XXIV
ALEGORÍA DE LA BREVEDAD DE LAS COSAS HUMANAS
Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y sombra mía aun no soy.
La aurora ayer me dio cuna,
la noche ataúd me dio;
sin luz muriera, si no
me la prestara la luna,
pues de vosotras ninguna
deja de acabar así,
aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y sombra mía aun no soy.
Consuelo dulce el clavel
es a la breve edad mía,
pues quien me concedió un día,
dos apenas le dio a él.
Efímeras del vergel,
yo cárdena, él carmesí.
Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y sombra mía aun no soy.
Flor es el jazmín, si bella,
no de las más vividoras,
pues dura pocas más horas
que rayos tiene de estrella;
si el ámbar florece, es ella
la flor que él retiene en sí.
Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y sombra mía aun no soy.
El alhelí, aunque grosero
en fragancia y en color,
más días ve que otra flor,
pues ve los de un mayo entero;
morir maravilla quiero
y no vivir alhelí.
Aprended, flores en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui
y sombra mía aun no soy.
A ninguna flor mayores
términos concede el Sol
que al sublime girasol,
Matusalén de las flores;
ojos son aduladores
cuantas en él hojas vi.
Aprended, flores, en mí
lo que va de ayer a hoy,
que ayer maravilla fui,
y sombra mía aun no soy.
(1621)
Luis de Góngora: Letrillas Morales. Manuscrito Chacón* (1628)
Versións:
Omar Camino: Aprended, flores, en mí; La soledad sonora; 2012; Pista 4
*[Obras de D. Luis de Góngora reconocidas i comunicadas con L. por D. Antonio Chacón Ponce de León, señor de Polvoranca; T.2; 1628; BNE.]
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