miércoles, 3 de julio de 2019

Exclamación y querella de la gobernación

          I
Quando Roma prosperava,
Quinto Favio la regía
e Çipión guerreaba
Tito Libio describía.
Las donzellas e matronas
por la onra de su tierra
desguarnían sus personas
para sostener la guerra.

          II
En un pueblo donde moro
al neçio fazen alcalde,
fierro preçian más que oro,
la plata danla de balde;
la paja guardan los tochos
e dexan perder los panes,
caçan con los aguilochos
comense los gavilanes.

          III
Queman los nuevos olivos,
guardan los espinos tuertos,
condenan a muchos vivos
quieren salvar a los muertos.
Los mejores valen menos:
¡mirad que governaçión
ser governados los buenos
por los que tales no son!

          IV
La fruta por el sabor
se conoçe su natío,
e por el governador
el governado navío.
Los cuerdos fuir devrían
de do locos mandan más,
que quando los çiegos guían,
¡guay de los que van detrás!

          V
Que villa sin regidores
su triunfo será breve,
la casa sin moradores
muy prestamente se llueve.
De puercos que van sin canes
pocos matan las armadas,
las huestes sin capitanes
nunca son bien governadas.

          VI
Los çapatos sin las suelas,
mal conservarán los pies;
sin las cuerdas las viyuelas
fazen el son que sabés.
El que da oro sin peso
más pierde de la fechura,
quien se guía por su seso,
no va lueñe de locura.

          VII
En arroyo sin pescado,
yerro es pescar con çesta,
e por monte traqueado
trabajar con la ballesta.
Do no punen maleficios
es gran locura bevir,
e do no son los serviçios
remunerados, servir.

          VIII
Quanto más alto es el muro,
más fondo çimiento quiere;
de caer está seguro
aquel que nunca subiere.
Donde sobra la codiçia
todos los bienes falleçen;
en el pueblo sin justiçia
los que son justos padeçen.

          IX
La iglesia sin letrados
es palaçio sin paredes;
no toman grandes pescados
con las muy sotiles redes.
Los mançebos sin los viejos
es peligroso metal;
grandes fechos sin consejos
siempre salieron a mal.

          X
En el cavallo sin freno
va su dueño temeroso;
sin el governalle bueno
el barco va peligroso.
Sin secutores las leyes
maldita la pro que traen,
los reinos sin buenos reyes
sin adversarios se caen.

          XI
La mesa sin los manjares
no farta los conbidados;
sin vezinos los lugares
presto serán asolados.
La nao sin el patrón
no puede ser bien guiada;
do rigen por afiçión
es peligrosa morada.

          XII
Las ovejas sin pastor
destruyen las heredades;
religiosos sin mayor
grandes cometen maldades.
Las viñas sin viñaderos
logranlas los caminantes;
las cortes sin cavalleros
son como manos sin guantes.

          XIII
El golpe fará liviano
la mano sin el espada;
el espada sin la mano
no dará gran cuchillada.
Las gentes sin los caudillos
muy flacamente guerrean;
los capitanes senzillos
por sendos onbres pelean.

          XIV
Es peligro navegar
en galea sin los remos,
mas mayor es conversar
con quien sigue los estremos.
Pues si la conversaçión
es con los tales dañosa,
por çierto la sojuçión
muncho será peligrosa.

          XV
Onbres d’armas sin ginetes
perezosa fazen guerra;
las carracas sin barquetes
mal se sirven de la tierra.
Los menudos sin mayores
son corredores sin salas;
los grandes sin los menores
como falcones sin alas.

          XVI
Que bien como dan las flores
perfeçión a los frutales,
así los grandes señores
a los palaçios reales;
e los prinçipes derechos
luzen sobr’ellos sin falla,
bien como los ricos techos
sobre fermosa muralla.

          XVII
Al tema quiero tornar
de la çibdad que nombré
cuyo duró prosperar
quanto bien regida fue;
pero después que reinaron
cudiçias particulares,
sus grandezas se tornaron
en despoblados solares.

          XVIII
Todos los sabios dixieron
que las cosas mal regidas
quanto mas alto subieron
mayores dieron caídas.
Por esta causa reçelo
que mi pueblo con sus calles
avrá de venir al suelo
por falta de governalles.

Gómez Manrique: Cancionero general de muchos y diversos autores* (1511)

Versións:
José Pérez: Coplas por el mal gobierno de la ciudad de Toledo; España, Castilla, Libertad; 1976; Cara B, Corte 6



*[Coñecida popularmente como «Sátira del mal gobierno de Toledo», foi composta entre os anos 1462-63 (como parece indicar a glosa de Pedro Díaz de Toledo que acompaña ao poema en dous dos tres códices onde se recolle). Apareceu publicado por vez primeira no Cancionero general de muchos y diversos autores de Hernando del Castillo, en Valencia, en la imprenta de Cristobal Cofman, en 1511. Sara Russo: Aproximación a la tradición textual de Gómez Manrique. s.XV-XVI; Máster Universitario en Literatura Española. Departamento de Filología Española II. Facultad de Filología; Madrid, 2012.]

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