domingo, 1 de marzo de 2020

Romance de la venganza

Cazador alto y tan bello 
como en una tierra no hay dos, 
se fue de caza una tarde 
por los montes del Señor.

Seguro llevaba el paso, 
listo el plomo, el corazón
repicando, la cabeza
erguida, y dulce la voz.

Bajo el oro de la tarde, 
tanto el cazador cazó, 
que finas lágrimas rojas 
se puso a llorar el sol...

Cuando volvía cantando 
suavemente, a media voz, 
desde un árbol, enroscada, 
una serpiente lo vio.

Iba a vengar a las aves, 
más, tremendo, el cazador, 
con hoja de firme acero
la cabeza le cortó.

Pero aguardándolo estaba
a muy pocos pasos yo...
Lo até con mi cabellera
y dominé su furor.

Ya maniatado le dije:
—Pájaros matasteis vos,
y voy a tomar venganza,
ahora que mío sois...

Mas no lo maté con armas,
busqué una muerte peor:
lo besé tan dulcemente
¡que le partí el corazón!

      Envio

Cazador: si vas de caza
por los montes del Señor,
teme que a pájaros venguen
hondas heridas de amor.

Alfonsina Storni: Ocre (1925)

Versións:
Imanol: Romance de la venganza; Viajes de mar y luna; 1990; Pista 5

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