martes, 16 de enero de 2018

Mis ojos que lo ven todo

ACTO PRIMERO

CUADRO PRIMERO
RINCÓN DE ALDEA

ESCENA I
El ETERNO y el GRUPO DE LOS VIEJOS Y LAS VIEJAS

ETERNO
Mis ojos que lo ven todo
a pesar de no ver nada,
ven cómo se multiplican
los manantiales de España.
En la misma piedra brotan
los manantiales del agua,
y, en la misma piedra, sangre
de otros manantiales salta.
El agua y la sangre, unidas
corren, penetran, empapan
las entrañas de mi tierra,
los veneros de mi patria,
y su blancura sangrienta
vuelven más roja y más blanca.
Agosto está entre nosotros
afilándose las garras
con bayonetas calientes
y ametralladoras cálidas.
El dieciocho de julio
del año que nos traspasa
la guerra erizó su lomo
de bestia desesperada.
Reluciente fecha, amigos
de mi aldea y de mi alma.
Los ricos contra los pobres
traidoramente se lanzan
tras de cuatro generales,
traidores de pura raza,
temerosos de perder
las rentas y las espadas,
unas ganadas a robos,
otras a traición ganadas.
Los pobres contra los ricos
levantaron sus murallas
el dieciocho de julio
para que no las pasaran,
y hoy, treinta de agosto, aún
ni las rompen ni las pasan.
Pocas armas tiene, amigos,
nuestro pueblo: pocas armas.
Y con las pocas que tiene
maltrechas y desusadas,
sin pólvora se defiende,
sin pólvora y sin metralla,
pero con una pasión
que vale cuatro montañas.
Mis ojos todo lo ven
ciegos, sin luz ni sustancia.
Y ven frentes victoriosas
bajo la luz de las parvas,
bajo la luz de los días
que se acercan a mi casa.
Creo en la fuerza del pobre,
creo en la tierra que labra
y en la victoria del trigo
que ha de cubrirla mañana,
cuando de la tierra sea
dueño aquel que la trabaja.

VIEJO 1º
Eterno, mucha creencia
resplandece en tu palabra.
Yo tengo mis muchas dudas,
y razones no me faltan
para dudar de la suerte
que al trabajador aguarda.

VIEJO 2º
Eterno, tú hablas del mundo,
cuando de sus hombres hablas,
como si no conocieras
la debilidad humana.

(…)

Miguel Hernández: Acto 1º, Cuadro 1º, Escena Iª. Pastor de la muerte (1937)

Versións:
Francisco Curto: Cogedme / Llegó con tres heridas / Cada vez más presente*; Miguel Hernández; 1976; Cara A, Corte 2



*[A versión musical de Francisco Curto está composta polos seguintes poemas: Cogedme, cogedme, Llegó con tres heridas e Cada vez más presente, todos da obra de Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias; cantados nesa orde e precedidos dun breve recitativo composto pola primeira estrofa do poema Me llamo barro aunque Miguel me llame, da obra El rayo que no cesa e os seis versos finais do poema Mis ojos que lo ven todo, da peza teatral Pastor de la muerte, do ano 1937.]

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