lunes, 29 de febrero de 2016

Ebrio de trementina y largos besos

Poema 9

Ebrio de trementina y largos besos,
estival, el velero de las rosas dirijo,
torcido hacia la muerte del delgado día,
cimentado en el sólido frenesí marino.

Pálido y amarrado a mi agua devorante
cruzo en el agrio olor del clima descubierto,
aún vestido de gris y sonidos amargos,
y una cimera triste de abandonada espuma.

Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única,
lunar, solar, ardiente y frío, repentino,
dormido en la garganta de las afortunadas
islas blancas y dulces como caderas frescas.

Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos
locamente cargado de eléctricas gestiones,
de modo heroico dividido en sueños
y embriagadoras rosas practicándose en mí.

Aguas arriba, en medio de las olas externas,
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos
como un pez infinitamente pegado a mi alma
rápido y lento en la energía subceleste.

Pablo Neruda: 20 poemas de amor y una canción desesperada (1924)

Versións:
Pablo Neruda: Poema 9; La voz del poeta, Vol.1; 1968; Pista 9



Pablo Neruda: Ebrio de trementina y largos besos (poema 9); 20 poemas de amor y una canción desesperada; 2008; Pista 9, Audio-Libro, Visor Libros, S.L.

(Reedición da versión do disco La voz del poeta, Vol.1 do ano 1968.)



Ángel Corpa: Ebrio de trementina (poema IX); Aquí te amo; 2015; Pista 4

domingo, 28 de febrero de 2016

Mañana

Mañana, defiende mi alegría,
Haz que el vuelo del pájaro
Me acompañe en la sombra,
Dame tu nacimiento
Y renueva mis sábanas
Y ponlas a orear,
Que se desprendan de la noche,
Dame una flor de luz que me acompañe,
Una lámpara abierta
Para arder en mis ojos
Defiende mi rumor
Y conviértelo en cántico,
Mañana

José Luis Puerto: De la intemperie (2004)

Versións:
Amancio Prada e Juan Carlos Mestre: Conde ArnaldosMañana*; Huellas de Salamanca; 2005; Pista 3



*[Recitativo na voz de Juan Carlos Mestre, precedido da versión musical do Romance del Conde Arnaldos de Amancio Prada]

sábado, 27 de febrero de 2016

Abeja blanca zumbas —ebria de miel— en mi alma

Poema 8

Abeja blanca zumbas —ebria de miel— en mi alma
y te tuerces en lentas espirales de humo.

Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo,, y el que todo lo tuvo.

Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última.
En mi tierra desierta eres la última rosa.

Ah silenciosa!

Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa.

Tienes ojos profundos donde la noche alea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa.

Se parecen tus senos a los caracoles blancos.
Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra.

Ah silenciosa!

He aquí la soledad de donde estás ausente.
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas.

El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas.

Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.

Ah silenciosa!

Pablo Neruda: 20 poemas de amor y una canción desesperada (1924)

Versións:
Pablo Neruda: Poema 8; La voz del poeta, Vol.1; 1968; Pista 8



Pablo Neruda: Abeja blanca zumbas —ebria de miel— en mi alma (Poema 8); 20 poemas de amor y una canción desesperada; 2008; Pista 8, Audio-Libro, Visor Libros, S.L.

(Reedición da versión do disco La voz del poeta, Vol.1, do ano 1968.)



Ángel Corpa: Abeja blanca (poema VIII); Aquí te amo; 2015; Pista 5

viernes, 26 de febrero de 2016

Manifiesto del horizonte

Patria, amor mío, quiero juntar todas las ganas,
todo el guitarrerío donde tu pueblo canta
para que, copla a copla, nos vayamos sabiendo
el tamaño, la furia, la herencia solidaria;
ese modo de sernos uno al otro, camino
o río tumultuoso o historia castigada,
mientras que a golpe vivo de miseria aprendemos
que hay que empuñarse el rumbo sin pleito sin abogados.
Porque siempre nos joden, siempre nos joden, patria,
siempre los comedidos nos lleva a otra parte
¡y basta! ¡Ya está basta! ¡Terminémosla, patria!
Y juntemos a todos en una misma gana
para voltear el odio, el miedo, la miseria
y avanzar con el rostro nacional por el alba.

Digo que un hombre solo, sólo es un hombre, digo
que tiene su misterio el hombre solitario,
pero ya estoy cansado del misterio gratuito,
de la soledad pura y el silencio importante;
ya no quepo en la luna de tanto andar las noches
tuteándome con todos los duendes de la calle;
Digo que un hombre solo, sólo es un hombre solo
y que no tengo tiempo de amparar solitarios.

Tanto andar, tantos pasos por las calles en vilo,
cuánto que uno se busca, tanto que hemos andado
—no digamos que todos, pero la mayoría—
buscando el fundamento de lo que nos separa,
de eso que no nos deja reunir la alegría
y repartir a todos la sal, el pan y el agua,
esos tres elementos de que se nutre el grito,
el himno que supimos y el amor que nos salva,
tanto y cuánto que gasta la historia con nosotros
para que nos unamos de una vez por debajo
y sin embargo cuesta y sin embargo tarda
y sin embargo hay alguien que caerá mañana,
alguien que hoy no ha comido con los hijos mirándolo,
mirándonos, mirando tus cereales, patria.

Sumar uno más uno hasta llegar al hombre,
al país que dijimos sin olvidar a nadie,
súmame, patria, el niño que te ha visto vestida
de estival y muchacha con los sueños al aire
pero con lo labriego, con lo gremial del canto,
súmame lo de todos, cuéntame padre y madre
porque así es como puedo soñarte el horizonte
y una dulce pradera de pan multiplicado.

Hay que juntar las ganas y contar desde abajo,
vamos uniendo rostros, manos, sueños, olvidos,
flor turbamulta, quiero a la altura del día
el regreso de todo lo que fue sumergido.
A partir de esta calle no hay posible regreso,
no hay otro pacto que éste, pero sin apellidos
y no es fácil ni pronto, ni ya voy ni gemidos,
ni discursos, ni curas, ni general, ni edicto,
no hay arreglo, no hay nada que hacerle en este asunto:
hay que juntar las ganas, organizar el grito
y despertar de pronto como un solo estallido.

Patria, amor mío, es hora, se han cumplido los siglos.
Estoy fundiendo todas las manos de tus hijos,
aguarda que ahora tengo el corazón al viento
y en el viento un aroma popular encendido.
Espéranos, iremos por los barrios hermosos
donde el día transcurre custodiado de niños,
diciéndonos que es grave pero bello tenerte
limpia de capataces metálicos y cínicos.
Espérame. Esperemos. El último ha salido.

Hay que marchar con todos para soltar la aurora
de adentro de tu pueblo como un inmenso río
por donde irá la vida liberada cantando:
¡Ya vuelvo, amor, América, espérame en el trigo!

Armando Tejada Gómez: Los compadres del horizonte (1961)

Versións:
Armando Tejada Gómez: Manifiesto del horizonte; Canciones y poemas en dirección del viento; 1965; Lado B, Corte 2



Armando Tejada Gómez e Moncho Mieres: Manifiesto del horizonte; Cantoral de mi país al sur; 1966; Pista 10



Armando Tejada Gómez e Moncho Mieres: Manifiesto del horizonte; América canta (VVAA); 1974; Pista 1

(Reedición da versión do disco Cantoral de mi país al sur, do ano 1966.)



Armando Tejada Gómez: Manifiesto del horizonte; Vigencia; 2005; CD1: Su palabra; Pista 14

(Remasterización da versión do disco Canciones y poemas en dirección del viento, do ano 1965.)




*[Por razóns de espazo nunha entrada anterior etiquetouse a Armando Tejada Gómez, intérprete, como Tejada. Respectamos a etiqueta anterior para evitar duplicidades.]

jueves, 25 de febrero de 2016

Hoy las nubes me trajeron

Canción 8

Hoy las nubes me trajeron,
volando, el mapa de España.
¡Qué pequeño sobre el río,
y qué grande sobre el pasto
la sombra que proyectaba!

Se le llenó de caballos
la sombra que proyectaba.
Yo, a caballo, por su sombra
busqué mi pueblo y mi casa.

Entré en el patio que un día
fuera una fuente con agua.
Aunque no estaba la fuente,
la fuente siempre sonaba.
Y el agua que no corría
volvió para darme agua.

Rafael Alberti: Baladas y canciones de la Quinta del Mayor Loco. Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Calixto Sánchez: Tangos*; De la lírica al cante; 1996; Pista 5



Rafael Alberti: Hoy las nubes me trajeron; El viento que viene y va; 2002; Pista 1



Ángel Corpa: Hoy las nubes me trajeron; Canta a Rafael Alberti. Verte y no verte; 2004; Pista 9



*[A versión musical de Calixto Sánchez está composta polos poemas: Castilla tiene castillos, Hoy las nubes me trajeron, Elegía e El mar. La mar; das obras de Rafael Alberti: La amante (1925), Baladas y canciones del Paraná (1954) e Marinero en tierra (1925) (as dúas últimas), respectivamente.]

miércoles, 24 de febrero de 2016

Manifiesto

Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
—Nuestra primera y última palabra—
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
—Y esto lo digo con todo respeto—
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
—Y esto lo digo con mucho respeto—
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.
Nosotros repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con poesías!

La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
—Y esto sí que lo digo con respeto—
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.

Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
—Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos—
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.


Nicanor Parra: Obra gruesa* (1969)

Versiones:
Río Rojo: Manifiesto; Podemos ganar; 2010; Pista 1



*[Publicado orixinalmente, en forma de cartel pregado, por Nascimento, Santiago de Chile, 1963, con diseño de Roser Bru. Nesta primeira edición solta, dase ao pe do poema a seguinte indicación: <<Del libro Poemas prácticos, de próxima publicación>>. Este libro non chegaría a publicarse nunca, e o poema o recollería Nicanor Parra, moito máis adiante, e sen variacións, na sección 'Otros poemas' de Obra Gruesa (1969).]

martes, 23 de febrero de 2016

Hincado así

Los hinojos e las manos en tierra los fincó,
las yerbas del campo a dientes las tomó…


          HINCADO. Así.
                    Y en los dientes,
          el corazón, y en los labios,
          contra tu tierra con sangre,
          todo su sabor amargo.
          Dolor a muerto en la lengua,
          sabor a desenterrado,
          gusto a puñal por la espalda,
          sabor a crimen, a mano
          con gusto a sombra en la sombra,
          sabor a toro engañado,
          gusto a león exprimido,
          sabor a sueño,
          sabor a llanto,
          gusto a solo vientre hueco,
          a hombre arrancado de cuajo,
          sabor a mar triste, a triste
          árbol sin sabor a árbol.

          Amarga ha de ser la vuelta,
          pero sin sabor amargo.

                              Esto me an buolto mios enemigos malos.

Rafael Alberti: Como leales vasallos. Entre el clavel y la espada (1939-1940) (1941)

Versións:
Ángel Corpa: Hincado así; Canta a Rafael Alberti. Verte y no verte; 2004; Pista 5

Malibú

Málibu,
Olas de lluvia.
Aire de música.

Málibu,
Agua Cautiva.
Gruta Marina.

Málibu.
Nombre de hada.
Fuerza encantada.

Málibu,
Viento que ulula.
Bosque de Brujas.

Málibu,
Una palabra,
Y en ella, Magia.

Luis Cernuda: Desolación de la quimera (1962)

Versións:
Paco Damas: Malibú; Canta a Luis Cernuda y Rafael Alberti (1902-2002); 2002; Pista 1

lunes, 22 de febrero de 2016

Es hielo abrasador, es fuego helado

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Francisco de Quevedo: El Parnaso español, monte en dos cumbres dividido con las nueve musas castellanas (1648)

Versións:
Ángel Corpa: Es hielo abrasador; Cansonetos; 2007; Pista 2

Malagueñas

    Porque me veas con otra,
no dudes de mi querer.
La sangre se da mil veces,
y el corazón, una vez.


    No vuelvo a verte en la vida,
ni por tu calle a pasar.
Tu carita con la mía
no se vuelven a juntar.

    Los siete sabios de Grecia
no saben lo que yo sé...
Las fatigas y el tiempo
me lo hicieron aprender.

    Yo pensaba haber cogido
la naranja y el azahar...
Con hacer leña del tronco
me tuve que contentar.

    Las penas que tú me das
son penas y no son penas,
que tienes cositas malas
y tienes cositas buenas.

 
    Si te quise, no lo sé;
si me quisiste, tampoco...
Pues borrón y cuenta nueva:
yo con otra, y tú con otro.
 
    Por querer a una mujer
un hombre perdió la vida.
Y aquella mujer perdió...
la diversión que tenía.
 
    A la orillita del río
me pongo a considerar:
mis penas son como el agua,
que no acaba de pasar.
 
    Publica la enfermedad
aquel que espera el remedio.
Yo no pregono mis males,
porque curarme no quiero.

    No sólo canta el que canta,
que también canta el que llora...
No hay penita ni alegría
que se quede sin su copla.

    Desde la una a la una,
desde las dos a las dos,
son las veinticuatro horas,
que te estoy queriendo yo.

    Han alargado tu calle,
que ahora llega hasta la plaza,
y antes no llegaba más
que a la puerta de tu casa.
 
    Este querer que te tengo
me tié que costar la vía...
Si no me quieres, de pena;
si me quieres, de alegría.
 
    Por toas partes se va a Roma,
dice un antiguo refrán…
Y yo, por toítas partes,
voy a tu casa a parar.
 
    Ya te lo decía yo
que aquello se acabaría,
que en la casa de los pobres
dura poco la alegría.
 
    Cuando me miras, me matas...
Y si no me miras, más.
Son puñales que me clavas
y los vuelves a sacar.
 
    Cuando me pongo a cantar,
me salen, en vez de coplas,
las lágrimas de los ojos
los suspiros de la boca.
 
    Bendita sea mi tierra.
Bendita sea Sevilla.
Sevilla tiene a Triana.
Triana tiene a mi niña.

    ¿Para qué quieren oír
y para qué quieren ver
oídos que no la escuchan,
ojitos que no la ven?

    Te quiero, porque te quiero,
no por interés ninguno;
dinero sin gusto es ná,
y el gusto siempre es el gusto.

    La Virgen de la Esperanza,
aquella que está en San Gil,
aquella Señora sabe
lo que yo te quiero a ti.

    Mi mal no tiene remedio;
ésta sí que es la verdad...
Tus ojos, chiquilla, han sido
causa de mi enfermedad.
 
    Con toíto lo que puede
el Señor del Gran Poder,
me dijo que no podía
curarme de tu querer.

 
    Lloraba gotas de sangre,
y mis lágrimas bebía
porque no supiera nadie
lo que por ti padecía.

 
    A mi mare, en la agonía,
le juré no verte más...
Si cumplo mi juramento
la vía me va a costar.
 
    ¡Ay maresita del Carmen,
qué pena tan grande es
estar juntito del agua
y no poderla beber!
 
Manuel Machado: Cante hondo (1912)

Versións:
Enrique Morente: Sembré una esperanza*; Sacromonte; 1982; Cara A, Corte 3



Alfredo Arrebola: No dudes de mi querer (Fandangos de Lucena); Tríptico poético; 1999; Pista 15



El señor del Gran Poder (Soleá de Triana); Tríptico poético; 1999; Pista 22



*[A versión musical de Enrique Morente está seguida por dous cantes populares:

                    Corason mio, no yores
                    Ni te muestres afligío;
                    Que lo que ha sío y no es,
                    Como si no hubiera sío.
Francisco Rodríguez Marín: Cantos populares españoles; nº: 5155, PENAS; Tomo III; Francisco Álvarez y Cª; Sevilla, 1882; pax.378

                    Suspiros del corazon
                    Salen de mi pecho ardiendo
                    Y se van á aposentar
                    Donde está mi amor durmiendo
Francisco Rodríguez Marín: Cantos populares españoles; nº: 2639, TERNEZAS; Tomo II; Francisco Álvarez y Cª; Sevilla, 1882; pax.307

E remata cun cante no que adapta parte dun poema de al-Mu’tamid, derradeiro rei abadí da taifa de Sevilla.]

sábado, 20 de febrero de 2016

En vano descuidado pensamiento

LENIO

En vano descuidado pensamiento
Una loca altanera fantasía,
Un no sè qué, que la memoria cria,
Sin sér, sin calidad, sin fundamento;

Una esperanza que se lleva el viento,
Un dolor con renombre de alegria,
Una noche confusa do no hay dia,
Un ciego error de nuestro entendimiento;

Son las raíces propias de do nace
Esta quimera antigua celebrada,
Que amor tiene por nombre en todo el suelo.

Y el alma que en amor tal se complace,
Merece ser del suelo desterrada,
Y que no la recojan en el Cielo.

Miguel de Cervantes: La Galatea (1585)

Versións:
Ángel Corpa: Amor tiene por nombre; Amor tiene por nombre; 2005; Pista 12

jueves, 18 de febrero de 2016

Mala cabeza

Por mi mala cabeza
yo me puse a escribir.
Otro, por mucho menos,
se hace Guardia Civil.

Por mi mala cabeza
creí en la libertad.
Otro respira incienso
las fiestas de guardar.

Por mi mala cabeza
contra el muro topé.
Otro levantó el muro
con los cuernos, tal vez.

Por mi mala cabeza
sólo digo verdad.
Por mi mala cabeza
me descabezarán.

José Agustín Goytisolo: Algo sucede (1968)*

Versións:
Paco Ibáñez: Por mi mala cabeza; Canta a José Agustín Goytisolo; 2002; Pista 7



Paco Ibáñez: Por mi mala cabeza; Concierto en el Palau de la Música de Barcelona; 2002; Pista 8

(Grabación en directo da versión do disco Canta a José Agustín Goytisolo, do ano 2002.)




*[O poema aparece recollido, tamén, nas obras seguintes: Del tiempo y del olvido (1977; 1980) suprimindo as comas e mantendo os puntos que pechan as estrofas e o verso 14; ademáis v.4 se hace guardia civil. Palabras para Julia y otras canciones (1980), mantendo a puntuación pero suprimindo as comas; Palabras para Julia (1990) igual que o anterior engadindo a variante do v.4; La voz y la palabra (1994) igual que o anterior; Algo sucede (1996) igual que os dous anteriores e variando o v.14 siempre digo verdad. e; Poesía para estudiantes (1996), semellante á edición do ano 1990. José Agustín Goytisolo: Poesía completa; Edición, prólogo e notas de Carmen Riera e Ramón García Mateos; Poesía, 178; Editorial Lumen, Barcelona, 2009; ISBN: 978-84-264-1409-5]

miércoles, 17 de febrero de 2016

De príncipe que en el suelo

SILERIO

      De príncipe que en el suelo
Va por tan justo nivel,
¿Qué se puede esperar dél
Que no sean obras del cielo?

      No se ve en la edad presente,
Ni se vió en la edad pasada
República gobernada
De príncipe tan prudente:
Y del que mide su celo
Por tan cristiano nivel,
¿Qué se puede esperar dél
Que no sean obras del cielo?

      Del que trae por bien ageno
Sin codiciar mas despojos,
Misericordia en los ojos,
Y la justicia en el seno:
Del que lo mas deste suelo
Es lo menos que hay en él,
¿Qué se puede esperar dél
Que no sean obras del cielo?

      La liberal fama vuestra
Que hasta el cielo se levanta,
De que teneis alma santa
Nos da indicio y clara muestra:
Del que no discrepa un pelo
Del ser al cielo fiel,
¿Qué se puede esperar dél
Que no sean obras del cielo?

      Del que con cristiano pecho
Siempre en el rigor se tarda,
Ya la justicia le guarda
Con clemencia su derecho:
De aquel que levanta el vuelo
Do ninguno llega á él,
¿Qué se puede esperar dél
Que no sean obras del cielo?


Miguel de Cervantes: La Galatea (1585)

Versións:
Ángel Corpa: Que se puede esperar de él; Amor tiene por nombre; 2005; Pista 8

martes, 16 de febrero de 2016

Mais ó que ben quixo un día

Mais ó que ben quixo un día,
si a querer ten afición,
sempre lle queda unha mágoa
dentro do seu corazón.
                               
 
               I
Aló nas tardes serenas,
aló nas tardes caladas,
fanse máis duras as penas
que nas brandas alboradas.
                               
 
Aló nas tardes sombrisas,
aló nas tardes escuras,
fanse máis cortas as risas,
máis negras as desventuras.
                               
 
Que non hai sera tranquila
para quen remorsos garda,
e máis presto se aniquila
canto máis á noite agarda.
                               
 
               II
Eu ben sei destos secretos
que se esconden nas entrañas,
que rebolen sempre inquietos
baixo mil formas estrañas.
                               
 
Eu ben sei destes tormentos
que consomen e devoran,
dos que fan xemer os ventos,
dos que morden cando choran.
                               
 
I anque ora sorrindo canto,
anque ora canto con brío,
tanto chorei, chorei tanto
como as auguiñas dun río.
                               
 
Tiven en pasados días,
fondas penas e pesares,
e chorei bágoas tan frías
como as auguiñas dos mares.
                               
 
Tiven tan fondos amores
e tan fondas amarguras,
que era fonte de dolores
nacida entre penas duras.
                               
 
               III
Ora río, ora contento
vou polas eiras cantando,
vendo de onda ven o vento
cando vou levar o gando.
                               
 
Ora con grande sosiego
durmo na beira das fontes,
durmo na beira dos regos,
durmo na punta dos montes.
                               
 
Mais ó que ben quixo un día,
si a querer ten afición,
sempre lle queda unha mágoa
dentro do seu corazón.
                               

Rosalía de Castro: Cantares gallegos (1863)

Versións:
Amancio Prada: Mais o que ben quixo un día; Rosalía de Castro; 1975; Pista 4



Xistra: Mais o que ben quixo un día; Temporal; 1989; Cara A, Corte 2



Amancio Prada e Pandereiteiras de Baio; Airiños, aires; Rosas a Rosalía; 1997; Pista 17



Amancio Prada e Pandereiteiras de Baio; Mais ó que ben quixo un día; Rosalía siempre; 2005; Pista 12

(Reedición da versión do disco Rosas a Rosalía, do ano 1997)



Carmen Rey: Aló; Meu; 2008; Pista 9



Najla Shami: Aló nas tardes; Na lingua que eu falo; 2013; Pista 1



Narf: Nas tardes escuras; Nas tardes escuras; 2013; Pista 11



aCadaCanto: Aló; a rosa d'Adina; 2013; Pista 6



Amancio Prada e Pandereiteiras de Baio: Airiños, aires; Resonancias de Rosalía; 2014; Pista 12

(Reedición da versión do disco Rosas a Rosalía, do ano 1997)


Tempo catro sexteto: Mais ó que ben quixo un día; Os ollos que falan; 2014; Pista 11

lunes, 15 de febrero de 2016

En el mal que me lastima

              ERASTRO

En el mal que me lastima,
Y en el bien de mi dolor
Es mi fe de tanta estima,
Que ni huye del temor,
Ni á la esperanza se arrima:
No la turba ó desconcierta
Ver que está mi pena cierta
En su difícil subida,
Ni que consumen la vida
Fe viva, esperanza muerta.

Milagro es este en mi mal,
Mas eslo, porque mi bien,
Si viene, venga á ser tal,
Que entre mil bienes le den
La palma por principal:
La fama con lengua esperta
Dé al mundo noticia cierta,
Que el firme amor se mantiene
En mi pecho, adonde tiene
Fe viva, esperanza muerta.

Vuestro desdén riguroso
Y mi humilde merecer
Me tienen tan temeroso,
Que ya que os supe querer,
Ni puedo hablaros, ni oso:
Veo de contino abierta
A mi desdicha la puerta,
Y que acabo poco á poco,
Porque con vos valen poco
Fe viva, esperanza muerta.

No llega á mi fantasía
Un tan loco devaneo,
Como es pensar que podría
El menor bien que deseo,
Alcanzar por la fe mia:
Podeis, pastora, estar cierta,
Que el alma rendida acierta
A amaros qual merecéis:
Pues siempre en ella hallareis
Fe viva, esperanza muerta.

Miguel de Cervantes: La Galatea (1585)

Versións:
Ángel Corpa: En el mal que me lastima; Amor tiene por nombre; 2005; Pista 5

domingo, 14 de febrero de 2016

Máis alá

MÁIS alá da fronteira a noite continúa.
Hai estraños lugares, máis alá da fronteira
Nos que a noite se alonga, no día, mentireira.
E onde os mozos non mudan o disfrace de lúa.

Salas de mortos cines do norte lusitano
Soben os seus telóns de sombras feiticeiras
Que crean o artificio, para que a viaxeira
Noite poida triunfar contra os días do ano.

Son oasis de tebras, lagoas traizoeiras:
Se nelas me asolago, sinto o seu turbio engano.

E pode aparecer, deitada na ribeira,
Coa luz amortallada do alto mediodía,
A loira adolescente que me levou por vías
Perigosas o sábado, máis alá da fronteira.

Ramiro Fonte: Gabinete de estampas. A rocha dos proscritos [Poemas complementarios, 1994-2004] (2005)

Versións:
Víctor Aneiros: Máis alá; Brétemas da memoria; 2010; Pista 5

sábado, 13 de febrero de 2016

Cuando Preciosa el panderete toca

Cuando Preciosa el panderete toca,
y hiere el dulce son los aires vanos,
perlas son que derrama con las manos;
flores son que despide de la boca.

Suspensa el alma, y la cordura loca,
queda a los dulces actos sobrehumanos,
que, de limpios, de honestos y de sanos,
su fama al cielo levantado toca.

Colgadas del menor de sus cabellos
mil almas lleva, y a sus plantas tiene
Amor rendidas una y otra flecha.

Ciega y alumbra con sus soles bellos,
su imperio amor por ellos le mantiene,
y aún más grandezas de su ser sospecha.

Miguel de Cervantes: La Gitanilla. Novelas ejemplares (1613)

Versións:
Ángel Corpa: Cuando Preciosa el panderete toca; Cansonetos; 2007; Pista 5

viernes, 12 de febrero de 2016

Maio 1972, I

Fai pouco tiven un soño
que máis ben foi un lembrar,
pois os soños moitas veces
veñen da realidá.

Colléronme preso un día
i atáronme mau con mau,
por culpa dun falso amigo,
fillo bastardo dun can.
Colléronme preso un día,
enlamáronme no chan,
aldraxáronme, puxeron
o meu nome a pregoar.
Sepan homes e mulleres
desta honrada vecindá
que o poeta é un falsario,
un malvado, un mintirán.

Moraima, non me perguntes
nin pretendas saber máis,
pois o meu soño esvaíuse
cos paxaros da mañán.
Diréiche soio unha cousa
pra esta historia rematar.
Colléronme preso un día,
outro non me collerán.

Celso Emilio Ferreiro: Onde o mundo se chama Celanova (1975)

Versións:
Suso Vaamonde: Un soño (Maio 1972); Celso E. Ferreiro na voz de Suso Vaamonde; 1980; Cara A, Corte 3



Suso Vaamonde: Un soño; Galiza a José Afonso. Concerto ao vivo. Castrelos (Vigo) (VVAA). Agosto 1985; 1999; CD1, Pista 2



María do Ceo: Tiven un soño; No bico un cantar; 2010; Pista 7

Elegía

                         A Ignacio Sánchez Mejías

          EL TORO DE LA MUERTE

     Antes de ser o estar en el bramido
     que la entraña vacuna conmociona,
     por el aire que el cuerno desmorona
     y el coletazo deja sin sentido;

     en el oscuro germen desceñido
     que dentro de la vaca proporciona
     los pulsos a la sangre que sazona
     la fiereza del toro no nacido;

     antes de no existir, antes de nada,
     se enhebraron un duro pensamiento
     las no floridas puntas de tu frente:

     Ser sombra armada contra luz armada,
     escarmiento mortal contra escarmiento,
     toro sin llanto contra el más valiente.

                    (Por el mar Negro un barco
                    va a Rumanía.
                    Por caminos sin agua
                    va tu agonía.
                    Verte y no verte.
                    Yo, lejos navegando,
                    tú, por la muerte.)

Las alas y las velas,
se han caído las alas,
se han cerrado las alas,
solo alas y velas resbalando por la inmovilidad crecida de los ríos,
alas por la tristeza doblada de los bosques,
en las huellas de un toro solitario bramando en las marismas,
alas revoladoras por el frío con punta de estocada en las llanuras,
solo las velas y alas muriéndose esta tarde.
Mariposas de rojo y amarillo sentenciadas a muerte,
parándose de luto,
golondrinas heladas fijas en los alambres,
gaviotas cayéndose en las jarcias,
jarcias sonando y arrastrando velas,
alas y velas fallecidas precisamente hoy.

Fue entonces cuando un toro intentó herir a una paloma,
fue cuando corrió un toro que rozó el ala de un canario,
fue cuando se fue el toro y un cuervo entonces dio la vuelta por tres veces al ruedo,
fue cuando volvió el toro llevándolo invisible y sin grito en la frente.

¡A mí, toro!

          (Verónicas, faroles,
          velas y alas.
          Yo en el mar, cuando el viento
          los apagaba.
          Yo, de viaje.
          Tú, dándole a la muerte
          tu último traje.)

          EL TORO DE LA MUERTE

Negro toro, nostálgico de heridas,
corneándole al agua sus paisajes,
revisándole cartas y equipajes
a los trenes que van a las corridas.

¿Qué sueñas en tus cuernos, qué escondidas
ansias les arrebolan los viajes,
qué sistemas de riegos y drenajes
ensayan en la mar tus embestidas?

Nostálgico de un hombre con espada,
de sangre femoral y de gangrena,
ni el mayoral ya puede detenerte.

Corre, toro, a la mar, embiste, nada,
y a un torero de espuma sal y arena,
ya que intentas herir, dale la muerte.

                    (Mueve el aire en los barcos
                    que hay en Sevilla,
                    en lugar de banderas,
                    dos banderillas.
                    Llegando a Roma, yo
                    vi de banderilleras
                    a las palomas.)

¡Para qué os quiero, pies, para que os quiero?
Los pies pisan la muerte,
poco a poco los pies andan pisando este camino
por donde viene acompañada o sola,
visible o invisible, lenta o veloz,
la muerte.
¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero?
Me va a coger la muerte en zapatillas,
no en zapatillas para el pie del baile,
no con tacón para esas tablas donde también
suele temblar la muerte con voz sorda de pozo,
voz de cueva o cisterna con un hombre que no se sabe si ahogado,
voz con tierra de ortigas y guitarra.

¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero?

Unos mueren de pie, ya con zapatos o alpargatas,
bien bajo el marco de una puerta o de una ventana,
también en medio de una calle con sol y hoyos abiertos, otros…

Me va a coger la muerte en zapatillas,
así, con medias rosas y zapatillas negras me va a matar la muerte.
¡Aire!

¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero?

                    (Por pies con viento y alas,
                    por pies salía
                    de las tablas Ignacio
                    Sánchez Mejías.
                    ¡Quién lo pensara
                    que por pies un torillo
                    lo entablerara!)

          EL TORO DE LA MUERTE

     Si ya contra las sombras movedizas
     de los calcáreos troncos impasibles,
     cautos proyectos turbios indecibles
     perfilas, pulimentas y agudizas;

     si entre el agua y la yerba escurridizas,
     la pezuña y el cuerno invisibles
     cambian los imposibles en posibles,
     haciendo el aire polvo y la luz trizas;

     si tanto oscuro crimen le desvela
     su sangre fija a tu pupila sola,
     insomne sobre el sueño del ganado;

     huye, toro tizón, humo y candela,
     que ardiendo de los cuernos a la cola,
     de la noche saldrás carbonizado.

          (En La Habana las sombras
          de las palmeras
          me abrieron abanicos
          y revoleras.
          Una mulata,
          dos pitones en punta
          bajo la bata.

          La rumba mueve cuernos,
          pases mortales,
          ojos de vaca y ronda
          de sementales.
          Las habaneras,
          sin saberlo, se mueven
          por gaoneras.

          Con Rodolfo Gaona,
          Sánchez Mejías
          se adornaba la muerte
          de alegorías:
          México, España,
          su sangre por los ruedos
          y una guadaña.

          Los indios mexicanos
          en El Toreo,
          de los ¡olés! se tiran
          al tiroteo.
          ¡Vivan las balas,
          los toros por las buenas
          y por las malas!

          Ya sus manos, Gaona,
          paradas, frías,
          te da desde la muerte
          Sánchez Mejías.
          Dale, Gaona,
          tus manos, y en sus manos,
          una corona.)

¿Qué sucede, qué pasa, qué va a pasar,
qué está pasando, sucediendo, qué pasa,
qué paso?

La muerte había sorbido agua turbia en los charcos que ya no son del mar,
pero que ellos se sienten junto al mar,
se había rozado y arañado contra los quicios negros de los túneles,
perforando los troncos de los árboles,
espantando el silencio de las larvas,
los ojos de las orugas,
intentando pasar exactamente por el centro a una hoja, herir, herir el aire del espacio de dos piernas corriendo.
La muerte mucho antes de nacer había pensado todo esto.
Me buscas como al río que te dejaba sorber sus paisajes, como a la ola tonta que se acercaba a ti sin comprender quién eras]
para que tú la cornearas.
Me buscas como a un montón de arena donde escarbar un hoyo,
sabiendo que en el fondo no vas a encontrar agua,
no vas a encontrar agua,
nunca jamás tú vas a encontrar agua,
sino sangre,
no agua,
jamás,
nunca.

No hay reloj,
no hay ya tiempo,
no existe ya reloj que quiera darme tiempo a salir de la muerte.

               (Una barca perdida
               con un torero,
               y un reloj que detiene
               su minutero.
               Vivas y mueras,
               rotos bajo el estribo
               de las barreras.)

          EL TORO DE LA MUERTE

     Al fin diste a tu duro pensamiento
     forma mortal de lumbre derribada,
     cancelando con sangre iluminada
     la gloria de una luz en movimiento.

     ¡Qué ceguedad, qué desvanecimiento
     de toro, despeñándose en la nada,
     si no hubiera tu frente desarmada
     visto antes de nacer su previo intento!

     Mas clavaste por fin bajo el estribo,
     con puntas de rencor tintas en ira,
     tu oscuridad, hasta empalidecerte.

     Pero luego te vi, sombra en derribo,
     llevarte como un toro de mentira,
     tarde abajo, las mulas de la muerte.

                    (Noche de agosto arriba
                    va un ganadero,
                    sin riendas, sin estribos
                    y sin sombrero.
                    Decapitados,
                    toros negros, canelas
                    y colorados.)

Se va a salir el río y ya no veré nunca el temblor de los juncos,
va a rebosar el río paralizando el choque de las cañas,
desplazando como una irresistible geografía de sangre que volverá los montes nuevas islas,
los bosques nuevas islas,
inalcanzables islas cercadas de flotantes tumbas de toros muertos,
de empinados cadáveres de toros,
rápidas colas rígidas que abrirán remolinos,
lentos y coagulados remolinos que no permitirán este descenso,
este definitivo descenso necesario que le exigen a uno
cuando ya el cuerpo no es capaz de oponerse a la atracción del fondo
y pesa menos que el agua.

Desvíeme esos toros,
mire que voy bajando favorecido irremediablemente por el viento,
tuérzale el cuello al rumbo de esa roja avalancha de toros que le empujan,
déjeme toda el agua,
le pido que me deje para mí solo toda el agua,
agua libre,
río libre,
porque usted ya está viendo, amigo, cómo voy,
porque usted, viejo amigo, está ya comprendiendo adónde voy,
ya estás, amigo, estás olvidándote casi adónde voy,
amigo, estás, amigo…

Había olvidado ahora que le hablaba de usted, no de tú, desde siempre.

               (—¿De dónde viene, diga,
               de dónde viene,
               que ni el agua del río
               ya le sostiene?
               —Voy navegando,
               también muerto, a la isla
               de San Fernando.)

          DOS ARENAS

     Dos arenas con sangre, separadas,
     con sangre tuya al son de dos arenas
     me quemarán, me clavarán espadas.

     Desunidas, las dos vendrán a unirse,
     corriendo en una sola por mis venas,
     dentro de mí para sobrevivirse.

     La sangre de tu muerte y la otra, viva,
     la que fuera de ti bebió este ruedo,
     gloriosamente en unidad activa,

     moverán lunas, vientos, tierras, mares,
     como estoques unidos contra el miedo:
     la sangre de tu muerte en Manzanares,
     la sangre de tu vida
     por la arena de México absorbida.

                    (Verte y no verte.
                    Yo, lejos navegando;
                    tú, por la muerte.)

Plaza de toros El Toreo
México, 13 de Agosto de 1935

Rafael Alberti: Verte y no verte (1935)

Versións:
Mikaela: Verte y no verte; Canta poesías de Rafael Alberti; 1970; Pista 3



Ángel Corpa: Verte y no verte; Canta a Rafael Alberti. Verte y no verte; 2004; Pista 15