Yo me estaba reposando,
anoche como solía,
soñaba con mis amores
que en mis brazos la tenía.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado amor?
¿Cómo has entrado mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!
—Un día no puede ser,
una hora tienes de vida.
Muy de prisa se calzaba,
más de prisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta niña!
—¿Cómo te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana
donde ladraba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe;
la Muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida.
Anónimo: Romance novelesco (S. XV)
Versións:
Leda Valladares e María Elena Walsh: Romance del enamorado y la muerte; Canciones del tiempo de Maricastaña; 1958; Lado B, Corte 2
Víctor Jara: Romance del enamorado y la muerte; Víctor Jara; 1967; Lado B, Corte 5
Cuarteto Zupay: Romance del enamorado y la muerte; Juglares; 1970; Lado 2, Corte 4
Joaquín Díaz: El enamorado y la muerte; Romances tradicionales; 1972; Cara A, Corte 2
Mario Ardila: Romance del enamorado y la muerte; Mario Ardila canta; 1976; Lado A, Corte 3
Joaquín Díaz: El enamorado y la muerte; Cancionero de romances; 1978; LP2, Lado A, Corte 2
(Reedición da versión do disco Romances tradicionales, do ano 1972.)
Amancio Prada: Romance del enamorado; Canciones de amor y celda; 1979; Lado 1, Corte 6
Cuarteto Zupay: El enamorado y la muerte; Retrospectiva; 1979; Lado 2, Corte 5
Washington Carrasco e Cristina Fernández: Romance del enamorado y la muerte; Habrá un mañana; 1983; Lado 1, Corte 6
Óscar Chávez: El enamorado y la muerte; En el teatro de la ciudad, Vol.1; 1984; Lado 1, Corte 2
Paco Ibáñez: Romance del enamorado y la muerte; En vivo, en Obras Sanitarias (Argentina); 1985; Pista 2
Aliki Kagialoglou: Romance del enamorado y la muerte; Tragoudia apo tin Ispania ke tin Latiniki Ameriki; 1986; Pista 6
Óscar Chávez: El enamorado y la muerte; Y la canción se hizo… Calavera; 1986; Lado 1, Corte 7
Washington Carrasco e Cristina Fernández: Romance del enamorado y la muerte; Antología; 1987; Lado 1, Corte 5
(Reedición da versión do disco Habrá un mañana, do ano 1983.)
Washington Carrasco e Cristina Fernández: Romance del enamorado y la muerte; Nuestras canciones; 1990; Pista 3
(Reedición da versión do disco Habrá un mañana, do ano 1983.)
Amancio Prada: El enamorado y la muerte; Trovadores místicos y románticos; 1991; Pista 5
(Reedición da versión do disco Canciones de amor y celda, do ano 1979.)
Judith Akoschky: El enamorado y la muerte; Ruidos y ruiditos, Vol.4; 1992; Pista 14
Óscar Chávez: El enamorado y la muerte; Amorosas, Divertidas y horrorosísimas canciones de la Calaca Flaca; 1993; Pista 7
(Reedición da versión do disco Y la canción se hizo... Calavera, do ano 1986.)
Adolfo Osta: Romance de la muerte y el enamorado; Pase el agua. Canciones de trovadores, juglares y músicos de palacio; 1993; Pista 11
Jaramar: Romance del enamorado y la muerte; Fingir que duermo; 1995; Pista 13
Conjunto Alfonso X El Sabio: Romance del enamorado y la muerte; Del Medioevo y el Renacimiento, Vol.1; 2003; Pista 23
Eduardo Darnauchans: El enamorado y la muerte; Raras & casuales (1972-1992); 2003; Pista 10
Washington Carrasco e Cristina Fernández: Romance del enamorado y la muerte; El poema y la canción; 2004; Pista 8
Mala Vida: Romance del enamorado y la muerte; Piensa en mí; 2004; Pista 2
Washington Carrasco e Cristina Fernández: Romance del enamorado y la muerte; Celebremos juntos 30 años; 2006; CD2, Pista 1
(Reedición da versión do disco Habrá un mañana, do ano 1983.)
Amancio Prada: El enamorado y la muerte; Del amor que quita el sueño; 2010; Pista 9
(Reedición da versión do disco Canciones de amor y celda, do ano 1979.)
Brocal: Romance del enamorado y la muerte; Folk castellano; 2014; Pista 7
Alalumbre: El enamorado y la muerte; Canciones de plaza y de palacio; 2016; Pista 8
*[Por limitacións de espazo en Blogger, non foi posible etiquetar a Aliki Kagialoglou, Conjunto Alfonso X El Sabio, Eduardo Darnauchans, Judith Akoschky, Mala Vida e Mario Ardila.]
miércoles, 29 de abril de 2020
Romance del enamorado y la muerte
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lunes, 27 de abril de 2020
Canción de remate e esperanza
A vinganza foi fera, estarrecente!
Os Irmandinos foron derrotados!
E foron esmagados brutalmente
polas botas ferradas dos soldados!
Era o pobo sinxelo e loitador.
Era o pobo calado e campesino.
Era o pobo valente e sonador
que quixo gobernar o seu destino.
Era o pobo puro, o pobo chan.
Era o pobo que xa tina un ideal.
O pobo de sempre, o pobo san.
O pobo traballador e comunal.
O pobo que laboraba dia a dia
para erguer, en paz, o seu futuro.
O pobo que cantaba e que sorria
e procuraba luz desde o escuro.
O pobo foi derrotado polo ouro,
por un poder inxusto e inhuman.
O pobo gardou como un tesouro
a fe pra edificar o seu manan!
O pobo foi derrotado, non vencido
porque o pobo un dia ha de vencer.
O seu destino ha de ser cumprido
que despois da noite e o mencer.
O pobo deprendeu o seu vieiro
e sabe, por instinto, como e:
sempre se mostrou rexo e enteiro
defendendo o seu xenio e a sua fe.
Poderase demoucar, non arrincar
a fe nun porvir de venturanza
que os tiranos acaban por pasar
e remata morrendo a sua lembranza!
Os irmandinos son e seran pobo.
Son aquilo que o pobo quixo ser.
A sua semente xurdira de novo.
E esa boa semente ha florecer!
Manuel María: Unha vez foi o trebón (1975)
Versións:
A Quenlla: Canción da derrota e esperanza; Os irmandiños; 2010; Pista 12
Os Irmandinos foron derrotados!
E foron esmagados brutalmente
polas botas ferradas dos soldados!
Era o pobo sinxelo e loitador.
Era o pobo calado e campesino.
Era o pobo valente e sonador
que quixo gobernar o seu destino.
Era o pobo puro, o pobo chan.
Era o pobo que xa tina un ideal.
O pobo de sempre, o pobo san.
O pobo traballador e comunal.
O pobo que laboraba dia a dia
para erguer, en paz, o seu futuro.
O pobo que cantaba e que sorria
e procuraba luz desde o escuro.
O pobo foi derrotado polo ouro,
por un poder inxusto e inhuman.
O pobo gardou como un tesouro
a fe pra edificar o seu manan!
O pobo foi derrotado, non vencido
porque o pobo un dia ha de vencer.
O seu destino ha de ser cumprido
que despois da noite e o mencer.
O pobo deprendeu o seu vieiro
e sabe, por instinto, como e:
sempre se mostrou rexo e enteiro
defendendo o seu xenio e a sua fe.
Poderase demoucar, non arrincar
a fe nun porvir de venturanza
que os tiranos acaban por pasar
e remata morrendo a sua lembranza!
Os irmandinos son e seran pobo.
Son aquilo que o pobo quixo ser.
A sua semente xurdira de novo.
E esa boa semente ha florecer!
Manuel María: Unha vez foi o trebón (1975)
Versións:
A Quenlla: Canción da derrota e esperanza; Os irmandiños; 2010; Pista 12
sábado, 25 de abril de 2020
Romance del emplazado
Para Emilio Aladrén
Federico García Lorca: Romancero gitano (1924-1927) (1928)
Versións:
Camarón: Romance del Amargo; La leyenda del tiempo; 1979; Cara A, Corte 2
Camarón: Romance del Amargo (soleá); Autorretrato; 1990; Pista 16
Camarón: Romance del Amargo (bulerías por soleá); Antología; 1996; CD2, Pista 8
(Remasterización da versión do disco La leyenda del tiempo, do ano 1979.)
Camarón: Romance del Amargo; Rarezas; 1999; Pista 7
Vicente Pradal: Romance del emplazado; Romancero gitano; 2004; Pista 2
¡Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado donde se aleja tranquilo un sueño de trece barcos. Sino que limpios y duros escuderos desvelados, mis ojos miran un norte de metales y peñascos donde mi cuerpo sin venas consulta naipes helados. |
|||
* Los densos bueyes del agua embisten a los muchachos que se bañan en las lunas de sus cuernos ondulados. Y los martillos cantaban sobre los yunques sonámbulos, el insomnio del jinete y el insomnio del caballo. |
|||
* | |||
El veinticinco de junio le dijeron a el Amargo: Ya puedes cortar si gustas las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta y pon tu nombre debajo, porque cicutas y ortigas nacerán en tu costado, y agujas de cal mojada te morderán los zapatos. Será de noche, en lo oscuro, por los montes imantados, donde los bueyes del agua beben los juncos soñando. Pide luces y campanas. Aprende a cruzar las manos, y gusta los aires fríos de metales y peñascos. Porque dentro de dos meses yacerás amortajado. |
|||
* Espadón de nebulosa mueve en el aire Santiago. Grave silencio, de espalda, manaba el cielo combado. |
|||
* | |||
El veinticinco de junio abrió sus ojos Amargo, y el veinticinco de agosto se tendió para cerrarlos. Hombres bajaban la calle para ver al emplazado, que fijaba sobre el muro su soledad con descanso. |
|||
Y la sábana impecable, de duro acento romano, daba equilibrio a la muerte con las rectas de sus paños. |
Federico García Lorca: Romancero gitano (1924-1927) (1928)
Versións:
Camarón: Romance del Amargo; La leyenda del tiempo; 1979; Cara A, Corte 2
Camarón: Romance del Amargo (soleá); Autorretrato; 1990; Pista 16
Camarón: Romance del Amargo (bulerías por soleá); Antología; 1996; CD2, Pista 8
(Remasterización da versión do disco La leyenda del tiempo, do ano 1979.)
Camarón: Romance del Amargo; Rarezas; 1999; Pista 7
Vicente Pradal: Romance del emplazado; Romancero gitano; 2004; Pista 2
viernes, 24 de abril de 2020
Avanzando en las tierras de Chile
III
España entró hasta el Sur del Mundo. Agobiados
exploraron la nieve los altos españoles.
El Bío Bío, grave río,
le dijo a España: «Detente».
El bosque de maitenes cuyos hilos
verdes cuelgan como temblor de lluvia
dijo a España: «No sigas». El alerce,
titán de las fronteras silenciosas,
dijo en un trueno su palabra.
Pero hasta el fondo de la patria mía,
puño y puñal, el invasor llegaba.
Hacia el río Imperial, en cuya orilla
mi corazón amaneció en el trébol,
entraba el huracán en la mañana.
El ancho cauce de las garzas iba
desde las islas hacia el mar furioso,
lleno como una copa interminable,
entre las márgenes de cristal sombrío.
En sus orillas erizaba el polen
una alfombra de estambres turbulentos
y desde el mar el aire conmovía
todas las sílabas de la primavera.
El avellano de la Araucanía
enarbolaba hogueras y racimos
hacia donde la lluvia resbalaba
sobre la agrupación de la pureza.
Todo estaba enredado de fragancias,
empapado de luz verde y lluviosa
y cada matorral de olor amargo
era un ramo profundo del invierno
o una extraviada formación marina
aún llena de oceánico rocío.
De los barrancos se elevaban
torres de pájaros y plumas
y un ventarrón de soledad sonora,
mientras en la mojada intimidad,
entre las cabelleras encrespadas
del helecho gigante, era la topa-topa florecida
un rosario de besos amarillos.
Pablo Neruda: IV. Los Libertadores. Canto General (1950)
Versións:
Mario Lorca: Conquista de Chile*; Canto General; 1971; LP1, Lado 1, Corte 5
Aparcoa e Mario Lorca: Resistencia de Arauco: melodía araucana**; Canto General; 1971; LP1, Lado 2, Corte 6
*[O recitativo do primeiro verso deste poema, na voz de Mario Lorca, está seguido polo recitativo dun fragmento do poema La tierra combatiente, da obra de Pablo Neruda: Los Conquistadores. Canto General, do ano 1950; polo mesmo intérprete.]
**[O recitativo do primeiro verso deste poema, na voz de Mario Lorca, está precedido polo recitativo dun fragmento do poema Valdivia (1544), da obra de Pablo Neruda: Los Conquistadores. Canto General, do ano 1950; polo mesmo intérprete.]
España entró hasta el Sur del Mundo. Agobiados
exploraron la nieve los altos españoles.
El Bío Bío, grave río,
le dijo a España: «Detente».
El bosque de maitenes cuyos hilos
verdes cuelgan como temblor de lluvia
dijo a España: «No sigas». El alerce,
titán de las fronteras silenciosas,
dijo en un trueno su palabra.
Pero hasta el fondo de la patria mía,
puño y puñal, el invasor llegaba.
Hacia el río Imperial, en cuya orilla
mi corazón amaneció en el trébol,
entraba el huracán en la mañana.
El ancho cauce de las garzas iba
desde las islas hacia el mar furioso,
lleno como una copa interminable,
entre las márgenes de cristal sombrío.
En sus orillas erizaba el polen
una alfombra de estambres turbulentos
y desde el mar el aire conmovía
todas las sílabas de la primavera.
El avellano de la Araucanía
enarbolaba hogueras y racimos
hacia donde la lluvia resbalaba
sobre la agrupación de la pureza.
Todo estaba enredado de fragancias,
empapado de luz verde y lluviosa
y cada matorral de olor amargo
era un ramo profundo del invierno
o una extraviada formación marina
aún llena de oceánico rocío.
De los barrancos se elevaban
torres de pájaros y plumas
y un ventarrón de soledad sonora,
mientras en la mojada intimidad,
entre las cabelleras encrespadas
del helecho gigante, era la topa-topa florecida
un rosario de besos amarillos.
Pablo Neruda: IV. Los Libertadores. Canto General (1950)
Versións:
Mario Lorca: Conquista de Chile*; Canto General; 1971; LP1, Lado 1, Corte 5
Aparcoa e Mario Lorca: Resistencia de Arauco: melodía araucana**; Canto General; 1971; LP1, Lado 2, Corte 6
*[O recitativo do primeiro verso deste poema, na voz de Mario Lorca, está seguido polo recitativo dun fragmento do poema La tierra combatiente, da obra de Pablo Neruda: Los Conquistadores. Canto General, do ano 1950; polo mesmo intérprete.]
**[O recitativo do primeiro verso deste poema, na voz de Mario Lorca, está precedido polo recitativo dun fragmento do poema Valdivia (1544), da obra de Pablo Neruda: Los Conquistadores. Canto General, do ano 1950; polo mesmo intérprete.]
miércoles, 22 de abril de 2020
Romance del Duero
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas malogradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Gerardo Diego: Soria (1923)
Versións:
Amancio Prada: Río Duero, río Duero; Zamora*; 2007; Pista 4
Vicente Monera: Romance del Duero; www.musicaypoemas.com; 2008;
*[Concerto conmemorativo do IVº Centenario do Teatro Principal de Zamora. 7 de Octubre de 2006. Zamora.]
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas malogradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Gerardo Diego: Soria (1923)
Versións:
Amancio Prada: Río Duero, río Duero; Zamora*; 2007; Pista 4
Vicente Monera: Romance del Duero; www.musicaypoemas.com; 2008;
*[Concerto conmemorativo do IVº Centenario do Teatro Principal de Zamora. 7 de Octubre de 2006. Zamora.]
lunes, 20 de abril de 2020
Amor América (1400)
Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban
escritas.
Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.
No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.
Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.
Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
Quién
me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.
Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.
Pablo Neruda: I. La lámpara en la tierra. Canto General (1950)
Versións:
Pablo Neruda e Aparcoa: Introducción: Melodía Azteca. México precolombino. Canción Caribe; Canto General; 1971; LP1, Lado 1, Corte 1
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban
escritas.
Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.
No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.
Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.
Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
Quién
me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.
Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.
Pablo Neruda: I. La lámpara en la tierra. Canto General (1950)
Versións:
Pablo Neruda e Aparcoa: Introducción: Melodía Azteca. México precolombino. Canción Caribe; Canto General; 1971; LP1, Lado 1, Corte 1
domingo, 19 de abril de 2020
Romance del cura y la criada
El cura está malo,
muy malito en cama.
Y a la medianoche
llamó a la criada:
—¿Qué quiere, señor cura
que tanto me llama?—
—Tráeme chocolate.
—Señor, no hay agua.
—Coge el cantarillo
y vete a buscarla.
—El pozo es muy hondo,
la soga no alcanza.
—Tengo yo aquí una
que tiene media vara.
—Si tiene media vara
es lo que hace falta.—
Yendo por el pozo
la picó una rana,
la picó con gusto,
la picó con gana,
que a los cuatro meses
barriguita hinchaba,
y a los cinco meses
ya les rebrincaba,
y a los nueve meses
parió la criada.
Y trajo un chiquillo
con gorra y sotana
que para ser cura
estudio le falta.
—Échalo a la inclusa.
—No me da la gana,
que lo he de criar
como madre honrada,
que tengo dos pechos
como dos manzanas
que derraman leche
como fuentes de agua.—
Anónimo: Romance novelesco (XVIII)
Versións:
Nuevo Mester de Juglaría: Estaba el curita; Párate y te contaré…; 1978; Cara 2, Corte 2
Joaquín Díaz: El cura Perico; Romances de allá y de acá, Vol.2 (Perú-España); 1988; Cara B, Corte 5
Cali Fernández e Cecilia Todd: El cura y la criada; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 1
Gabriel Calvo e Joaquín Díaz: El cura y la criada; Trovadores y juglares; 2016; Pista 6
*[Existen numerosas versións deste romance.]
muy malito en cama.
Y a la medianoche
llamó a la criada:
—¿Qué quiere, señor cura
que tanto me llama?—
—Tráeme chocolate.
—Señor, no hay agua.
—Coge el cantarillo
y vete a buscarla.
—El pozo es muy hondo,
la soga no alcanza.
—Tengo yo aquí una
que tiene media vara.
—Si tiene media vara
es lo que hace falta.—
Yendo por el pozo
la picó una rana,
la picó con gusto,
la picó con gana,
que a los cuatro meses
barriguita hinchaba,
y a los cinco meses
ya les rebrincaba,
y a los nueve meses
parió la criada.
Y trajo un chiquillo
con gorra y sotana
que para ser cura
estudio le falta.
—Échalo a la inclusa.
—No me da la gana,
que lo he de criar
como madre honrada,
que tengo dos pechos
como dos manzanas
que derraman leche
como fuentes de agua.—
Anónimo: Romance novelesco (XVIII)
Versións:
Nuevo Mester de Juglaría: Estaba el curita; Párate y te contaré…; 1978; Cara 2, Corte 2
Joaquín Díaz: El cura Perico; Romances de allá y de acá, Vol.2 (Perú-España); 1988; Cara B, Corte 5
Cali Fernández e Cecilia Todd: El cura y la criada; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 1
Gabriel Calvo e Joaquín Díaz: El cura y la criada; Trovadores y juglares; 2016; Pista 6
*[Existen numerosas versións deste romance.]
martes, 14 de abril de 2020
A pesar de la ira
XXV
Roídos yelmos, herraduras muertas!
Pero a través del fuego y la herradura
como de un manantial iluminado
por la sangre sombría,
con el metal hundido en el tormento
se derramó una luz sobre la tierra:
número, nombre, línea y estructura.
Páginas de agua, claro poderío
de idiomas rumorosos, dulces gotas
elaboradas como los racimos,
sílabas de platino en la ternura
de unos aljofarados pechos puros,
y una clásica boca de diamantes
dio su fulgor nevado al territorio.
Allá lejos la estatua deponía
su mármol muerto,
y en la primavera
del mundo, amaneció la maquinaria.
La técnica elevaba su dominio
y el tiempo fue velocidad y ráfaga
en la bandera de los mercaderes.
Luna de geografía
que descubrió la planta y el planeta
extendiendo geométrica hermosura
en su desarrollado movimiento.
Asia entregó su virginal aroma.
La inteligencia con un hilo helado
fue detrás de la sangre hilando el día.
El papel repartió la miel desnuda
guardada en las tinieblas.
Un vuelo
de palomar salió de la pintura
con arrebol y azul ultramarino.
Y las lenguas del hombre se juntaron
en la primera ira, antes del canto.
Así, con el sangriento
titán de piedra,
halcón encarnizado,
no sólo llegó sangre sino trigo.
La luz vino a pesar de los puñales.
Pablo Neruda: III. Los Conquistadores. Canto General (1950)
Versións:
Mario Lorca e Aparcoa: Altiplano: Urpi Wiwas Kaytan; Canto General; 1971; LP2, Lado 1, Cortes 3 e 4
Roídos yelmos, herraduras muertas!
Pero a través del fuego y la herradura
como de un manantial iluminado
por la sangre sombría,
con el metal hundido en el tormento
se derramó una luz sobre la tierra:
número, nombre, línea y estructura.
Páginas de agua, claro poderío
de idiomas rumorosos, dulces gotas
elaboradas como los racimos,
sílabas de platino en la ternura
de unos aljofarados pechos puros,
y una clásica boca de diamantes
dio su fulgor nevado al territorio.
Allá lejos la estatua deponía
su mármol muerto,
y en la primavera
del mundo, amaneció la maquinaria.
La técnica elevaba su dominio
y el tiempo fue velocidad y ráfaga
en la bandera de los mercaderes.
Luna de geografía
que descubrió la planta y el planeta
extendiendo geométrica hermosura
en su desarrollado movimiento.
Asia entregó su virginal aroma.
La inteligencia con un hilo helado
fue detrás de la sangre hilando el día.
El papel repartió la miel desnuda
guardada en las tinieblas.
Un vuelo
de palomar salió de la pintura
con arrebol y azul ultramarino.
Y las lenguas del hombre se juntaron
en la primera ira, antes del canto.
Así, con el sangriento
titán de piedra,
halcón encarnizado,
no sólo llegó sangre sino trigo.
La luz vino a pesar de los puñales.
Pablo Neruda: III. Los Conquistadores. Canto General (1950)
Versións:
Mario Lorca e Aparcoa: Altiplano: Urpi Wiwas Kaytan; Canto General; 1971; LP2, Lado 1, Cortes 3 e 4
lunes, 13 de abril de 2020
Romance de fontefrida
Fonte-frida, Fonte-frida,
Fonte-frida y con amor,
do todas las avecicas
van tomar consolación,
si no es la Tortolica
que está viuda y con dolor.
Por allí fuera a pasar
el traidor de Ruiseñor;
las palabras que le dice
llenas son de traición;
—Si tu quisieses, señora,
yo sería tu servidor.
—Vete de ahí, enemigo,
malo, falso, engañador,
que ni poso en rama verde,
ni en prado que tenga flor;
que si el agua hallo clara,
turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido
porque hijos no haya, no;
no quiero placer con ellos,
ni menos consolación.
¡Déjame, triste enemigo,
malo, falso, ruin, traidor,
que no quiero ser tu amiga
ni casar contigo, no!
Anónimo: Cancionero de Palacio* (1505)
Versións:
Juan Carlos Mestre: Guarte, guarte, Rey Don Sancho = Fontefrida, fontefrida**; Zamora***; 2007; Pista 1
Aquel Trovar: Fonte Frida, fonte Frida; Cantar sola. Voces de mujer en el Cancionero Musical de Palacio; 2019; Pista 13
*[Cancionero de Palacio o Cancionero Musical de Palacio, 1505-1535 (Madrid, Real Biblioteca MS II – 1335).]
**[O recitativo de Juan Carlos Mestre está precedido pola musicalización dunha estrofa do poema Romance del caballero leal zamorano o Romance del Rey Don Sancho, interpretada por Amancio Prada.]
***[Concierto conmemorativo del IV Centenario del Teatro Principal de Zamora. 7 de Octubre de 2006. Zamora.]
Fonte-frida y con amor,
do todas las avecicas
van tomar consolación,
si no es la Tortolica
que está viuda y con dolor.
Por allí fuera a pasar
el traidor de Ruiseñor;
las palabras que le dice
llenas son de traición;
—Si tu quisieses, señora,
yo sería tu servidor.
—Vete de ahí, enemigo,
malo, falso, engañador,
que ni poso en rama verde,
ni en prado que tenga flor;
que si el agua hallo clara,
turbia la bebía yo;
que no quiero haber marido
porque hijos no haya, no;
no quiero placer con ellos,
ni menos consolación.
¡Déjame, triste enemigo,
malo, falso, ruin, traidor,
que no quiero ser tu amiga
ni casar contigo, no!
Anónimo: Cancionero de Palacio* (1505)
Versións:
Juan Carlos Mestre: Guarte, guarte, Rey Don Sancho = Fontefrida, fontefrida**; Zamora***; 2007; Pista 1
Aquel Trovar: Fonte Frida, fonte Frida; Cantar sola. Voces de mujer en el Cancionero Musical de Palacio; 2019; Pista 13
*[Cancionero de Palacio o Cancionero Musical de Palacio, 1505-1535 (Madrid, Real Biblioteca MS II – 1335).]
**[O recitativo de Juan Carlos Mestre está precedido pola musicalización dunha estrofa do poema Romance del caballero leal zamorano o Romance del Rey Don Sancho, interpretada por Amancio Prada.]
***[Concierto conmemorativo del IV Centenario del Teatro Principal de Zamora. 7 de Octubre de 2006. Zamora.]
viernes, 10 de abril de 2020
Dulce palabra
Palabra de mi esperanza,
palabra de mi alegría;
palabra, todo mi verso;
palabra, toda mi viña;
lo que en mi lágrima cae,
lo que mi voz se deshila;
palabra igual que la luz;
palabra, Ruth de la Biblia;
palabra que me desmiente
si nombro mal a la vida;
palabra que fue por mí
madre de palabras niñas:
Omar, Juan Carlos, José
y esta suave Ana María.
Palabra llena de Gracia.
¡Elena, palabra mía!
José Pedroni: Rondel de la niña mía. Poemas y palabras (1935)
Versións:
César Isella: Palabra de mi esperanza; Canto a la poesía (VVAA); 1984; LP2, Lado 2, Corte 1
César Isella: Palabra de mi esperanza; Con todos; 1985; Lado 2, Corte 4
César Isella: Dulce palabra; Canto a la poesía (VVAA); 1991; Pista 17
(Reedición da versión do disco Canto a la poesía, do ano 1984.)
palabra de mi alegría;
palabra, todo mi verso;
palabra, toda mi viña;
lo que en mi lágrima cae,
lo que mi voz se deshila;
palabra igual que la luz;
palabra, Ruth de la Biblia;
palabra que me desmiente
si nombro mal a la vida;
palabra que fue por mí
madre de palabras niñas:
Omar, Juan Carlos, José
y esta suave Ana María.
Palabra llena de Gracia.
¡Elena, palabra mía!
José Pedroni: Rondel de la niña mía. Poemas y palabras (1935)
Versións:
César Isella: Palabra de mi esperanza; Canto a la poesía (VVAA); 1984; LP2, Lado 2, Corte 1
César Isella: Palabra de mi esperanza; Con todos; 1985; Lado 2, Corte 4
César Isella: Dulce palabra; Canto a la poesía (VVAA); 1991; Pista 17
(Reedición da versión do disco Canto a la poesía, do ano 1984.)
jueves, 9 de abril de 2020
Romance del Conde Olinos
Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;
caminante que camina
detiene su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.
Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
—Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
—No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
—Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
—¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
—¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espino albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
Anónimo: Romance novelesco (XV)
Versións:
Leda Valladares e María Elena Walsh: Romance del Conde Olinos; Canciones del tiempo de Maricastaña; 1958; Cara A, Corte 4
Joaquín Díaz: Romance del Conde Olinos; De mi álbum de recuerdos; 1969; Cara A, Corte 1
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; A flor de tiempo; 1978; Cara A, Corte 2
Joaquín Díaz: Madrugaba el Conde Olinos; Cancionero de romances; 1978; Disco 1, Cara B, Corte 4
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; En vivo, en Obras Sanitarias (Argentina); 1985; Pista 7
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; A Galopar; 1992; CD1, Pista 4
Cali Fernández e Cecilia Todd: El Conde Olinos; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 10
Nuevo Mester de Juglaría: Romance del Conde Olinos; Todos en un cantar; 1996; Pista 11
Azar trío: Romance del Conde Olinos; Música sefaradí; 2014; Pista 8
Alalumbre: El Conde Olinos; Canciones de plaza y de palacio; 2016; Pista 14
Zalema: Romance del Conde Olinos; Grabación en los Baños árabes de La Marzuela (Baza, Granada); 2017
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;
caminante que camina
detiene su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.
Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
—Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
—No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
—Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
—¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
—¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espino albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan par a par.
Anónimo: Romance novelesco (XV)
Versións:
Leda Valladares e María Elena Walsh: Romance del Conde Olinos; Canciones del tiempo de Maricastaña; 1958; Cara A, Corte 4
Joaquín Díaz: Romance del Conde Olinos; De mi álbum de recuerdos; 1969; Cara A, Corte 1
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; A flor de tiempo; 1978; Cara A, Corte 2
Joaquín Díaz: Madrugaba el Conde Olinos; Cancionero de romances; 1978; Disco 1, Cara B, Corte 4
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; En vivo, en Obras Sanitarias (Argentina); 1985; Pista 7
Paco Ibáñez: Romance del Conde Niño; A Galopar; 1992; CD1, Pista 4
Cali Fernández e Cecilia Todd: El Conde Olinos; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 10
Nuevo Mester de Juglaría: Romance del Conde Olinos; Todos en un cantar; 1996; Pista 11
Azar trío: Romance del Conde Olinos; Música sefaradí; 2014; Pista 8
Alalumbre: El Conde Olinos; Canciones de plaza y de palacio; 2016; Pista 14
Zalema: Romance del Conde Olinos; Grabación en los Baños árabes de La Marzuela (Baza, Granada); 2017
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