viernes, 23 de enero de 2015

A mano amada

A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio,
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;

allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
                                                      otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
                              me reclaman.
Reconozco los rostros.
                                          No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver más hondo,
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
                              la memoria.

Ángel González: Poemas elegíacos. Muestra, corregida y aumentada, de algunos procedimientos narrativos y de las actitudes sentimentales que habitualmente comportan (1976)

Versións:
Ángel González: A mano amada; A todo amor: antología personal; 2006; Pista 35

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