sábado, 28 de marzo de 2015

La húngara

                1
Quisiera vivir, morir,
por las vereditas, siempre.
¡Déjame morir, vivir,
deja que mi sueño ruede
contigo, al sol, a la luna,
dentro de tu carro verde!

                2
—Vas vestida de percal…

—Sí, pero en las grandes fiestas
visto una falda de raso
y unos zapatos de seda.

—Vas sucia, vas despeinada…

—Sí, pero en las grandes fiestas
me lava el agua del río
y el aire puro me peina.

                3
…Y yo, mi niña, teniendo
abrigo contra el relente,
mientras va el sueño viniendo.

…Y tú, mi niña, durmiendo
en los ojitos del puente,
mientras va el agua corriendo.

                4
¡Por toda España, contigo!

¡Por las ferias de ganados,
por las plazas de los pueblos,
vendiendo caballos malos,
vida, por caballos buenos!

¡Por todo el mundo, contigo!

                5
Tan limpita, tan peinada,
con esos dos peinecillos
que te asesinan las sienes,
dime, di, ¿de dónde vienes?

Con esa falda encarnada
y esas dos rosas de lino
en tus zapatitos verdes,
dime, di, ¿de dónde vienes?

                6
Me voy quedando sin sueño.
¡No puedo dormir, miradme!
Nunca más podré dormir,
que se me ha muerto mi dueño.

Me estoy quedando sin sangre.
¡No puedo vivir, miradme!
Nunca más podré vivir,
que se me ha muerto mi amante.

                7
No puedo, hasta la verbena,
pregonar mi mercancía,
que el alcalde me condena.

¡Pero qué me importa a mí,
si en estos campos, a solas,
puedo cantártele a ti!:

—¡Caballitos, banderolas,
alfileres, redecillas,
peines de tres mil colores!

¡Para los enamorados,
en papeles perfumados,
las dulces cartas de amores!

¡Alerta los compradores!

                8
—Por una noche, a mi casa.
¡Vente a dormir a mi cuarto!

—Mire, señor,
tengo un carro.

—Por una noche, en tu casa.
¡Quiero dormir en tu carro!

—Mire, señor,
tiene su casa.

             9
Yo, por el campo, a las eras,
pensando en tu vida errante
por todas las carreteras.

Tú, en la ventana del carro,
mirándote a un espejito
y con un peine en la mano.

                10
¿Por qué vereda se fue?
¡Ay aire, que no lo sé!

¿Por la de Benamejí?
¿Por la de Lucena o Priego?
¿Por la de Loja se fue?
¡Ay aire, que no lo sé!

Ahora recuerdo: me dijo
que caminaba a Sevilla.
¿A Sevilla? ¡No lo sé!

¿Por qué vereda se fue?
¿Ay aire, que no lo sé!


Rafael Alberti: El alba del alhelí (1927)

Versións:
Vicente Monera: La húngara; www.musicaypoemas.com; 2009;

No hay comentarios :

Publicar un comentario