viernes, 30 de septiembre de 2016

Milonga de dos hermanos

Traiga cuentos la guitarra
de cuando el fierro brillaba,
cuentos de truco y de taba,
de cuadreras y de copas,
cuentos de la Costa Brava
y el Camino de las Tropas.

Venga una historia de ayer
que apreciarán los más lerdos;
el destino no hace acuerdos
y nadie se lo reproche-
ya estoy viendo que esta noche
vienen del Sur los recuerdos.

Velay, señores, la historia
de los hermanos Iberra,
hombres de amor y de guerra
y en el peligro primeros,
la flor de los cuchilleros
y ahora los tapa la tierra.

Suelen al hombre perder
la soberbia o la codicia;
también el coraje envicia
a quien le da noche y día
el que era menor debía
más muertes a la justicia.

Cuando Juan Iberra vio
que el menor lo aventajaba,
la paciencia se le acaba
y le armó no sé qué lazo
le dio muerte de un balazo,
allá por la Costa Brava.

Sin demora y sin apuro
lo fue tendiendo en la vía
para que el tren lo pisara.
El tren lo dejó sin cara,
que es lo que el mayor quería.

Así de manera fiel
conté la historia hasta el fin;
es la historia de Caín
que sigue matando a Abel.

Jorge Luis Borges: Para las seis cuerdas (1965)

Versións:

Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz; 1967; Lado 2, Corte 2




Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz. Edición Uruguay; 1967; Lado 2, Corte 2

(Reedición da versión do disco Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz, do ano 1967, edición Argentina.)


Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz. 2ª edición; 1967; Lado 2, Corte 2

(Reedición da versión do disco Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz, do ano 1967, edición Argentina.)


Jairo: Milonga de dos hermanos; Jairo canta a Borges; 1975; Pista 8




Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Borges por él mismo. Colección Visor poesía; 1995; Pista 9

(Remasterización da versión do disco Jorge Luis Borges por él mismo. Sus poemas y su voz, do ano 1967, edición Argentina.)


Loquillo: Milonga de dos hermanos; Con elegancia; 1998; Pista 10




Jairo: Milonga de dos hermanos; Puro Jairo. Canciones: 1970-2001; 2001; CD4, Pista 8

(Reedición da versión do disco Jairo canta a Borges, do ano 1975.)


Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Borges por él mismo. Un libro sonoro; 2002; Pista 9

(Reedición da versión do disco Borges por él mismo. Colección Visor poesía, do ano 1995.)


Vitor Ramil: Milonga de dos hermanos; Délibáb; 2010; Pista 5




Loquillo: Milonga de dos hermanos; Rock & Roll Star (30 años / 1980-2010); 2011; CD4: Poetas; Pista 14

(Reedición da versaión do disco Con elegancia, do ano 1998.)


Jorge Luis Borges: Milonga de dos hermanos; Por él mismo; 2022; Pista 9

(Reedición da versión do disco Borges por él mismo. Colección Visor poesía, do ano 1995.)

jueves, 29 de septiembre de 2016

Allá en la playa quedó la niña

Rima IV

Allá en la playa quedó la niña.
¡Arriba el ancla! ¡Se va el vapor!
El marinero canta entre dientes.
Se hunde en el agua trémula el sol.
¡Adiós! ¡Adiós!

Sola, llorando, sobre las olas,
mira que vuela la embarcación.
Aun me hace señas con el pañuelo
desde la piedra donde quedó.
¡Adiós! ¡Adiós!

Vistió de negro la niña hermosa.
¡Las despedidas tan tristes son!
Llevaba suelta la cabellera
y en las pupilas llanto y amor.
¡Adiós! ¡Adiós!

Rubén Darío: Rimas (1887)

Versións:
Amaral: Rima IV: Adiós; Tributo a Rubén Darío* (VVAA); 2000; Pista 6



*[CD incluido no nº 20 da revista Zona de Obras.]

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Milagro de la luz: la sombra nace

Milagro de la luz: la sombra nace,
choca en silencio contra las montañas,
se desploma sin peso sobre el suelo
desvelando a las hierbas delicadas.
Los eucaliptos dejan en la tierra
la temblorosa piel de su alargada
silueta, en la que vuelan fríos
pájaros que no cantan.
Una sombra más leve y más sencilla,
que nace de tus piernas, se adelanta
para anunciar el último, el más puro
milagro de la luz: tú contra el alba.

Ángel González: Acariciado mundo. Áspero mundo (1956)

Versións:
Ángel González: Milagro de la luz: la sombra nace; A todo amor: antología personal; 2006; Pista 13

martes, 27 de septiembre de 2016

A Aragón se fue don Carlos

Primera parte

A Aragón se fue don Carlos
y Aragón le hizo esperar,
que hasta pasados seis meses
nadie le quiso acatar,
       
y llegado a Cataluña
lo mismo tuvo que hallar.
Dos años han transcurrido
cuando vuelve a la ciudad
en que rey fue proclamado
sin decirle majestad.
Las calles están desiertas,
nadie se quiere mostrar,
que el rey faltó a su palabra
y a más no pudo faltar.
       
 
Con su Consejo don Carlos
se trata de concertar.
A la corona del reino
le prefiere la imperial
que en Alemania le espera
para hacerse coronar.
Como Castilla se inflama,
decide de convocar
las Cortes en Compostela
donde mejor dominar.
       
Temiendo ya por su vida,
abandona la ciudad
al amparo de la noche
y la lluvia torrencial.
       
Al llegar a Tordesillas,
en el palacio real
le encienden las chimeneas,
le preparan buen yantar.
La madre viene a su encuentro
comenzando a sollozar,
el rey en pie la contempla
como oyendo crepitar.
 
En Compostela, las Cortes
no le llegan a votar
el servicio que les pide
para hacerse coronar.
       
“Si en Compostela no quieren,
en Coruña ya querrán.”
A aquellos que se le oponen
el rey les hace expulsar,
y a los que aún le resisten
el rey les sobornará.
       
Al obtener el servicio,
cuando se apresta a embarcar,
aparece un mensajero
a caballo en alazán.
“En Toledo los vecinos
se han llegado a sublevar,
los regidores reunidos
formando comunidad.
       
El pueblo entró en el Alcázar
y lo abrió de par en par,
echando al corregidor
muy lejos de la ciudad.
Los toledanos afirman
que solos se regirán
y han elegido una junta
que preside un capitán.”
       
Un flamenco se entromete:
“Mensajero, pronunciad
el nombre de ese villano
que habremos de ajusticiar.”
“Es su nombre, caballero,
venerado en la ciudad.
Es su apellido Padilla,
pero su nombre es don Juan.
       
Su padre, don Pedro López,
es hidalgo provincial.
Su esposa, doña María,
le incitó a desafiar
a aquellos que en vuestro nombre
trataban de gobernar.
En Toledo, los vecinos
formando comunidad
escriben a otras ciudades
porque envíen sin tardar
a los que en Ávila pronto
les puedan representar.”
Don Carlos, que a Adriano queda,
un flamenco cardenal,
de regente de Castilla
para poderse ausentar,
le ordena que con Toledo
se proceda sin piedad.
       
Del mensajero se olvidan,
todos la espalda le dan,
ya puede el rey ausentarse,
ya puede hacerse a la mar.
 
En Castilla mientras tanto
verdecieron las laderas,
se estremecieron los chopos,
se enjambraron las colmenas.
Los procuradores tornan
pesarosos a su tierra
       
y hay quienes vuelven temiendo
que el pueblo les pida cuentas,
que antes de partir juraron
que nunca el servicio dieran.
Mas el que manda acostumbra
a sobornar las conciencias
de los que el pueblo le envía
portador de sus protestas.
Pero no hay traición que quede
por mucho tiempo secreta:
de la traición de los suyos
los castellanos se enteran.
       
En Segovia, al enterarse,
los vecinos se concentran.
Es Juan Bravo quien les manda,
Juan Bravo quien les arenga.
       
Tras ahorcar los alguaciles
que al cardenal representan,
al procurador le buscan,
al procurador le encuentran.
“Rodrigo de Tordesillas,
para lavar tanta afrenta
encomienda el alma a Dios,
que es necesario que mueras.”
Ya ajustician al traidor
en plaza de San Esteban.
Ya en Zamora mientras tanto
tienen jefe a la cabeza.
Se llama Antonio de Acuña
y es obispo de la Iglesia.
       
Con él por calle adelante
al corregidor se encuentran,
retirándole la vara
con que justicia rindiera.
“La justicia no es del rey
que es el pueblo quien la lleva.”
       
Igual acontece en Toro,
Ávila, León y Cuenca.
De Soria y Guadalajara
las mismas noticias llegan.
En Alcalá y en Madrid
ya no manda la realeza.
Alicante y Salamanca
se suman a la revuelta
y por todas las ciudades
alegres campanas suenan
convocando a los vecinos
para formar Asamblea.
       
El pueblo se da sus jefes,
expulsa a los que le dieran,
y subiéndose a los montes,
comunica por hogueras.
Castilla se pertenece,
a nadie perteneciera,
mensajeros afanosos
se expanden por la Meseta
y en la razón de los otros
nuevas razones encuentran.
       
 
Ya Adriano ha convocado
el Consejo de Regencia
y precipita sus tropas
a reprimir la revuelta
       
que en Segovia ha conseguido
ajusticiar por su cuenta.
Ronquillo, el Pesquisidor,
hasta mil jinetes lleva.
       
Los segovianos se arman
y sosegados le esperan.
       
Ya puede quedar Ronquillo
a la orilla del Eresma
       
que Segovia no se rinde,
Segovia no se doblega.
       
Un día se ve en los montes
moverse una polvareda:
“Segovianos, segovianos,
somos gente comunera,
       
Juan Bravo había pedido
ayuda de nuestra fuerza.
Venimos desde Madrid,
Juan de Zapata en cabeza.”
       
Apenas si han acabado
de aclamar a los que llegan,
que otras tropas aparecen
bajando desde la sierra:
“Segovianos, segovianos,
abridnos todas las puertas,
somos hombres de Toledo
con Padilla a la cabeza,
       
sepa aquel que os atacare
que con nosotros se enfrenta.”
Ronquillo levanta el sitio,
Segovia guardó entereza.
Maldonado Pimentel
con sus salmantinos llega,
después de haber expulsado
los nobles de sus haciendas.
¡Qué alborozo por las calles!
Los pendones se despliegan,
morados pendones viejos,
violados de tanta espera.
       
 
Adriano se consulta
en Consejo de Regencia,
por vencer los segovianos
no sabe lo que no diera.
Hacia Medina del Campo
vuelve sus ojos de presa,
que es Medina a la sazón
una ciudad artillera.
       
Los cañones de Medina
contra Segovia sirvieran.
Mas los vecinos reunidos
deciden negar las piezas.
       
El cardenal se propone
castigarles su insolencia
y envía contra Medina
al general de Fonseca.
Medina, cara, muy cara,
pagará tanta nobleza:
       
son peores que el tirano
los que al tirano sustentan.
Los soldados del Consejo
de la ciudad se apoderan
y derramando alquitrán,
prenden fuego con sus teas.
       
Las casas desaparecen,
las llamas ya se las llevan.
De poco su saña vale
al Consejo de Regencia,
que entran en comunidad
Úbeda, Burgos, Palencia,
Valladolid, Badajoz,
Ciudad Rodrigo, Baeza,
Sevilla, Toro, Jaén,
Cáceres, León y Cuenca.
       
 
Ya cunde en toda Castilla
la rebelión comunera.
Comunes el sol y el viento,
común ha de ser la tierra,
que vuelva común al pueblo
lo que del pueblo saliera.
       

Luis López Álvarez: Los Comuneros (1972)

Versións:
Nuevo Mester de Juglaría: Juramento de Carlos I*; Pista 1



Toledo se subleva; Pista 2



Rebelión castellana; Pista 3



El sitio de Segovia y la quema de Medina; Los Comuneros; 1976; Pista 4



Lujuria: Mercenario sois del reino*; Pista 2



Castilla se inflama; Pista 3



Con Toledo sin piedad; Pista 4



La traición de los suyos; Pista 5



Castilla se pertenece a nadie perteneciera; Pista 6



Ojos de presa; Y la yesca arderá; 2006; Pista 7



*[A versión musical dos grupos Nuevo Mester de Juglaría e Lujuria está precedida por varios fragmentos do poema Las campanas de San Pablo, pertencente ao prólogo da obra Los Comuneros de Luis López Álvarez, do ano 1972.]

lunes, 26 de septiembre de 2016

Mientras tú existas

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz —cualquiera…
            Mientras
yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo este amor que crece y no se muere,
bajo este amor que sigue y nunca acaba.

Ángel González: Canciones. Áspero mundo (1956)

Versións:
Pedro Guerra: Mientras existas; La palabra en el aire; 2003; Pista 20



Ángel González: Mientras tú existas; A todo amor: antología personal; 2006; Pista 4

jueves, 22 de septiembre de 2016

Adolescencia

    En el balcón, un momento
nos quedamos los dos solos;
desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.

    El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos
bajo el cielo gris  y rosa
del crepúsculo de otoño.

    Le dije que iba a besarla;
la pobre bajó los ojos
y me ofreció sus mejillas
como quien pierde un tesoro.

    Las hojas muertas caían
en el jardín silencioso,
y en el aire fresco erraba
un perfume de heliotropos.

    No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.

Juan Ramón Jiménez: Rimas (1902)

Versións:
Paula Chantada e Santiago Gómez Valverde: Adolescencia; La voz y la palabra; 2010; Pista 10

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Mientras por competir con tu cabello

Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;

Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,

Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,

No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

                                                            1582

Luis de Góngora y Argote: Sonetos amorosos. Manuscrito Vicuña* (1627)

Versións:
Vicente Monera: Mientras por competir con tu cabello; www.musicaypoemas.com; 2010



*[Manuscrito Vicuña: Obras en verso del Homero español que recogió Juan López de Vicuña; Madrid, 1627; BNE.]

martes, 20 de septiembre de 2016

Las campanas de San Pablo

Prólogo

Las campanas de San Pablo
han cesado de tocar.
De pie, los procuradores
se yerguen para mirar.
Al rey postrado de hinojos
a la izquierda del altar.
El de Burgos, por las cortes
le ha comenzado a exhortar:
           
“Si nos hallamos reunidos
es por haceros jurar
los fueros y libertades
que tendréis que respetar.
Una vez que hayáis jurado,
las cortes os juraran
Soberano de Castilla,
sin deciros majestad,
que es tratamiento extranjero
que Castilla no ha de dar.
           
A la reina doña Juana
os queremos recordar.
Tendréis dos tronos parejos,
siendo el suyo el principal.
Si vuestra madre está enferma,
algún día sanará,
y nunca un príncipe debe
sus mayores desplazar.
Si el tiempo se le hace largo
y lo trata de abreviar,
la maldición le acompañe
para todo su reinar.
No se os oculte que el pueblo
se comienza a impacientar
al ver tanto extranjero
ha invadido la ciudad.
Siempre hablándose en su lengua
y siempre sin escuchar,
los flamencos se reparten
lo mejor de la heredad
y en el reino se conducen
como en quinta de su holgar.
Hoy les hemos expulsado
de la sala principal,
por estar entre nosotros
y por poderos hablar
como aquí se habla a los reyes,
sin temor a la verdad.
           
Mercenario sois del reino,
nunca lo habréis de olvidar.
Si al servicio estáis del pueblo,
el pueblo os lo pagará.”
           
Cuanto le exigen, don Carlos
está dispuesto a jurar,
y al ser jurado en las Cortes,
viéndose rey de verdad,
ordena que se preparen
las fiestas de Carnaval
con sus justas y torneos
y toros que derribar,
y vino con miel calienten
a través de la ciudad.
           

Luis López Álvarez: Los comuneros (1972)

Versións:
Nuevo Mester de Juglaría: Juramento de Carlos I*; Los Comuneros; 1976; Pista 1



Lujuria: Las campanas de San Pablo; Y la yesca arderá; 2006; Pista 1



Lujuria: Mercenario sois del reino*; Y la yesca arderá; 2006; Pista 2



*[A versión musical dos grupos Nuevo Mester de Juglaría e Lujuria inclue tamén a primeira estrofa da primeira parte desta obra: A Aragón se fue don Carlos.]

domingo, 18 de septiembre de 2016

Miedo

    Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan,
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.

    Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.

    Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La pondrían en un trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!

Gabriela Mistral: Desolación (1922)

Versións:
Rosa León: A mi niña; Cuenta conmigo; 1984; Pista 3



Rosa León: A mi niña; Cantando a Violeta Parra, Gloria Fuertes, Fanny Rubio, Elena Martín Vidal, Gabriela Mistral, Dulce María Loynaz, María Elena Walsh, Alfonsina Storni, María Zambrano, Isabel Escudero. La palabra más tuya (VVAA); 2006; Pista 5

(Reedición da versión do disco Cuenta conmigo, do ano 1984.)

jueves, 15 de septiembre de 2016

La tierra de Alvargonzález

                Al poeta Juan Ramón Jiménez

                        I
    Siendo mozo Alvargonzález,
dueño de mediana hacienda,
que en otras tierras se dice
bienestar y aquí opulencia,
en la feria de Berlanga
prendóse de una doncella,
y la tomó por mujer
al año de conocerla.
Muy ricas las bodas fueron,
y quien las vio las recuerda;
sonadas las tornabodas
que hizo Alvar en su aldea;
hubo gaitas, tamboriles,
flauta, bandurria y vihuela,
fuegos a la valenciana
y danza a la aragonesa.


                        II
    Feliz vivió Alvargonzález
en el amor de su tierra.
Naciéronle tres varones,
que en el campo son riqueza,
y, ya crecidos, los puso,
uno a cultivar la huerta,
otro a cuidar los merinos,
y dio el menor a la iglesia.


                        III
    Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.
    Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.
    La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.
    El menor, que a los latines
prefería las doncellas
hermosas y no gustaba
de vestir por la cabeza,
colgó la sotana un día
y partió a lejanas tierras.
La madre lloró, y el padre
diole bendición y herencia.

                        IV
    Alvargonzález ya tiene
la adusta frente arrugada,
por la barba le platea
la sombra azul de la cara.
    Una mañana de otoño
salió solo de su casa;
no llevaba sus lebreles,
agudos canes de caza;
    iba triste y pensativo
por la alameda dorada;
anduvo largo camino
y llegó a una fuente clara.
    Echóse en la tierra; puso
sobre una piedra la manta,
y a la vera de la fuente
durmió al arrullo del agua.

Antonio Machado: Campos de Castilla (1912)

Versións:
Sine Díe: Álvar González; Mientras llega el invierno; 2006; Pista 2

Mi reyecillo

Los persas tienen
Un rey sombrío;
Los hunos foscos
Un rey altivo;
Un rey ameno
Tienen los iberos;
Rey tiene el hombre,
Rey amarillo:
¡Mal van los hombres
Con su dominio!
Mas yo vasallo
De otro rey vivo,—
Un rey desnudo,
Blanco y rollizo:
Su cetro - ¡un beso!
Mi premio - ¡un mimo!
¡Oh! cual los áureos
Reyes divinos
De tierras muertas,
De pueblos idos
— ¡Cuando te vayas,
Llévame, hijo! —
Toca en mi frente
Tu cetro omnímodo;
Ungeme siervo,
Siervo sumiso:
¡No he de cansarme
De verme ungido!
¡Lealtad te juro,
Mi reyecillo!
Sea mi espalda
Pavés de mi hijo;
Pasa en mis hombros
El mar sombrío:
Muera al ponerte
En tierra vivo: —
Mas si amar piensas
El amarillo
Rey de los hombres,
¡Muere conmigo!
¿Vivir impuro?
¡No vivas, hijo!

José Martí: Ismaelillo (1882)

Versións:
Teresita Fernández: Mi reyecillo; Teresita canta a Martí; 2007; Pista 8

martes, 13 de septiembre de 2016

Bébetela

Dile cosas bonitas a tu novia:
«Tienes un cuerpo de reloj de arena
y un alma de película de Hawks.»
Díselo muy bajito, con tus labios
pegados a su oreja, sin que nadie
pueda escuchar lo que le estás diciendo
(a saber, que sus piernas son cohetes
dirigidos al centro de la tierra,
o que sus senos son la madriguera
de un cangrejo de mar, o que su espalda
es plata viva). Y cuando se lo crea
y comience a licuarse entre tus brazos,
no dudes ni un segundo:
bébetela.

Luis Alberto de Cuenca: Sin miedo ni esperanza (2002)

Versións:
Jesús Márquez e Santiago Gómez Valverde: Bébetela; La palabra y el tiempo; 2010; Pista 9

viernes, 9 de septiembre de 2016

Mi patria es dulce por fuera

Mi patria es dulce por fuera,
y muy amarga por dentro;
mi patria es dulce por fuera,
con su verde primavera,
con su verde primavera,
y un sol de hiel en el centro.

¡Qué cielo de azul callado
mira impasible tu duelo!
¡Qué cielo de azul callado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
ay, Cuba, el que Dios te ha dado,
con ser tan azul tu cielo!

Un pájaro de madera
me trajo en su pico el canto;
un pájaro de madera.
¡Ay, Cuba, si te dijera,
yo que te conozco tanto,
ay, Cuba, si te dijera,
que es de sangre tu palmera,
que es de sangre tu palmera,
y que tu mar es de llanto!

Bajo tu risa ligera,
yo, que te conozco tanto,
miro la sangre y el llanto,
bajo tu risa ligera.

Sangre  y llanto
bajo tu risa ligera;
sangre y llanto
bajo tu risa ligera.
Sangre y llanto.

El hombre de tierra adentro
está en un hoyo metido,
muerto sin haber nacido,
el hombre de tierra adentro.
Y el hombre de la ciudad,
ay, Cuba, es un pordiosero:
Anda hambriento y sin dinero,
pidiendo por caridad,
aunque se ponga sombrero
y baile en la sociedad.
(Lo digo en mi son entero,
porque es la pura verdad.)

Hoy yanqui, ayer española,
sí, señor,
la tierra que nos tocó
siempre el pobre la encontró
si hoy yanqui, ayer española,
¡cómo no!
¡Qué sola la tierra sola,
la tierra que nos tocó!

La mano que no se afloja
hay que estrecharla en seguida;
la mano que no se afloja,
china, negra, blanca o roja,
china, negra, blanca o roja,
con nuestra mano tendida.


Un marino americano,
bien,
en el restaurant del puerto,
bien,
un marino americano
me quiso dar con la mano,
me quiso dar con la mano,
pero allí se quedó muerto,

bien,
pero allí se quedó muerto
el marino americano
que en el restaurant del puerto
me quiso dar con la mano,

¡bien!

Nicolás Guillén: El son entero (1947)

Versións:
Ana Belén: Un marino americano; La paloma de vuelo popular; 1976; Pista 20



Ana Belén: Un marino americano; Los primeros años; 1994; CD1, Pista 4

(Reedición da versión do disco La paloma de vuelo popular, do ano 1976.)

jueves, 8 de septiembre de 2016

La playa de los peligros

Playa de los peligros: no sé por qué me evocas
la sensación concreta de una isla de caribes,
tú que contemplas muda tras tus abruptas rocas
el desfile de dragas, de gánguiles, de aljibes.

Allá cuando era niño, leyendo a Julio Verne
debió en mí germinar esta imagen bizarra,
y en mi sagrario vive. Hoy sobre mí se cierne,
tapa de mis recuerdos, este cielo pizarra.

Iba yo entonces solo por los escollos y breñas
soñando en Robinsones y en aventuras locas,
y eran para mí islotes las verdinosas peñas
y acantilados trágicos las florecidas rocas.

Un bergantín anclado allá en el fondeadero
era el navío dócil a la aventura incauta
del héroe en vacaciones, capitán quinceañero
que renovaba el mito del clásico argonauta.

La escena era tangible si entre las verdes algas
los broncíneos raqueros se bañaban desnudos,
y lucían sus torsos, sus muslos y sus nalgas,
manjares tentadores de antropófagos crudos.

Temblando de emociones veía la fragata,
los senos de las velas, blancos anfiteatros
opulentos al viento. En la borda el pirata.
Arriba, la gaviota… el exótico albatros.

Escenario encantado para vivir novelas.
Viñeta que ilustraba márgenes de relatos
por donde iban cruzando las blancas carabelas
erizadas de arpones para los ballenatos.

Playa de los Peligros. Qué a gusto te concibe
mi interrumpida mente caníbal y remota.
Aún si entorno los ojos, el raquero es caribe,
el patache fragata, albatros la gaviota.


Gerardo Diego: Versos cántabros. Versos humanos (1919-1924) (1925)

Versións:
Inés Fonseca: Playa de los peligros; Santander. Música para una ciudad; 2005; Pista 4





Inés Fonseca: Playa de los peligros; Generación del 27; 2007; Pista 6

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mi niña se fue a la mar

Mi niña se fue a la mar,
a contar olas y chinas,
pero se encontró, de pronto,
con el río de Sevilla.

Entre adelfas y campanas
cinco barcos se mecían,
con los remos en el agua
y las velas en la brisa.

¿Quién mira dentro la torre
enjaezada, de Sevilla?
Cinco voces contestaban
redondas como sortijas.

El cielo monta gallardo
al río, de orilla a orilla.
En el aire sonrosado,
cinco anillos se mecían.

Federico García Lorca: Canciones (1921-1924) (1927)

Versións:
Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Paco Ibáñez 1; 1964; Cara A, Corte 6



Carmela e Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Canciones de España y América Latina; 1969; Cara A, Corte 5



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Concierto en el Teatro de la Ópera de Buenos Aires; 1971; CD1, Pista 1



Camarón: Mi niña se fue a la mar; La leyenda del tiempo; 1979; Cara A, Corte 4



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Concierto en los estudios de la RTSI (Lugano, Suiza); 1980; Pista 1



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; En vivo, en Obras Sanitarias, Argentina; 1985; Pista 1



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; En vivo, en el Luna Park de Buenos Aires; 1987; Pista 2



Camarón: Mi niña se fue a la mar; Los gitanos cantan a Federico García Lorca, Vol.2 (VVAA); 1997; Pista 7

(Reedición da versión do disco La leyenda del tiempo, do ano 1979.)



Camarón: Mi niña se fue a la mar; Por alegrías y cantiñas; 1999; Pista 12

(Reedición da versión do disco La leyenda del tiempo, do ano 1979.)




Alicia e Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Concierto en el Palau de la Música de Barcelona; 2002; Pista 28



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Les concerts de Paco Ibáñez a Paris; 2002; Pista 8



Alicia e Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Concierto en el Espai de Música y Danza de la Generalitat, Barcelona; 2003; Pista 24



Amancio Prada: Mi niña se fue a la mar; Sonetos y canciones de Federico García Lorca; 2004; Pista 17



Paco Ibáñez: Mi niña se fue a la mar; Canta a los Poetas andaluces; 2008; CD1, Pista 14



Ángel Parra: Mi niña se fue a la mar; Ángel Parra chante Paco Ibáñez; 2011; Pista 7