domingo, 24 de noviembre de 2024

La palliri

Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas).

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio,
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se duerme el martillo como un niño de hierro.

Manuel José Castilla: Copajira (1949)

Versións:

Manuel José Castilla: La palliri; Por él mismo. Su voz y sus poemas; 1968; Lado 1, Corte 3

jueves, 21 de noviembre de 2024

Último viaje

Amarás cada cosa que antes no advertías
porque todas las cosas, entonces, abundaban
con una casi mole de pesada frecuencia
y una muy rutinaria presencia cotidiana.

Has hecho tu valija con malhumor y urgencia
desdeñando unos viejos y cansados zapatos
pensando en esas épicas grandezas del camino:
los países, los puertos, las gentes, las cien leguas
que pisarás, ausente aún de toda ausencia.
sin oír ni de lejos lo que quedó esperando.

Te vas y no supones otra cosa que mares
o la insolencia súbita que asume la distancia
y te abruman las húmedas bocas de los adioses.
los demorosos trámites que te ahogan las ganas.

Pasará mucho tiempo por detrás de tus ojos,
por tu asombro y tu ropa, por tu piel y
      tus manos,
hasta que un día, lejos, al desdoblar de prisa
la última camisa
que otras manos solícitas, hace tiempo,
      doblaron;
ya verdadero ausente —y muy súbitamente—
caído a la nostalgia, te vestirás llorando.

                                    México, D.F., 1979

Armando Tejada Gómez: Historia de tu ausencia (1985)

Versións:

Armando Tejada Gómez: Último viaje; Historia de tu ausencia; 1986; Lado 2, Corte 5



*[Por razóns de espazo en blogger, nunha entrada anterior etiquetouse a Armando Tejada Gómez, intérprete, como Tejada; respectamos a etiqueta actual para evitar duplicidades.]

sábado, 16 de noviembre de 2024

Intimidad

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto

no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos

pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno

juntos vivimos
sucumbimos juntos

pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
un abrirse y cerrarse
el paraíso

ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío

quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza

estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
      una llama

Mario Benedetti: Canciones de amor y desamor. Poemas de otros (1974)

Versións:

Estela Castro: Intimidad; Poemas de Mario Benedetti; 1989; Lado 1, Corte 2




Estela Castro: Intimidad; Poemas de Mario Benedetti; 2010; Pista 2

(Reedición da versión do disco Poemas de Mario Benedetti, do ano 1989.)

lunes, 11 de noviembre de 2024

Üa moça namorada

Üa moça namorada
dizia um cantar d'amor,
e diss'ela: "Nostro Senhor,
hoj'eu foss'aventurada
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

A moça bem parecía
e em sa voz manselía
cantou e diss'a menía:
"Prouguess'a Santa Maria
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

Cantava mui de coraçom
e mui fremosa estava,
e disse, quando cantava:
"Peç'eu a Deus por pediçom
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

Lourenço: Cantigas de amor e amigo (S. XII-XIII)

Versiones:

Amancio Prada: Unha moça namorada; LeliaDoura; 1977; Pista 5

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Hay un día feliz

A recorrer me dediqué esta tarde
Las solitarias calles de mi aldea
Acompañado por el buen crepúsculo
Que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
Y su difusa lámpara de niebla,
Sólo que el tiempo lo ha invadido todo
Con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
Volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
Cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
Ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
En la torre más alta de la iglesia;
El caracol en el jardín; y el musgo
En las húmedas manos de Ias piedras.
No se puede dudar, este es el reino
Del cielo azul y de las hojas secas
En donde todo y cada cosa tiene
Su singular y plácida leyenda:
Hasta en la propia sombra reconozco
La mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
Que presenció mi juventud primera,
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí! algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mi singular empresa.
Una tras otra, en oleaje mudo,
AI establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, este es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza:
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!

Nicanor Parra: Poemas y antipoemas (1954)

Versións:

Nicanor Parra: Hay un día feliz; Poemas y antipoemas; 1965; Cara A, Corte 1

viernes, 1 de noviembre de 2024

Üa donzela coitado

Üa donzela coitado
d'amor por si me faz andar;
e em sas feituras falar
quero eu, come namorado:
rostr'agud'há come forom,
barva no queix'e no granhom
e o ventre grand'e inchado.

Sobrancelhas mesturadas,
grandes e mui cabeludas,
sobre'los olhos merjudas;
e as tetas pendoradas
e mui grandes, per boa fé:
há um palm'e meio no pé
e no cós três polegadas.

A testa tem [en]rugada
e os olhos encovados,
dentes pintos come dados
e a boca de passada.
Atal a fez Nostro Senhor:
mui sem doit'e sem sabor,
des i mui tabr'e forçada.

Deve-m'a [...]

Pero Viviães: Cantigas de escarnio e maldizer (XIII)

Versións:

Xurxo Romaní e Koichi Tanehashi: Ua donzela coitado; D’escarnho e maldizer; 2009; Pista 10