A la escuela del Supremo Ser
— tintero, puntero, pupitre, pizarra —
ha venido Blancaflor
para hacerse una mujer
como Dios manda.
— Blancaflor.
— Servidor
del Ser y de usted.
— Blancaflor, todos los hombres
son mortales, Blancaflor.
— Sí, sí, sí señor.
— Es así que
sabemos que
tú eres por ejemplo un hombre,
como lo indica tu nombre…
— Sí señor, puede ser.
— Luego, entonces, por tanto…
— Pues
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Blancaflor sacude el pelo
y se ríe sin saber.
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Muera el Ser en buena hora,
y que viva la blanca
la blanca flor
de la zarzamora.
Ante el Alto Comité del Ser
— fusiles, estrellas, trompetas, medallas —
se presenta Rojaflor
a cumplir con su deber
de ciudadana.
— Rojaflor.
— Servidor
del Ser y de usted.
— Rojaflor, la Ley es dura,
pero es la Ley, Rojaflor.
— Sí, sí, sí señor.
— Es así que
la ley es que
te alistes en las banderas
y defiendas las fronteras…
— Sí señor, puede ser.
— Luego, entonces, por tanto…
— Pues
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Rojaflor por la ventana
mira las nubes correr.
Pero pero pero
pero muera el Ser
en las minas y en las olas,
y que viva la roja
la roja flor
de las amapolas.
A la mesa de su Padre el Ser
— florero, sopera, cuchillo, cuchara —
se ha presentado Flordeor
a la hora de comer
cotidiana.
— Flordeor.
— Servidor
del Ser y de usted.
— Flordeor, pobres y ricos
siempre ha habido, Flordeor.
— Sí, sí, sí señor.
— Es así que
ya vemos que,
pese a huelgas y revueltas,
sigue el mundo dando vueltas…
— Sí señor, puede ser,
— Luego, entonces, por tanto…
— Pues
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Flordeor tira la silla
y ríe y se echa a correr.
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Muera el Ser que Ser se llama,
y que viva la flor
de oro, la
flor de la retama.
En el mágico Bazar del Ser
— menaje, tualete, escalera mecánica —
se ha metido Moraflor
a comprar todo el placer
de la semana.
— Moraflor.
— Servidor
del Ser y de usted.
— Moraflor, cada producto
tiene un precio, Moraflor.
— Sí, sí, sí señor.
— Es así que
es claro que
hurtando lo que está en venta
contra el sistema se atenta…
— Sí señor, puede ser.
— Luego, entonces, por tanto…
— Pues
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Moraflor regala besos
desde el debe hasta el haber
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Que se pierda el que se salva,
y que viva la mora
morada flor,
la flor de la malva.
En el centro de Liberación
— panfleto, petardo, consigna, tabarra —
se ha metido Negraflor
a hacer la Revolución
para mañana.
— Negraflor.
— Servidor
del Ser y de usted.
— Negraflor, imperialismo,
monopolio, Negraflor.
— Sí, sí, sí señor
— Es así que
no hay más que
a poder reaccionario,
poder revolucionario…
— Sí señor, puede ser.
— Luego, entonces, por tanto…
— Pues
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Negraflor se acuesta con
su hermano y se ríe al amanecer.
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Muera el Ser sin testamento,
y que viva la negra
la negra flor
flor de pensamiento.
Agustín García Calvo: Canciones y soliloquios (1976)
Versións:
Amancio Prada e Chicho Sánchez Ferlosio: Blancaflor; Concierto Canciones y soliloquios. Teatro Español de Madrid; 1982; Corte 14
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