Se paseaba Silvana
por la su huerta florida;
muy bien toca la guitarra,
mejor romance decía.
La sintió cantar su padre
de altos balcones de arriba,
ya la mandaba llamar
por un paje que tenía.
—¿Qué me quiere, rey mi padre,
su alteza qué me quería?
—Quiero vestirte de seda,
por ver qué bien parecías.—
Desque vestida de seda,
a Silvana le decía:
—Silvana, vete a acostarte,
contigo he dormir un día.—
Silvana, desque esto oyó,
llorando se deshacía.
La sintió llorar su madre,
de altos balcones de arriba.
—¿Qué te pasa, hija Silvana,
qué tienes, prenda querida?
—No se lo diré a usted, madre,
nadie me remediaría.
—Dímelo, hija Silvana,
que yo te remediaría.
—Que el pícaro de mi padre
de amores me pretendía.
—No llores, hija Silvana,
que yo te remediaría:
tú pondrás mi guardapié,
yo pondré la tu basquiña,
yo pondré los mis corales,
tú pondrás mi gargantina,
yo me echaré a la tu cama,
tú te echarás en la mía.—
A las doce de la noche
ya va el rey a ver la niña.
—Ven acá, hija Silvana,
que has de ser mi doncellina,
—Vaya una doncella, rey,
de ti tres veces parida:
el primero fue don Juan,
la segunda Ana María,
la tercera fue Silvana,
prenda que tú más querías.
—¡Quién se fía de mujeres,
quién de mujeres se fía!—
A otro día la encontró
al revolver de una esquina.
—Ven acá, hija Silvana,
ven acá, prenda querida,
que por salvar la tu alma,
salvaste también la mía.
—La mía sí la salvé,
la de usted no lo sabía.
Anónimo: Romance novelesco (XVI)
Versións:
Cali Fernández e Cecilia Todd: Sildana; Romanciando. Romances tradicionales canarios; 1995; Pista 2
Fran Baraja e Parranda Blues Band: Romance Rap (Sildana); Parranda power; 2014; Pista 5
*[Existen numerosas versión deste romance.]
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