sábado, 17 de febrero de 2024

Tras arder siempre, nunca consumirme

Tras arder siempre, nunca consumirme;
y tras siempre llorar, nunca acabarme;
tras tanto caminar, nunca cansarme;

y tras siempre vivir, jamás morirme;

después de tanto mal, no arrepentirme;
tras tanto engaño, no desengañarme;
después de tantas penas, no alegrarme;
y tras tanto dolor, nunca reírme;

en tantos laberintos, no perderme;
ni haber, tras tanto olvido, recordado,
¿qué fin alegre puede prometerme?


Antes muerto estaré que escarmentado:
ya no pienso tratar de defenderme,
sino de ser de veras desdichado.


Francisco de Quevedo: Las tres musas últimas castellanas (1670)

Versións:

Manzanita: Naino; Poco ruido y mucho duende; 1978; Cara A, Corte 5

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