miércoles, 9 de abril de 2025

La luz dudosa despierta

              XV

La luz dudosa despierta,
Pero la noche no está;
Hacia las estrellas va,
Sobre el horizonte alerta.
El aire tierno concierta
Con esta cándida hora.
¿Qué labio forma sonora
Dio a esa risa? La ventana
Traza su verde persiana
En la enramada a la aurora.

Luis Cernuda: Primeras poesías (1924-1927) (1927)

Versións:

Joselito Vélez: La luz dudosa despierta*; Caballo, hombre, cartón; 1987; Cara B, Corte 4



*[A versión musical de Joselito Vélez está seguida por dous versos da derradeira estrofa do poema Desengaño indolente, da obra de Luis Cernuda: Primeras poesías, do ano 1927; pola derradeira estrofa do poema Ingrávido presente, da obra de Luis Cernuda: Primeras poesías, do ano 1927; polo comezo do poema Los árboles al poniente, da obra de Luis Cernuda: Primeras poesías, do ano 1927; e polas dúas derradeiras estrofas do poema Los muros nada más, da obra de Luis Cernuda: Primeras poesías, do ano 1927.]

viernes, 4 de abril de 2025

Un maestro de Job

Mis amigos me tratan horriblemente
Mis amigos me tratan de loco
Durante el día soy todo suspiros
Durante la noche me baño en lágrimas
¿Qué te he hecho Dios tú no tienes la culpa
de lo que me pasa?
Durante meses soy gritos
Durante años la tristeza es mi traje de calle
y mi pijama
Cuando como invoco el nombre de la diosa
Así pienso que la gloria de Dios
me llegará
Me llegará

Carlos Edmundo de Ory: El rey de las ruinas (1947-1965) (1969)*

Versións:

Fernando Polavieja: Un maestro de Job; El desenterrador de vivos; 2006; Pista 13



*[Esta obra foi publicada orixinalmente na revista Papeles de Son Armadans, Palma de Mallorca, 164, en novembro de 1969. Posteriormente pasou a formar parte do ciclo La flauta prohibida, incluida na Colección Guernica, publicada pola editorial Zero/Zyx, Madrid, 1979.]

miércoles, 2 de abril de 2025

El pueblo

Un pueblo cuyo asunto era ser gente
ocupada en volverse biografía.
A tres pasos de campo, Andalucía
era un río cruzado por un puente.

Un sol como si Dios tuviera frente
y supiese sudar. El sol que un día
se hizo carne de luna. El que vendría
a juzgar a la sed, siendo inocente.

Mujeres vendimiadas en sus hijos.
El aire en propiedad, hecho cortijos.
Y nubes genealógicas: las parras.

…Y cuando el día era otro muerto, un hombre
se acordaba del sol viendo su nombre
bajo el ronco ciprés de las guitarras.

Antonio López Luna: Memoria de la muerte (1968)

Versións:

Aguaviva: Un pueblo; Poetas andaluces de ahora; 1975; Lado 1, Corte 9