(del hebreo-sefardí)
En su bodega Abú Yudá,
el viejo usurero,
bajo el feroz estío está
descabezando un sueño,
cuando hasta el hondo a su rincón
a paso de pluma
Nela la hermosa se le entró,
toda blanca y desnuda:
<<Abú Yudá, ¿me dejas hoy
(mil veces me dijiste,
y es hoy tan fuerte la calor)
bañarme en tu aljibe?>>
<<Mil veces te he llamado aquí,
y no venías nunca,
desque de niña te sentí,
y fuiste mi locura.>>
<<Era una niña, buen Abuí,
y no entendía nada,
ni fuego de tus ojos ni
regalos que me dabas.>>
<<Sedas te daba y perlas yo,
mas no era por compra,
sino las manos, de tu amor,
que se me abrían solas.>>
<<Yo lo tomaba sin saber,
como yerba la lluvia.
Pero hoy te vengo, Abú, ya ves;
pero hoy soy toda tuya.>>
<<Me he hecho tan viejo, Nelané,
queriéndote en vano:
seca mi piel, mi sangre hiel
de amor envenenado.>>
<<Perdona al tiempo, Abú señor,
tú que sabes de deudas:
mis dieciocho aquí te doy,
para que de ellos bebas.>>
<<¡Pudiera tu tardío don
quitarme a mí nueve
y como laja de asperón
esta vejez raerme!
Soy viejo y viejo, Nelaní:
ni tú me devuelves
fuerzas para estrujarte ni
para comerte dientes.>>
<<Viejo serás, Abú, mas ¿qué,
si yo no sé de edades?
Levanta, y a tu aljibe ven,
que conmigo te bañes.>>
<<Ya entiendo, Nela, tu piedad,
a lo que aquí venías:
la muerte me has venido a dar.
Que sea bienvenida.>>
Agustín García Calvo: Ramo de romances y baladas (1991)
Versións:
Luis Ramos: Abú el viejo y la linda Nela; www.editoriallucina.es/seccion/cancionero.html; 2009;
No hay comentarios :
Publicar un comentario