martes, 28 de febrero de 2023

Tarde del trópico

                IV

    Es la tarde gris y triste.
Viste el mar de terciopelo
y el cielo profundo viste
de duelo.

    Del abismo se levanta
la queja amarga y sonora.
La onda, cuando el viento canta,
llora.

    Los violines de la bruma
saludan al sol que muere.
Salmodia la blanca espuma:
miserere.

    La armonía el cielo inunda,
y la brisa va a llevar
la canción triste y profunda
del mar.

    Del clarín del horizonte
brota sinfonía rara,
como si la voz del monte
vibrara.

    Cual si fuese lo invisible…
cual si fuese el rudo son
que diese al viento un terrible
león.

Rubén Darío: Otros poemas. Cantos de vida y esperanza (1905)

Versións:

Andrés Calamaro: Tarde del trópico IV; Tributo a Rubén Darío (VVAA); 2000; Pista 2




Caballero Reynaldo: Tarde del trópico IV; Tributo a Rubén Darío (VVAA); 2000; Pista 10




Caballero Reynaldo: Tarde de trópico; Hall of fame records. The albums of 1993-2005 (Vol.2) (bandcamp); 2020; Pista 1

(Reedición da versión do disco Tributo a Rubén Darío, do ano 2000.)


Juan Murube & S40: Tarde del trópico; www.youtube.com; 2021;

Mazurca de los ranchos

Viene el jinete cansado
de cabalgar
y se cruzó el poncho patria
para dormitar

Desde unos ranchos le sale
a convidar
acordeón de doble hilera
costas de Achar

Y mientras desensilla
una amarilla luna lo ve
el mozo está bailando
desensillando su pangaré

Mazurca de los ranchos
que el mozo oyó
música de la noche
y del terrón

Dile mejor ranchera
por qué llegó
de lejos y se hizo
pronto nación

bajo una lámpara rosa
la descubrió
pálida cara de niña
moño punzó

Los ojos claros, la boca
como un malvón
parece la virgen santa
dijo y tembló

Y en ese duro enredo
como con miedo, no la invitó
la moza no bailaba
y no miraba enrededor

Por qué no descubriste
cuando él entró
que era ciega la moza
moño punzó

Que eran sus claros ojos
desolación
porque no secreteaste
su corazón

Mazurca de los ranchos
ciega acordeón
música de la noche
y del terrón

Washington Benavides: Tanta vida en cuatro versos (un cancionero) (2013)

Versións:

Carlos Benavides: Mazurka de los ranchos; Soy del campo; 1974; Lado 1, Pista 5




Carlos Benavides: Mazurca de los ranchos; Lo mejor de Carlos Benavides; 1995; Pista 2

(Reedición da versión do disco Soy del campo, do ano 1974.)

martes, 21 de febrero de 2023

Tarde de otoño

      Ya viene el revuelto otoño
Recogiendo frasco y flores;
Pasó el sol con sus calores,
Y alumbra al fin otro sol;

      Pasaron las alboradas
Deliciosas de la aurora,
Que el horizonte colora
De purpurino arrebol.

      Pasaron las noches claras
De la luna y los jardines;
Las noches de los festines
Tras el otoño vendrán.

      Pasó el tiempo de las citas
A deshora entre las rejas,
Los cuidados de las viejas,
De las niñas el afán.

      Pasaron las serenatas
Debajo de los balcones,
Las rondas y las canciones
Del mancebo emprendedor.

      Todo es ya triste: la tierra
Pierde su brillante aliño,
Y el amor, que es pobre y niño,
Alivio busca al calor.

      Mas si se envuelve la noche
Entre su sombra importuna,
Si pierde su blanca luna
Y sus horas de placer;
      Si pierde la fresca aurora
Sus aromas y sus flores,
Sus nubes de cien colores,
Su aureola de rosicler;
      Le queda en cambio a la tarde
Todo el encanto del día,
Y henchida de su armonía
Sale el sol a despedir.
      Bella es la tarde que baja
Por el rosado Occidente,
Y se apaga lentamente
Para volver a lucir.
      Es púrpura el horizonte,
Y el firmamento una hoguera,
Es oro la ancha pradera,
La ciudad, el río, el monte.
      Rey de los astros, el sol,
Del regio trono al bajar,
Su pompa querrá ostentar
En su manto de arrebol.
      Por eso suspenso está
De su reino a la salida,
Jurando a su despedida
Que mañana volverá.
      Banda de nubes de grana,
Que con sus reflejos tiñe,
Flotando en torno le ciñe
Como turba cortesana.
      Ráfagas mil que se cruzan,
Filigrana de la tarde,
El sol que a su espalda arde
En colores desmenuzan.
      Y al hundirse en Occidente
Partida en muchas la llama,
Por el cielo se derrama
Fosfórica y transparente.
      Es la postrera sonrisa
Del bello día que acaba,
Que de esa luz arrancaba
Su fresca ondulante brisa.
      La fresca brisa que asoma
Por sobre la roca calva,
Remedio de la del alba
En frescura y en aroma.
      A su venida, tardías
Cierran su cáliz las flores,
Y trinan los ruiseñores
Sus postreras armonías.
      Se les va buscar la sombra
Entre las desnudas ramas,
Porque sus hojas de escamas
Sirven al suelo, o de alfombra.
      Que ya el inconstante viento
Del otoño que aparece,
En los árboles se mece
Con brusco sacudimiento.
      Flor, pronto inútil y sola,
En vez de la que él deshizo,
Orlará el campo pajiza
La purpurina amapola.
      Brezos y arbustos impuros
De la montaña en la falda,
Vestirán su áspera espalda
Con sus matices obscuros.
      Grupos de nubes perdidos
Como fantasmas deformes,
Traen en sus pliegues enormes
Vientos de invierno escondidos.
      El árbol en largas hebras
Hiende sus cortezas vanas,
Y anuncian lluvias lejanas
Las rastras de las culebras.
      Da el cuervo al aire su vuelo,
Graznidos a su garganta;
Rey del viento, se levanta
Entre la tierra y el cielo.
      Se oye de algunas palomas
Perdido el último arrullo,
De alguna fuente el murmullo
Que entre los juncos asoma.
      Queda el mundo en soledad;
Y en el aire alzan su imperio
De las sombras el misterio,
Y el humo de la ciudad.

José Zorrilla: Poesías (1839)

Versións:

Candeal: Tarde de otoño; Campo grande; 1996; Pista 6

lunes, 20 de febrero de 2023

Ni me entiendo ni me entienden

Ni me entiendo ni me entienden;
ni me sirve alma ni sangre;
lo que veo con mis ojos
no lo quiero para nadie.

Todo es extraño a mí misma,
hasta la luz, hasta el aire,
porque ni acierto a mirarla;
ni sé cómo respirarle.

Y si miro hacia la sombra
donde la luz se deshace,
temo también deshacerme
y entre la sombra quedarme
confundida para siempre
en ese misterio grande.

Concha Méndez: Poemas, sombras y sueños (1944)

Versións:

Paco Damas e Marina Heredia: Ni me entiendo ni me entienden; Las sin sombreros; 2017; Pista 6

domingo, 19 de febrero de 2023

Tanto se amavam, que se atormentavam

Tanto se amavam, que se atormentavam
continuamente. Demasiado amor
é incompatível coa felicidade.
Felicidade e amor em grandes doses
nom podem misturar-se.
Nom cabem juntos no pequeno vaso
do coraçom. Quiçá um amor cativo
e umha felicidade altiva podem
conviver.
Ou quiçá um amor excelso
e umha felicidade subalterna.
Se nom é assí, derrama o coraçom
felicidade, amor, os dous, o sangue
que necessita a vida. Pode ser
que um grande amor de meu che poda dar

umha felicidade grande a ti,
e viceversa, mas à condiçom
de que nom haja reciprocidade
na dimensom do mútuo amor.
Nom é
fonte de dita um infinito amor.
Tanto se amavam, que se atormentavam
por qualquer cousa.
Um vaso o coraçom
que derrama o seu sangue se o enchem mais
do que aturar naturalmente pode.
Mas sem taxa se amavam ambos, e
nengum dos dous podia ser feliz.

Ricardo Carballo Calero: Reticências (1986-1989) (1990)

Versións:

Ukestra do Medio: Tanto se amavam; Musicando Carvalho Calero*(VVAA); 2020; Pista 20




Ukestra do Medio: Tanto se amavam; Historias cativas; 2022; Pista 2



*[Concurso musical organizado pola AGAL (Associaçom Galega da Língua) en colaboración coa CRTVG e a Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, para conmemorar o ano das Letras Galegas 2020, adicado a Ricardo Carballo Calero.]

sábado, 18 de febrero de 2023

Canción al hijo primero

Hijo de la tierra,
te arrojó el Jardín.
Aunque veas sombras
no quieras lucir.

Tu madre era bella,
la secan los vientos.
Tu madre era tierna,
se quema en el yermo.

Tu madre mordía
la flor del manzano,
cuando el hombre puso
tu vida en su mano.

Tu madre sembraba
contigo el centeno,
cuando tú bebías
la leche en su cuenco.

Hijo de la ira
de Dios implacable.
No podrá salvarte
del odio tu madre.

No duermas, vigila.
No duermas, despierta.
Te amenaza fría
la heredad desierta.

Te persiguen ojos
sin dulce descanso.
Te aborrece eterna
del Creador la mano.

Las gacelas corren:
correrás tú más.
Los leones saltan:
tú debes saltar.

Los arroyos huyen:
tú tienes que huir.
Aunque yo lo quiera,
¡no puedes dormir!

No duermas, escucha.
No duermas, acecha.
Silbarán las aves
sobre ramas ebrias

para hacerte leve
esta oscura tierra.
Escúchame, hijo:
no duermas, no duermas...

Por todos los siglos,
¡no duermas,
                    no duermas!

Carmen Conde: Mujer sin edén (1947)

Versións:

Paco Damas e Argentina: Canción al hijo primero; Las sin sombrero; 2017; Pista 7

viernes, 17 de febrero de 2023

Tanta vida en cuatro versos

“Una por mí se moría,
yo me muero por usted,
usted se muere por otro;
qué mundo tan al revés.”

Coplas con sabiduría,
que en el camino encontré,
tanta vida en cuatro versos,
pa’ mis adentros pensé.

En la puerta de mi casa
tres arbolitos planté,
planté una fe, una esperanza
y un “jamás te olvidaré”.

Pero también he plantado,
porque te sé precavida,
un corazón al revés
y una flor que dice: olvida.

Coplas como panaderos,
como nubes, como aquel
mirlo que cantaba manso
a orillas del Arapey.

Yo soy tararira vieja,
que busca lo más profundo,
viveza precisa el hombre
para vivir en el mundo.

Pero también necesita,
y la copla no lo dice,
una mujer compañera,
una canción cuando triste.

El valor todo lo puede,
hay que tenerse confianza,
y lo que el valor no pueda
lo ha de poder la esperanza.

Coplas que son como un poncho
en un camino invernal
y, al perdido en este mundo,
un agua de manantial.

Washington Benavides: Las milongas y otras canciones (1989)

Versións:

Alfredo Zitarrosa: Tanta vida en cuatro versos; Desde Tacuarembó; 1975; Lado 2, Corte 5




Larbanois & Carrero: Tanta vida en cuatro versos; Tanta vida en cuatro versos; 1983; Lado 2, Corte 6




Alfredo Zitarrosa: Tanta vida en cuatro versos; Desde Tacuarembó; 1984; Lado 2, Corte 5

(Reedición da versión do disco Desde Tacuarembó, do ano 1975.)


Alfredo Zitarrosa: Tanta vida en cuatro versos; Antología (1936-1989), Vol.1; 1994; Pista 7

(Reedición da versión do disco Desde Tacuarembó, do ano 1975.)


Alfredo Zitarrosa: Tanta vida en cuatro versos; Desde Tacuarembó; 1998; Pista 11

(Reedición da versión do disco Desde Tacuarembó, do ano 1975.)


Alfredo Zitarrosa: Tanta vida en cuatro versos; Los esenciales; 2004; Pista 7

(Reedición da versión do disco Desde Tacuarembó, do ano 1975.)

jueves, 16 de febrero de 2023

La plaza, por ser la plaza

                *
La plaza, por ser la plaza,
tiene una mitad de oro
y la otra mitad de plata.

Se enciende el sol por un lado,
y por el otro se apaga;
por un lado es abanico,
por otro, media naranja.

Los dos juntos redondean
el círculo de la plaza,
en un suelo y en un cielo
que son desiertos del alma.

                *
Esa música, ese canto,
ese melodioso eco,
que escuchamos con los ojos
y con los oídos vemos.

Esa soledad, sonora
de musicales silencios.
Ese inaudito, invisible,
saber que es sabor del tiempo.

Esa ilusión del sentido
—saber y sabor toreros—
es en Romero y en Páula
quintaesencia del toreo.

José Bergamín: La claridad del toreo (1985)

Versións:

Enrique Morente: Tangos de la plaza; Negra, si tú supieras; 1992; Pista 5




Manuel Lombo: Tangos de la plaza; Siete pormenores; 2008; Pista 10

miércoles, 15 de febrero de 2023

Tango de madrugada

El bandoneón recorre
estremecidamente
escotes y columnas vertebrales.
Aprisionado por guitarras de amplio radio,
por profundas y agónicas guitarras,
el bandoneón estira
su indolencia y su ronca
sonoridad marina trasplantada.

Hay un instante frívolo
cuando baila la gente.
Hay un momento turbio
en el que desfallezco.
Hay un minuto roto
en el que todo es llanto.

Por detrás del violín apunta la esperanza:
una leve esperanza densamente imposible.
Sé que no has de volver.
La mujer canta.
Sé que no has
de volver.
La noche
sigue.
que no has de volver.

                                    La canción huye,
borracha y sollozante,
hacia la calle,
donde el duro reflejo de unos vidrios helados
la rechaza y la triza contra el suelo.

Ángel González: Intermedio de canciones, sonetos y otras músicas. Tratado de urbanismo (1967)

Versións:

Pedro Guerra: Tango de madrugada; La palabra en el aire; 2003; Pista 10

sábado, 11 de febrero de 2023

Las manos

                                                                              I

Siempre haciendo algo. ¿Por qué siempre estaremos haciendo algo las mujeres? En las manos no se ven los años sino los trabajos. ¡Ah, esas manos en movimiento siempre, accionando, existiendo solas más allá del cuerpo, obedeciendo al alma! Yo miro las manos, las vuelvo, las acaricio un poco para ver la blandura de su temperamento, les busco los nudos que les dejó la vida, la cicatriz del ansia, la desesperación, la credulidad, la amargura de sentirse traicionadas…
……¡Qué hermoso llamar palma a la mano abierta, al centro y corazón de la mano! Palma, lugar donde se van dibujando en la aguja imprevista de la existencia caminos, valles, senderos, ríos, lagos, silencios y algarabías. Te la doy por mujer.
……¡La mano! La ves sola, al decirte adiós, levantándose en el aire. Te la vas a llevar en los ojos. Cuando los cierres, esa mano quedará dentro de ti como signo de tristeza para siempre jamás.

María Teresa León: Memoria de la melancolía (1970)

Versións:

Paco Damas e Pilar Jurado: Las manos; Las sin sombrero; 2017; Pista 3

jueves, 9 de febrero de 2023

Tampoco soy el gran loco

                                                  IV

Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto
y… ni en España hay locos. Todo el mundo está cuerdo,
terrible, monstruosamente cuerdo.
       
Escuchadme, loqueros:        
   
El sapo Iscariote y ladrón en la silla del juez repartiendo castigos y premios,
en nombre de Cristo, con la efigie de Cristo prendida del pecho,
y el hombre aquí, de pie, firme, erguido, sereno,
con el pulso normal, con la lengua en silencio,
los ojos en sus cuencas y en su lugar los huesos…
El sapo Iscariote y ladrón repartiendo castigos y premios,
y yo, callado aquí, callado, impasible, cuerdo…
¡cuerdo! sin que se me quiebre el mecanismo del cerebro.
       
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).        
¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos
absurdos y blasfemos
y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos?
¿Cuándo es cuando se dice por ejemplo:
No es verdad, Dios no ha puesto
al hombre aquí en la Tierra, bajo la luz y la ley del universo;
el hombre es un insecto
que vive en las partes pestilentes y rojas del mono y del camello?
¿Cuándo si no es ahora (yo pregunto loqueros),
cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos,
sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo es cuando se cambian las funciones del alma y los resortes del cuerpo
y en vez de llanto no hay más que risa y baba en nuestro gesto?
       
Si no es ahora, ahora, ahora que la Justicia vale menos, infinitamente menos
que el orín de los perros;
       
si no es ahora, ahora que la Justicia tiene menos, infinitamente menos
categoría que el estiércol;
       
si no es ahora… ¿cuándo, cuándo se pierde el juicio? Respondedme, loqueros,        
¿cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro?        
Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos. Se murió aquel manchego,
aquel estrafalario fantasma del desierto
y… ¡ni en España hay locos! Todo el mundo está cuerdo,
terrible, monstruosamente cuerdo!...
       
¡Qué bien marcha el reloj! ¡Qué bien marcha el cerebro!
Este reloj, este cerebro —tic, tac… tic, tac, tic, tac…— es un reloj perfecto… perfecto… ¡perfecto!
       

León Felipe: VI: ¿Quién soy yo?... ¿Cara o cruz? Ganarás la luz (1943)

Versións:

León Felipe: Pero ya no hay locos; León Felipe por él mismo. Col. Voz Viva. UNAM. México; 1967; Cara A, Corte 10




Paco Ibáñez: Ya no hay locos; Concierto en el Teatro de la Ópera de Buenos Aires; 1971; CD1, Pista 4




Paco Ibáñez: Ya no hay locos; En vivo, en Obras Sanitarias, Argentina; 1985; Pista 3




Paco Ibáñez: Ya no hay locos; En vivo, en el Luna Park de Buenos Aires; 1987; Pista 4




Paco Ibáñez: Ya no hay locos; Por una canción; 1990; Pista 5




Paco Ibáñez: Ya no hay locos; Les concerts de Paco Ibáñez a Paris; 2002; Pista 10

Madrigal difícil

Debo hablar de tus ojos
y el compromiso es arduo,
porque no hablaré claro
de tus ojos claros.

Tu poeta dirá:
el color de tus ojos
es color de ceguera.

Como si Dios en ellos
me fuera a dar respuesta,
casi en un son de música
de desteñida letra.

Y sus cuevas translúcidas
guardaran su existencia
en la hipóstasis sabia
de ser divino y bestia.

En tus ojos heridos
el vacío es un aire de familia
donde esperamos encontrar de todo:
el retrato infantil
la niña madre
el abuelo con su briosa guerrera.

Tus ojos son mi hogar y mi familia
y mi melancólica apariencia.

En su claror de ser querido ausente
mi papel es un mutis por la izquierda.

Ya ves que no hablo claro
de tus ojos claros.
El color de tus ojos
es color de ceguera.

Washington Benavides: El poeta (1959)

Versións:

Carlos Benavides: Madrigal difícil; De la pluma a la cuerda; 2008; Pista 5

miércoles, 8 de febrero de 2023

Si digo Punta del Diablo

Si digo Punta del Diablo,
navegan por mi canción,
unas heroicas lanchitas,
que van a pescar cazón...

Pueblito de pescadores,
que está esperando a Jesús,
luchando a brazo partido,
con el mar y el viento sur...

Sus casitas de madera,
son como una procesión
que acorralaron los médanos,
de desolado blancor...

Pero ellos tejen sus redes,
calafatean el lanchón,
fundan escuelas y sueñan,
con una pesca mayor...

Con otra escuela que enseñe,
a niños del Interior,
lo que es el mar esa huerta,
que da vida y da dolor...

Si digo Punta del Diablo,
seguro imaginarás,
un mundo de aparecidos,
una visión fantasmal;

y no andarás muy errado,
con esa imaginación,
que el pueblito se va a pique
si no aparece el cazón...

Que su pesca va mermando
y hay que salirle a la mar,
que más que madre, es madrastra
y no los quiere ayudar...

Yo veo sus rostros duros,
tallados a viento y sal,
los ojos de sus mujeres,
que siempre miran al mar...

Y digo Punta del Diablo,
pueblo heroico no aflojés,
que el tiburón de tus sueños,
está temblando en la red...

Washington Benavides: Las milongas y otras canciones (1989)

Versións:

Carlos Benavides: Si digo Punta del Diablo; El cerno queda; 1977; Lado 2, Corte 4




Carlos Benavides: Si digo Punta del Diablo; Lo mejor de Carlos Benaviddes; 1995; Pista 12

(Reedición da versión do disco El cerno queda, do ano 1977.)

No quiero

No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
             
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
             
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.
No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
             
que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
             
que en la fábrica no haya azucenas,              
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.
             
No quiero
que las madres no tengan perfumes,
             
que las mozas no tengan amores,              
que los padres no tengan tabaco,              
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.
No quiero
             
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
             
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.
No quiero
             
que mi hijo desfile,              
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
             
que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.
             
No quiero              
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO…
             

Ángela Figuera Aymerich: Mujer de barro (1948)

Versións:

Dost: No quiero; Dunes of sun tears; 2012; Pista 10




Paco Damas e Amparo Sánchez: No quiero; Las sin sombreros; 2017; Pista 10




Juan Valderrama: No quiero; Mujeres de carne y verso; 2019; Pista 5

lunes, 6 de febrero de 2023

Susto en el comedor

                                  A Pepín Bello

Eras rosa.
Te pusiste alimonada.

¿Qué intención viste en mi mano
que casi te amenazaba?

Quise las manzanas verdes.
No las manzanas rosadas...

alimonada...

(Grulla dormida la tarde,
puso en tierra la otra pata.)

Federico García Lorca: Eros con bastón (1925). Canciones (1921-1924) (1927)

Versións:

Atilio y Los Alimonados: Susto en el comedor; Atilio y Los Alimonados cantan Lorca; 2013; Pista 1

jueves, 2 de febrero de 2023

En el país de las cinas cinas

En el país de las cina cinas
te buscaré, te buscaré
en el ala de las golondrinas
te escribiré te escribiré

En el país de las cina cinas
por Yaguarí por el Cuaró
Vuelta en el aire de las neblinas
Tacuarembó Tacuarembó

En la patria del sauce
del mirlo cantor
del caballito criollo
parejo y rendidor

En la tierra del ceibo
del burucuyá
y del gaucho del norte
mano leal

En el país de las cina cinas
de labio cimarrón
voy a Laureles vuelvo a Curtina
soy de Tacuarembó

En el país de las cina cinas
de don Sabiá de don Tatú
la tierra humilde fué mi madrina
padrino el cielo azul

Washington Benavides: Tanta vida en cuatro versos (un cancionero) (2013)

Versións:

Carlos Benavides: En el país de las cinas cinas; Canción para el amigo; 1976; Lado 2, Corte 2




Carlos Benavides: En el país de las cinas cinas; Lo mejor de Carlos Benavides; 1995; Pista 6

(Reedición da versión do disco Canción para el amigo, do ano 1976.)