Son pretextos lo que buscas
a fin de "quebrar" conmigo,
e inventas esas historias
sin fundamento ni tino.
¿De dónde sacaste tú
que me vieron el domingo
—después que dejé tu casa—
borracho y metiendo líos?
¿O es que ahora uno no puede
discutir con los amigos,
y tomarse alguna que otra
igual que cualquier vecino?
Eso de que estuve preso
en Santana es chismerío;
si alguna vez me llevaron
fué en calidad de testigo.
No es cierto que abandoné
una mujer con dos hijos:
me divorcie legalmente
y el divorcio no es delito.
Nunca fui contrabandista.
Cuando tuve un bolichito
sólo compraba en la "línea"
yerba, azúcar, caña y vino.
Tampoco soy "calavera"
como dices que te han dicho.
No veo que sea jugar
hacerse un apunte al "bicho".
Es mentira que me ven
en "pensiones" tiro a tiro,
pues hace un mes, por lo menos,
que en una pensión no piso.
Yo te juro que es verdad
esto todo que te escribo,
y si tú no lo "acreditas"
te pongo a Dios de testigo.
Si de mí ya estás cansada
decilo que me resigno,
y no procures pretextos
a fin de quebrar conmigo
Olyntho María Simões: La sombra de los plátanos (1950)
Versións:
Larbanois & Carrero: Una carta; Cantacaminos; 1981; Lado 1, Corte 6
No hay comentarios :
Publicar un comentario