jueves, 24 de diciembre de 2015

El día de San Bartolomé

Tonada 39

Fue un día como otros con su nivel de pájaros,
su fuego en el rescoldo, sus asuntos de moho;
un día de almanaque grisado por la prisa
sin gallos ni profetas ni liturgias ni coros.
Estaba el sol ahí, como todos los días.
La gente ahí. Los muros en su lugar. Las puertas
de espaldas al bullicio de la casa del hombre
y hasta el olmo de enfrente era un olmo cualquiera.

Alto, sobre los pájaros, en un alto edificio
de impecable aluminio,
Herodes reunió sus cien ejecutivos:
dio instrucciones precisas, atendió cien teléfonos,
alzó un vaso de whisky y lo bebió de un guiño.
—Mando, dijo, que empiece la era de los jóvenes.
Hay que industrializar la juventud, señores:
    deben crearse imágenes, gustos, música, ideas,
    ropas, formas, colores, series, héroes, canciones;
    debemos propagar el odio a las raíces,
    instruir en el desprecio, despedazar los himnos,
    crear la teoría de las generaciones
    y alentar la discordia entre padres e hijos.
    No existe otra manera de detener la historia
    que degollar el tallo a ras de la simiente,
    por eso instauraremos el ritual del olvido
    en grandes aquelarres de hogueras y de Jingles.

—Ordeno que se canten canciones como ésta:
            “Yo soy yo,
            soy el único.
            El recuerdo
            es un vicio.
            Antes de mí,
            las sombras.
            Después de mí,
            el olvido…”

Señores, dijo Herodes, sonriendo hacia el poniente:
—Aquello de los niños, era un juego de niños…

Armando Tejada Gómez: Tonadas para usar (1968)

Versións:
Armando Tejada Gómez: El día de San Bartolomé; Poeta de la legua; 1959; Cara B, Corte 7



*[Por razóns de espazo nunha entrada anterior etiquetouse a Armando Tejada Gómez, intérprete, como Tejada. Respectamos a etiqueta anterior para evitar duplicidades.]

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