Como una gran mentira negra, vienen ensuciando las calles urbanas y toda LA CIUDAD, toda LA CIUDAD… Gordos, rudimentarios, feos, sudan grosería saciedad, bestialidad, imbecilidad y lujuria, lujuria de monos idiotas, de mistificadores lúgubres o perros inmundos, recientemente comidos, ¡los golosos cerdos del Señor!... —pimienta, carne, mucha carne, cebollas, vino y ajo—; frente al cuadrado volumen rotundo de las matronas sicalípticas que cubren la arteria, inyéctanseles los ojos nocturnos, y… ellas escupen!... !...
Pablo de Rokha: La Ciudad. Los gemidos (1922)
Versións:
Ocho Bolas: Curas; Genio y figura; 2003; Pista 12
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