—Suelen las fuerzas de amor
sacar de quicio a las almas,
tomando por instrumento
la ociosidad descuidada.
Suele el coser y el labrar,
y el estar siempre ocupada,
ser antídoto al veneno
de las amorosas ansias.
Las doncellas recogidas
que aspiran a ser casadas,
la honestidad es la dote
y voz de sus alabanzas.
Los andantes caballeros,
y los que en la corte andan,
requiébranse con las libres;
con las honestas se casan.
Hay amores de levante,
que entre huéspedes se tratan,
que llegan presto al poniente,
porque en el partirse acaban.
El amor recién venido,
que hoy llegó y se va mañana,
las imágines no deja
bien impresas en el alma.
Pintura sobre pintura,
ni se muestra, ni señala;
y do hay primera belleza,
la segunda no hace baza.
Dulcinea del Toboso
del alma en la tabla rasa
tengo pintada de modo,
que es imposible borrarla.
La firmeza en los amantes
es la parte más preciada,
por quien hace amor milagros,
y así mesmo los levanta.
Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha (II, 46) (1615)
Versións:
Espliego e Joaquín Díaz: Suelen las fuerzas de amor; Nunca fuera caballero; 2005; Pista 14
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