martes, 31 de marzo de 2020

Romance de barco y junco

El junco de la ribera
y el doble junco del agua,
en el país de un estanque
donde el día se mojaba,
donde volaban, inversas,
palomas de inversas alas.

El junco batido al viento
—estrella de seda y plata—
le daba la espalda al cielo
y hacia el cielo se curvaba,
como un dibujo salido
de un biombo de puertas claras.

El estanque era un océano
para mi barco pirata;
mi barco que por las tardes
en un lucero se anclaba,
mi barco de niño pobre
que me trajeron por Pascua
y que hoy surca este romance
con velas anaranjadas.

Estrella de marineros,
el junco al barco guiaba.
El viento azul que venía
dolorido de fragancias,
besaba de lejanías
mis manos y mis pestañas
y era caricia redonda
sobre las velas combadas.

Al río del pueblo, un día,
llevé mi barco pirata,
lo dejé anclado en la orilla
para hacerle una ensenada;
mas lo llamó la corriente
con su telégrafo de aguas
y huyó pintando la tarde
de letras anaranjadas.

Dos lagrimas me trizaron
las pupilas desoladas.
En la cubierta del barco
se fue llorando, mi infancia.

Óscar Castro: Camino en el alba (1938)

Versións:
Los Cuatro de Chile: Romance de barco y junco; RCA Víctor 95-2218 (single); 1965; Lado A

(Non temos este disco)



Alberto Cortez: Romance de barco y junco; Poemas y canciones; 1967; Cara A, Corte 3



Los Cuatro de Chile: Romance de barco y junco; Homenaje a Óscar Castro; 1970; Lado 1, Corte 1



Los Ángeles Negros: Romance de barco y junco; Déjenme si estoy llorando; 1972; Lado 1, Corte 5



Los Cuatro de Chile: Romance de barco y junco; Homenaje a Óscar Castro; 1997; Pista 2

(Remasterización da versión do disco Homenaje a Óscar Castro; do ano 1970.)



Chancho en Piedra: Romance de barco y junco; Otra cosa es con guitarra; 2011; Pista 10

lunes, 30 de marzo de 2020

Pequeña elegía

Por el valle claro
vienen a enterrar
al hombre que nunca
divisó la mar.

Era un campesino
de lento mirar
mediero tranquilo
de la soledad.

Cosechó los trigos
de ajena heredad
y se fue apagando
corazón en paz.

Era casi tierra,
casi claridad,
casi transparente
rama de verdad.

Tuvo una alegría:
la de cosechar.
Tuvo una tristeza:
ya no sabe cuál

Por el valle claro
lo despedirán
tréboles y alfalfas
de verde mirar.

Aguas del estero
dirán un cantar
por el campesino
que nunca vio el mar.

Cuando lo sepulten,
alguien llorará.
y en el valle puro
todo será igual.

Óscar Castro: Rocío en el trébol (1950)

Versións:
César Isella: Pequeña elegía; América joven; 1969; Lado 1, Corte 6



Los Cuatro de Chile: Pequeña elegía; Homenaje a Óscar Castro; 1970; Lado 1, Corte 3



Los Cuatro de Chile: Pequeña elegía; Homenaje a Óscar Castro; 1997; Pista 8

(Remasterización da versión do disco Homenaje a Óscar Castro, do ano 1970.)




La fiesta del diablo: El hombre que nunca vio el mar; Comienza la fiesta!!! (bandcamp); 2015; Pista 2



La fiesta del diablo: El hombre que nunca vio el mar; Mis colegas, La Barra y Satán (bandcamp); 2017; Pista 9

viernes, 27 de marzo de 2020

Romance del arriero

Caminito de Bembibre,
caminaba un arriero
buen zapato, buena media,
buena bolsa con dinero.
Arreaba siete machos,
ocho con el delantero
nueve se pueden contar
con el de la silla y freno.
Detrás de una encrucijada
siete bandidos salieron.
—¿A dónde camina el mozo?,
¿a dónde va el arriero?
—Camino para Bembibre
con un recado que llevo.
—A Bembibre iremos todos
como buenos compañeros.
De los siete que aquí vamos,
ninguno lleva dinero.
—Por dinero no asustarse,
que el dinero yo lo tengo,
que tengo yo más doblones
que estrellitas tiene el cielo.
Ellos como eran ladrones
se miraron sonriendo.
Ya llegaron a una venta,
echaron vino y bebieron,
y el primer vaso que echaron
fue para el mozo arriero.
—Yo no bebo de ese vino,
que me sirve de veneno.
Que lo beba el rey de España,
que yo por mí no lo bebo.
Al oír estas palabras
los puñales relucieron.
El arriero sacó el suyo
que era de brillante acero.
Del primer golpe que dio,
los siete retrocedieron
al segundo que tiró,
cinco cayeron al suelo.
Gritos daba la ventera
por ver si la oía el pueblo;
ha llegado la Justicia,
le han llevado prisionero.
Escribe una carta al rey,
contándole aquellos hechos.
Cada renglón que leía,
el rey se iba sonriendo:
—Si mató cinco ladrones,
como si matara ciento;
siete reales tiene el mozo,
mientras viva en este reino.

Anónimo: Romance novelesco (XVIII)

Versións:
Joaquín Díaz: El arriero de Bembibre; Romances tradicionales; 1972; Lado 1, Corte 1



Joaquín Díaz: El arriero de Bembibre; Cancionero de romances; 1978; LP2, Lado 1, Corte 1

(Reedición da versión do disco Romances tradicionales, do ano 1972.)



Candeal: Romance del arriero; Se escucha a un grillo en el campo… “contri” más a una persona; 1982; Cara A, Corte 5



La Bazanca: Romance del mozo arriero; La España de las tres culturas (VVAA); 1992; Pista 15



Mailla: Romance del arriero; Mailla; 2010; Pista 6



Toni Giménez: El arriero de Bembibre; Folkies-3. Cançons d’aquí i d’allà; 2012; Pista 15



Eliseo Parra: El mozo arriero y los 7 ladrones; Trece romances y una canço; 2018; Pista 4



La Flor y los Romeros: El mozo arriero; Abre ventanas; 2019; Pista 7

miércoles, 25 de marzo de 2020

Levántate y canta

Si algún golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida,
te torna pájaro que quiebra el vuelo
y te revuelca con el ala herida...

Y hay tanto viento para andar las ramas.
Tanto celeste para echarse encima.
Y pese a todo, vuelve la mañana.
Y está el amor que su milagro arrima.

Por qué caerse y entregar las alas.
Por qué rendirse y manotear las ruinas.
Si es el dolor, al fin, quien nos iguala.
Y la esperanza, quien nos ilumina.

Si hay un golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida.
Abrí los ojos y tragate el cielo.
Sentite fuerte y empujá hacia arriba.

Héctor Negro: Cancionero. Levántate y canta (1985)

Versións:
César Isella: Levántate y canta; Para volver cantando; 1983; Lado 1, Pista 1



Cantoral: Levántate y canta; Por la paz; 1983; Lado 2, Corte 1



Cuarteto Zupay: Levántate y canta; Memoria del pueblo; 1984; Lado B, Corte 4



Chany Suárez: Levántate y canta; mujer/MUJER; 1984; Lado1, corte 1



Cuarteto Zupay: Levántate y canta; Mayo del 67; 1987; Lado 1, Corte 5

(Reedición da versión do disco Memoria del pueblo, do ano 1984.)



Cuarteto Zupay: Levántate y canta; Con los pies en la tierra; 1989; Lado 1, Corte 6

(Reedición da versión do disco Memoria del pueblo, do ano 1984.)



Procanto: Levántate y canta; Procanto; 1989; Lado a, Corte 4



Cuarteto Zupay: Levántate y canta; 20 Grandes Éxitos; 1993, Pista 20

(Reedición da versión do disco Memoria del pueblo, do ano 1984.)



Opus Cuatro: Levántate y canta; Canta con los coros argentinos; 1994; Pista 3



César Isella e Adriana Varela: Levántate y canta; 50 años de simples cosas; 2006; Pista 6



César Isella e Lorena Lores: Levántate y canta; 60. Todas las voces todas; 2016; Pista 12

martes, 24 de marzo de 2020

Romance de la Reina Juana

La reina Juana está hilando
apostada al ventanal.
enfermó de mal de amores,
¡quién la pudiera sanar!
cuando a tantos se persigue
ya no es de cuerdos amar.
Tomo el copo, lanza el huso
y otra vez vuelve a empezar.

Doña Juana está muy triste
¡Sabe Dios por qué será!

Llegaron hombres de fuera
hablando un extraño hablar.
Si las encinas les niegan,
rasarán el encinar.
En Castilla ya no mandan
los que debieran mandar.
Vuelan grajos, vuelan tordos,
las palomas volarán.

Doña Juana está muy triste
¡Sabe Dios por qué será!

Las campanas a rebato
llamando a la vencida.
Las siembras en la meseta
comienzan por buen segar.
Y a través de los pinares
se llega hasta el encinar.
Surgen horcas, surgen hoces,
las guadañas surgirán.

Doña Juana está muy triste
¡Sabe Dios por qué será!

Acuden de todas partes
formando comunidad.
Populares comuneros
el pueblo en su dignidad,
ataja por los rastrojos
si hay afrentas que vengar.
El pueblo luchando sigue,
la reina en cautividad.

Doña Juana está muy triste
¡Sabe Dios por qué será!

Castilla ya no es Castilla,
ya solo es tierra de pan.
la tierra ya no es la tierra
que tan sólo es propiedad
y su pan los castellanos
con sudor lo han de amasar
¡Ay, del pueblo, si quisiera
darse nuevo capitán!

Doña Juana está muy triste
¡Sabe Dios por qué será!

Luis López Álvarez: Cancionero General de Prometeo* (1995)

Versións:
Amancio Prada: Romance de la Reina Juana; Vida e morte; 1974; Cara B, Corte 3



María Salgado: Romance de la Reina Juana; Abrazo-Abraço; 2011; Pista 9



Alquitara: Romance de la Reina Juana; Destino; 2014; Pista 8



Alalumbre: La Reina Juana; Canciones de plaza y de palacio; 2016; Pista 13



*[VVAA: Cancionero General de Prometeo; Asociación Prometeo de Poesía; Colección Cuadernos de Poesía Nueva; Madrid, 1995; ISBN: 978-84-87012-65-5]

lunes, 23 de marzo de 2020

La ronda catonga

Los niños en las esquinas
forman la ronda catonga,
rueda de todas las manos
que rondan la rueda ronda.

Macumba macumbebé
los negritos africanos
forman, también, una ronda
con la noche de la mano.

Para ahuyentar al mandinga
macumba macumbebé,
hay que tirar una flecha
y bailar el candombé.

Al tango tiringutingo
tiringutango tiringuté,
pasó una linda negrita,
más linda que no sé qué.

Las estrellas forman ronda
cuando juegan con el sol,
y en el candombe del cielo
la luna es un tambor.

A la rueda, rueda,
a la ronda, ronda,
que los negros hicieron catonga
y los blancos, mandinga.

Ildefonso Pereda Valdés: Raza negra (1929)

Versións:
Carlos Benavides: Ronda catonga; Soy del campo; 1974; Lado 2, Corte 1



Alfredo Zitarrosa: La ronda catonga; Zitarrosa 74; 1974; Lado 1, Corte 5



Alfredo Zitarrosa: La ronda catonga; Zitarrosa 74; 1991; Pista 5

(Reedición da versión do disco Zitarrosa 74, do ano 1974.)




Alfredo Zitarrosa: La ronda catonga; Antología 1936-1989, Vol.2; 1994; Pista 6

(Reedición da versión do disco Zitarrosa 74, do ano 1974.)




Carlos Benavides: La ronda catonga; Lo mejor de Carlos Benavides; 1995; Pista 19

(Reedición da versión do disco Soy del campo, do ano 1974.)



Alfredo Zitarrosa: La ronda catonga; Cantor de pueblo; 2010; Pista 9

(Reedición da versión do disco Zitarrosa 74, do ano 1974.)

viernes, 20 de marzo de 2020

Romance de una fatal ocasión

     Por aquellos prados verdes,
¡qué galana va la niña!;
con su andar siega la yerba,
con los zapatos la trilla,
con el vuelo de la falda
a ambos lados la tendía.
El rocío de los campos
la daba por la rodilla;
arregazó su brial,
descubrió blanca camisa;
maldiciendo del rocío
y su gran descortesía,
miraba a un lado y a otro
por ver si alguien la veía.
     Bien la vía el caballero
que tanto la pretendía;
mucho andaba el de a caballo,
mucho más que anda la niña;
allá se la fue a alcanzar
al pie de una verde oliva,
¡amargo que lleva el fruto,
amargo para la linda!
—¿Adónde por estos prados
camina sola mi vida?
—No me puedo detener,
que voy a la santa ermita.
—Tiempo es de hablarte, la blanca,
escúchesme aquí, la linda.
Abrazóla por sentarla
al pie de la verde oliva;
dieron vuelta sobre vuelta,
derribarla no podía;
entre las vueltas que daban
la niña el puñal le quita,
metiéraselo en el pecho,
a la espalda le salía.
     Entre el hervor de la sangre
el caballero decía:
—Perdíme por tu hermosura;
perdóname, blanca niña.
No te alabes en tu tierra
ni te alabes en la mía
que mataste un caballero
con las armas que traía.
—No alabarme, caballero,
decirlo, bien me sería;
donde no encontrase gentes
a las aves lo diría.
Mas con mis ojos morenos,
¡Dios, cuánto te lloraría!
     Puso el muerto en el caballo,
camina la sierra arriba;
encontró al santo ermitaño
a la puerta de la ermita:
—Entiérrame este cadáver
por Dios y Santa María.
—Si lo trajeras con honra
tú enterrarlo aquí podrías.
—Yo con honra sí lo traigo,
con honra y sin alegría.
     Con el su puñal dorado
la sepultura le hacía;
con las sus manos tan blancas
de tierra el cuerpo cubría,
con lágrimas de sus ojos
le echaba el agua bendita.

Anónimo: Romance novelesco (XV)

Versións:
Candeal: Romance de la Aliseda; Por el Camino de Santiago, Vol.2; 1993; Pista 16



*[Existen numerosas versións deste romance. Anotamos a recollida en Ramón Menéndez Pidal: Flor nueva de romances viejos; Col. Austral; Espasa-Calpe, S.A.; Madrid, 1938; ISBN: 84-239-7202-X.]

jueves, 19 de marzo de 2020

Crónica de un semejante

Salgo pensando que te olvido
trabajando en dos trabajos,
me duele tanto tu ternura,
te debo tantas rosas postergadas.

Salgo pensando que los trenes
van llevando la esperanza,
me duelen tantos los andenes,
las flores del trabajo por la vida.

Por la lucha,
nuestra lucha,
gente al fin que vive.
Por nosotros,
la esperanza,
vos y yo con todos.

Salgo por allí
para encontrarte en cada esquina,
salgo por el pan
que hará crecer hijos en flor,
por vos, por mí.

Vuelvo con ganas de morir
junto a la cruz de tu mirada
y resucito en la esperanza,
las flores del trabajo por la vida.

Por la lucha,
nuestra lucha,
vos y yo con todos.

Salgo por allí
para encontrarte en cada esquina,
salgo por el pan
que hará crecer hijos en flor,
por vos, por mí.

Vuelvo con ganas de morir
junto a la cruz de tu mirada
y resucito en la esperanza
de ver la luz.

Hamlet Lima Quintana: Para no morir. Cancionero (1986)

Versións:
César Isella: Crónica de un semejante; César Isella con todos; 1974; Lado 1, Corte 1



Mercedes Sosa: Crónica de un semejante; Ángel; 2014; Pista 13

miércoles, 18 de marzo de 2020

Romance de Silvana

Se paseaba Silvana
por la su huerta florida;
muy bien toca la guitarra,
mejor romance decía.
La sintió cantar su padre
de altos balcones de arriba,
ya la mandaba llamar
por un paje que tenía.
—¿Qué me quiere, rey mi padre,
su alteza qué me quería?
—Quiero vestirte de seda,
por ver qué bien parecías.—
Desque vestida de seda,
a Silvana le decía:
—Silvana, vete a acostarte,
contigo he dormir un día.—
Silvana, desque esto oyó,
llorando se deshacía.
La sintió llorar su madre,
de altos balcones de arriba.
—¿Qué te pasa, hija Silvana,
qué tienes, prenda querida?
—No se lo diré a usted, madre,
nadie me remediaría.
—Dímelo, hija Silvana,
que yo te remediaría.
—Que el pícaro de mi padre
de amores me pretendía.
—No llores, hija Silvana,
que yo te remediaría:
tú pondrás mi guardapié,
yo pondré la tu basquiña,
yo pondré los mis corales,
tú pondrás mi gargantina,
yo me echaré a la tu cama,
tú te echarás en la mía.—
A las doce de la noche
ya va el rey a ver la niña.
—Ven acá, hija Silvana,
que has de ser mi doncellina,
—Vaya una doncella, rey,
de ti tres veces parida:
el primero fue don Juan,
la segunda Ana María,
la tercera fue Silvana,
prenda que tú más querías.
—¡Quién se fía de mujeres,
quién de mujeres se fía!—
A otro día la encontró
al revolver de una esquina.
—Ven acá, hija Silvana,
ven acá, prenda querida,
que por salvar la tu alma,
salvaste también la mía.
—La mía sí la salvé,
la de usted no lo sabía.

Anónimo: Romance novelesco (XVI)

Versións:
Cali Fernández e Cecilia Todd: Sildana; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 2



Fran Baraja e Parranda Blues Band: Romance Rap (Sildana); Parranda power; 2014; Pista 5



*[Existen numerosas versión deste romance.]

lunes, 16 de marzo de 2020

Pedro Salinas

Canción 24

                    (Pedro Salinas)

¡Qué dolor que te hayas ido,
sin haberte visto más,
como yo hubiera querido!
Amigo.

Antonio se fué. Y se fueron
también Miguel y Federico.
Con ellos tú también ahora.
Amigo.

Siéntate al pie de estos naranjos,
junto a estas barrancas y ríos.
Dichosa sube la mañana.
Pero qué lejos, amigo.

Te escucho, alegre, en tus balcones.
Por las calles, alegre, te sigo.
Tu voz me canta como en sueño.
Pero, amigo, qué lejos, amigo.

Aquella tierra con nosotros
no fué lo buena que quisimos.
Cuántas cosas en ella dejamos.
Cuánto le dimos, amigo.

Algún día nos tendrá juntos
aquella pobre tierra, unidos.
Mientras, al pie de estos naranjos,
junto a estas barrancas y ríos,
descansa a mi lado, amigo.

Dichosa sube la mañana.
Siéntate junto a mí, buen amigo.

Rafael Alberti: Baladas y canciones del Paraná (1954)

Versións:
Rafael Alberti: Pedro Salinas; El viento que viene y va; 2002; Pista 14

Romance de rosa fresca

—¡Rosa fresca, rosa fresca,
tan garrida y con amor,
cuando yo os tuve en mis brazos,
non vos supe servir, non:
y agora que vos servía
non vos puedo yo haber, non!

—Vuestra fue la culpa, amigo,
vuestra fue, que mía non;
enviásteme una carta
con un vuestro servidor,
y, en lugar de recaudar
él dijera otra razón:
que érades casado amigo,
allá en tierras de León;
que tenéis mujer hermosa
e hijos como una flor.

—Quien vos lo dijo, señora,
non vos dijo verdad, non;
que yo nunca entré en Castilla
ni allá en tierras de León,
sino cuando era pequeño,
que non sabía de amor.

Anónimo: Romance novelesco (XV)

Versións:
Amancio Prada e María José Cordero: Romance de la rosa fresca; Del amor que quita el sueño; 2010; Pista 1



*[Reproducimos a versión recopilada por Agustín Durán: Romancero general o Colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII; Madrid: Rivadeneyra, 1877, Vol.1]

sábado, 14 de marzo de 2020

Para la misma

Miré al sentarme a la mesa,
bañado en la luz del día
el retrato de María,
la cubana japonesa.

El aire acaricia y besa,
como un amante lo haría,
la orgullosa bizarría
de la cabellera espesa.

Diera un tesoro el Mikado
por sentirse acariciado
por princesa tan gentil,

digna de que un gran pintor
la pinte junto a una flor
en un vaso de marfil.

Rubén Darío: Prosas profanas y otros poemas (1896)

Versións:
Juan Luis Dammert e Miriam Quiñónez: Para la misma; Darío nuestro. Rubén Darío en ritmos peruanos (VVAA); 2016; Pista 2

jueves, 12 de marzo de 2020

Romance de Mariana Pineda

Marianita salió de su casa
y al encuentro llegó un militar
que le dice por Dios Marianita
que hay peligro vuélvase usted atrás.
Marianita se metió en su cuarto
Y allá sola se puso a pensar
Si Pedrosa me viera bordando
la bandera de la libertad.
ay Pedrosa cómo me has mentido
ay Pedrosa no fuiste leal
que el registro que en mi casa ha habido
varias pruebas le dará al fiscal.
Marianita al juzgado te llaman
y te llaman para declarar
si confiesas lo que te reclaman
aún la vida te pueden salvar
a sus hijas llevan a la sala
por ver si algo pueden conseguir
y contesta Mariana muy firme
no confieso prefiero morir.
A Mariana llevan al cadalso
mucha gente llorando allí va
y sus hijas por detrás decían
vuelve a casa querida mamá
oh qué día tan triste en Granada
que a las piedras les hizo llorar
al ver que condenan a Mariana
al cadalso por ser liberal.

Anónimo: Romance histórico (XIX)

Versións:
Nuevo Mester de Juglaría: Mariana Pineda; Plaza Mayor; 1992; Cara A, Corte 2



Cali Fernández e Cecilia Todd: Marianita; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 5



Joaquín Díaz: Marianita salió de paseo; Segundo centenario de Mariana Pineda. Ayuntamiento de Granada; 2005