viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuento para hombres solos

Tonada 18

Se bebieron la sopa
hasta el último ruido.

David
cargó su pipa,
Juan
se miró las manos,
Andrés
salió en silencio
y Pedro
avivó el fuego.

Como todas las noches
la noche era olorosa.
El río, imperceptible,
destilaba el sonido.

Lejos,
la misma luna
trepó los eucaliptos
y el grillerío,
loco,
adormecía el ruido.
David
miraba el humo,
Juan fatigaba un naipe,
Andrés
volvió en silencio,
Pedro
acomodó un leño.

Como todas las noches
nadie hablaba con nadie.
Lento, el fuego,
muy lento,
elaboraba el sueño.
Un rumor infinito
llegó desde los árboles.

La casa quedó a oscuras.

Había vuelto el viento.

Armando Tejada Gómez: Tonadas para usar (1968)

Versións:
Armando Tejada Gómez: Cuento para hombres solos; Poeta de la legua; 1959; Cara A, Corte 18

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