 1985; Pista 4



Amancio Prada: Dulce vino de olvido; Hasta otro día Chicho Sánchez Ferlosio; 2005; Pista 4

(Reedición da versión do disco Dulce vino de olvido, do ano 1985)

viernes, 6 de septiembre de 2013

Dulce esperanza mía

    —Dulce esperanza mía
que, rompiendo imposibles y malezas,
sigues firme la vía
que tú mesma te finges y aderezas,
no te desmaye el verte
a cada paso junto al de tu muerte.
    No alcanzan perezosos
honrados triunfos ni vitoria alguna,
ni pueden ser dichosos
los que, no contrastando a la fortuna,
entregan desvalidos
al ocio blando todos los sentidos.
    Que amor sus glorias venda
caras, es gran razón, y es trato justo;
pues no hay más rica prenda
que la que se quilata por su gusto,
y es cosa manifiesta
que no es de estima lo que poco cuesta.
    Amorosas porfías
tal vez alcanzan imposibles cosas;
y ansí, aunque con las mías
sigo de amor las más dificultosas,
no por eso recelo
de no alcanzar desde la tierra el cielo.

Miguel de Cervantes: Don Quijote de La Mancha (I, 43) (1605)

Versións:
Espliego: Dulce esperanza mía; Nunca fuera caballero; 2005; Pista 9

jueves, 5 de septiembre de 2013

Dos rojas lenguas de fuego

RIMA XXIV

Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas,
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;

dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;

dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata;

dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca;

dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden,
eso son nuestras dos almas.

Gustavo Adolfo Bécquer: Rimas y leyendas (1871)

Versións:
Manzanita: Dos ecos que se confunden; Cuando la noche te envuelve; 1983; Cara 2, Corte 4



Manzanita: Dos ecos que se confunden; 30 grandes éxitos y un ramito de violetas; 1998; CD2, Pista 8

(Reedición da versión do disco Cuando la noche te envuelve, do ano 1983.)


Vicente Monera: Dos rojas lenguas de fuego; www.musicaypoemas.com; 2009;

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dos cuchillos

Dos cuchillos en mi pecho,
uno blanco y otro negro.
¡Ayúdame!
Que el blanco se está muriendo...

Fernando Merlo: Escatófago (1972)

Versións:
Aguaviva: Dos cuchillos; Poetas andaluces de ahora; 1975; Pista 9

lunes, 2 de septiembre de 2013

El corazón es agua

El corazón es agua
que te acaricia y canta.

El corazón es puerta
que se abre y se cierra.

El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata.

Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) (1958)

Versións:
José Pérez: Canción; España, Castilla, Libertad; 1976; Cara B, Corte 5



Vicente Monera: Dos cantares / El corazón es agua*; www.musicaypoemas.com; 2008;



Dúo Karma: El corazón es agua; Una canción para Miguel. A guitarra limpia (VVAA); 2009; Pista 3



*[A versión musical de Vicente Monera comeza co poema Dos cantares, poema non incluido en libro algún, composto entorno ao ano 1933, na época en que Miguel Hernández publicou Perito en lunas]

Dos cantares

Las penitas de la muerte
me dan a mí que no a otro,
cuando salgo al campo a verte
con mi negra, negra suerte,
con mi negro, negro potro.

Soledad, qué solo estoy
tan solo y en tu compaña.
Ayer, mañana y hoy,
de ti vengo y a ti voy
en una jaca castaña.

Miguel Hernández: Poemas sueltos (1933-1934). Obras completas (1976)*

Versións:
Vicente Monera: Dos cantares / El corazón es agua**; www.musicaypoemas.com; 2008;



*[Miguel Hernández: Obra poética completa; Introducción, estudio y notas de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia; Col. Biblioteca Promoción del pueblo, serie P, nº 92; Editorial ZERO, S.A.; Madrid; 1976; ISBN.: 84-317-0390-3]
**[A versión musical de Vicente Monera complétase co poema El corazón es agua, da obra Cancionero e romancero de ausencias, de Miguel Hernández]