domingo, 24 de mayo de 2015

La novela de un joven pobre

Se llamaba Pacífico,
Pacífico Ricaport,
en Santa Rita en Pampanga,
en el centro de Luzón,


y todavía le quedaba
un ligero acento pampangueño
cuando se impacientaba
y en los momentos tiernos,


precisamente al recordar,
compadecido de sí mismo,
desde sus años de capital
su infancia de campesino,


en las noches laborables
—más acá del bien y el mal—
de las barras de los bares
de la calle de Isaac Peral,


porque era pobre y muy sensible,
y guapo además, que es peor,
sobre todo en los países
sin industrialización,


y eran vagos sus medios de vida
lo mismo que sus historias,
que sus dichas y desdichas
y sus llamadas telefónicas.


Cuántas noches suspirando
en el local ya vacío,
vino a sentarse a mi lado
y le ofrecí un cigarrillo.


En esas horas miserables
en que nos hacen compañía
hasta las manchas de nuestro traje,
hablábamos de la vida


y el pobre se lamentaba
de lo que hacían con él:
<<Me han echado a patadas
de tantos cuartos de hotel…>>.


Adónde habrás ido a parar,
Pacífico, viejo amigo,
tres años más viejo ya?
Debes tener veinticinco.

Jaime Gil de Biedma: Moralidades (1966)

Versións:
Alejandro Martínez: La novela de un joven pobre; Que te voy a enseñar un corazón infiel. Alejandro Martínez canta a Jaime Gil de Biedma; 2010; Pista 6

No hay comentarios :

Publicar un comentario