En el balcón, un momento
nos quedamos los dos solos;
desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.
Le dije que iba a besarla;
la pobre bajó los ojos
y me ofreció sus mejillas
como quien pierde un tesoro.
Las hojas muertas caían
en el jardín silencioso,
y en el aire fresco erraba
un perfume de heliotropos.
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.
Juan Ramón Jiménez: Rimas (1902)
Versións:
Paula Chantada e Santiago Gómez Valverde: Adolescencia; La voz y la palabra; 2010; Pista 10
No hay comentarios :
Publicar un comentario