jueves, 8 de febrero de 2024

Te llevarán

Para ese día de sombra que llegará, amor mío,
como risco volcado dentro de un manantial,
para ese día de espanto y pañuelos al viento
catemos desde ahora, que la vida se va.

Cantemos, sí, cantemos, que al cantarle al silencio,
a la sorda derrota y a la impar soledad,
venceremos la muerte, venceremos la nada,
y a la cumbre del tiempo nuestras almas irán.

Cantemos, sí, cantemos, que hay un sólo minuto
uno sólo aguardando nuestro mundo cruzar:
ese minuto trágico que hace tiempo nos ronda
con su oferta de lágrimas y mañanas sin paz.

¡Te llevarán! Los ecos del viento me lo dicen,
los labios del mar lloran que sí. ¡Te llevarán!
Partirás, y mis ojos que tanto te nutrieron,
bajarán quedamente a nutrir a la mar.

Podrás amarme en sueños, pero mi voz, mi risa,
mis ojos con riachuelos, de ti se ocultarán.
Puede estrecharte el eco que ha estrechado mi nombre
desde mis labios, ¡nunca mis labios besarás!

Y cuando se alce el ruido marino, entre las noches
apagadas y crueles de tu pena inmortal,
mi fiel camino de olas llevará hasta tu sueño
la ternura que mi alma te ha salvado del mar.

Amado, mis verdugos ya me han medido el paso,
el color de mis huellas conocen, y mi ajuar:
el pudor duerme nupcias eternas con la forma;
hacia el alma es muy largo el camino que andar.

¡Te llevarán! Para esa eternidad de llanto
cantemos desde ahora que la vida se va.
Para ese día de espanto y pañuelos al viento
la canción de la muerte nos llegara del mar.

Julia de Burgos: Otros poemas. El mar y tú (1954)

Versións:

Zoraida Santiago: Te llevarán; Tiene que ser la luna; 1983; Lado A, Corte 4




Zoraida Santiago: Te llevarán; Antología a Julia de Burgos; 2013; Pista 12

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