Si Nueva York, que reluce como el oro
y hay edificios con quinientos bares,
aquí dejaré escrito que se hicieron
con el sudor de los cañaverales:
el bananal es un infierno verde
para que en Nueva York beban y bailen.
Y cuando a cinco mil metros de altura
van los chilenos escupiendo sangre
para mandar el cobre a Nueva York
los bolivianos se desploman de hambre
arañando las cuevas del estaño,
rompiendo las paredes de los Andes,
y el Orinoco desde sus raíces
en el lodo desgrana sus diamantes.
Por tierra panameña que robaron,
por aguas que robaron, van las naves
a Nueva York con el petróleo nuestro,
con los arrebatados minerales
que con gran reverencia les entregan
nuestros condecorados gobernantes.
El azúcar levanta las paredes,
el nitrato de Chile las ciudades,
el café de Brasil compra las camas,
el Paraguay les da universidades,
de Colombia reciben esmeraldas,
de Puerto Rico a sus batallas salen
los soldados de aquel pueblo «asociado».
(De esta manera singular combaten:
los norteamericanos dan las armas
y los portorriqueños dan su sangre.)
Pablo Neruda: Canción de gesta (1960)
Versións:
Nacha Guevara: Tristes sucesos; Las Mil y una Nachas; 1973; Disco 2, Cara A, Corte 6
Andrés Jiménez “El Jíbaro”: Tristes sucesos; América canta en vivo; 1998; Pista 9
No hay comentarios :
Publicar un comentario