jueves, 18 de abril de 2013

Ídolo de Noceda

Nuestra alianza fue con el otoño rojo, no con la túrgida escama del gusano que envejece la vida.

Entonces la sangre de los dioses del valle era fulgurante y hermosa, dócil como el aroma de la música y los bondadosos mastines que mi corazón escucha ladrar toda la noche.

Pero el que silba un aire verde en la siringa y es místico de tacto y dadivoso ha hundido sus manos en la tierra. En el áspero confín de los sepulcros, edad de la muerte donde nunca hubo nadie, han rozado sus primorosas yemas la semilla, el astro de la tribu, la piedra del relámpago.

Oh gota de fuego, muchacha secreta que has subido a lo oscuro desde la penumbra encarnada de lo que es bello y remoto.

Esa carne de rosa o de columna enterrada en el aire ha entrado como una hebra de luz en mi corazón.

Pero esta tristeza es definitiva, como un nudo de bronce.

Juan Carlos Mestre: Antífona del otoño en el Valle del Bierzo (1986)

Versións:
Amancio Prada e Juan Carlos Mestre: Antífona del otoño*; Escrito está; 2001; Pista 8



*[A versión alterna fragmentos recitados polo propio autor, Juan Carlos Mestre, e musicalizacións de Amancio Prada, deste e mais outros poemas da obra Antífona del otoño en el valle del Bierzo: El otoño, Antepasados, La nostalgia es un pájaro que enciende su rumor en la noche, La Montaña e El valle.]

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