He rizado este vocablo,
cantinela,
con canela, suplicio, maicena y ron.
No hay remedio que corrija,
está fresca mas amarga
como la cáscara madura de un abierto limón.
Cantinela
y apenas conmutada
tiene aspa,
y revuelve el estómago de quien la pronuncia,
pero escapa sin resaca de rencor.
Cantinela
y es un nombre
infame,
infausto,
robusto, extraño, disperso, feroz.
No cuadra,
es deudora —la palabra—
de cuanto significa para el poeta tu amor.
Esther Peñas: Trovadores de silencios* (2010)
Versións:
Luis Felipe Barrio: Cantinela**; Trovadores de silencios (VVAA); Libro-CD, Editorial Calambur; 2010; Pista 2
*[Na edición da Editorial Calambur, do ano 2010, o poema aparece como inédito. Descoñecemos si con posterioridade foi incluído e publicado en outra obra da autora e/ou colectiva.]
**[Na edición da Editorial Calambur, do ano 2010, o poema aparece intitulado.]
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