viernes, 7 de mayo de 2021

Los nuevos propietarios

                    XVI
               Intermedio 3

Así se estancó el tiempo en la cisterna.

El hombre dominado en las vacías
encrucijadas, piedra del castillo,
tinta del tribunal, pobló de bocas
la cerrada ciudad americana.


      Cuando ya todo fue paz y concordia,
      hospital y virrey, cuando Arellano,
      Rojas, Tapia, Castillo, Núñez, Pérez,
      Rosales, López, Jorquera, Bermúdez,
      los últimos soldados de Castilla,
      envejecieron detrás de la Audiencia,
      cayeron muertos bajo el mamotreto,
      se fueron con sus piojos a la tumba
      donde hilaron el sueño
      de las bodegas imperiales, cuando
      era la rata el único peligro
      de las tierras encarnizadas,
      se asomó el vizcaíno con un saco,
      el Errázuriz con sus alpargatas,
      el Fernández Larraín a vender velas,
      el Aldunate de la bayeta,
      el Eyzaguirre, rey del calcetín.


Entraron todos como pueblo hambriento,
huyendo de los golpes, del gendarme.
Pronto, de camiseta en camiseta,
expulsaron al conquistador
y establecieron la conquista
del almacén de ultramarinos.
Entonces adquirieron orgullo
comprado en el mercado negro.
Se adjudicaron
haciendas, látigos, esclavos,
catecismos, comisarías,
cepos, conventillos, burdeles,
y a todo esto denominaron
santa cultura occidental.


Pablo Neruda: IV. Los Libertadores. Canto General (1950)

Versións:

Mario Lorca: Presentación de la etapa*; Canto General; 1971; LP2, Lado 1, Corte 7



*[O recitativo deste poema, na voz de Mario Lorca, está seguido polo recitativo dun fragmento do poema Promulgación de la Ley del Embudo, e de varios fragmentos do poema Las Oligarquías, os dous da obra de Pablo Neruda: La arena traicionada. Canto General, do ano 1950.]

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