lunes, 3 de agosto de 2015

Décimas del roto choro

Guateludo y tirillento,
como un tony de sainete,
o una gran mar de tormento,
azotado por el viento
de la canción popular,
va de pajar en pajar,
andrajosos de aventura,
buscando la sepultura
donde echarse a descansar.


Tinaja de vino malo,
cuero de chicha vinagre,

¡si ya más parece un bagre
disfrazado de robalo!
entre el azote y el palo
sufriendo de sol a sol
hasta el último arrebol
le arrasó la oligarquía
y arrastra, a medias, la hombría,
lo mismo que un caracol.


Te llevan a la trinchera
como al burro al matadero,
chillando el bufar guerrero
de la gran mafia logrera:
y te espera la huesera
del piojento nacional;
saliste del corral
a asesinar proletarios,
arreado por los corsarios
del asno internacional.

Viejo Chaplin rancagüino,
todo pulguiento y chinchoso,
¡si está tan bien reseboso
tu gran guarapón maulino!
parece aspa de molino
la mantita nacional,
y la ojota anda tan mal,
con el pantalón bombacho
como el grito de un borracho
adentro de un naranjal.

¿Ya nunca tendrá montura,
ni lazo en la pegualera,
y no correrá en la era
como libre criatura?
bestia del rico y del cura,
infeliz sin porvenir,
¿habrá de ir y venir
humilde y acorralado
igual que un patrón capado
que ruega hasta pa morir?

Morralla del patroncito,
roñoso esclavo campero,
haragán electorero
rey y buey un clan maldito
un despertar infinito,
aún le patalea, aún,
y desde Iloca a Colbún,
desde Cherquenco a Rosario,
su rebenque estrafalario
raja la fosa común.

Jardín de tiras y piojos
¡apunta la carabina
contra la casta asesina
que te ha sacado lo ojos!
en grandes pendones rojos
tu ilusión has de poner,
no llores como mujer
ni te humilles como un perro,

¡aprieta el puño de hierro
y déjate morder!

Diviso una gran marea
levantándose, tamaña,
inmensa como la araña
que en los sueños manotea,
y un gran arriero que arrea
un rebaño de salón,
en donde no va ni un peón,
sino los amos del oro…
¡el guaina es un ROTO CHORO
arriando al frute ladrón!


Con guarapo envenenado
lo curaron hasta el hueso,
porque lo creyeron leso
como animal de ganado,
fregado y apachurrado
de tanto y tanto aguantar…
¡pero se van a ensartar
los que lo creen veneldo,
porque del hombre podrido
crece muy lindo cantar!

Malhablado y pendenciero,
racimo de yerba negra,
todavía el corvo integra
su figura de haviero
piojoso y aventurero
caído en el ventarrón,
y aún le queda corazón
a esa inmensa ruina humana
para agarrar la picana
y clavársela al patrón.

¡Y ha de manejar un día
bajo la bandera roja
la espada de la congoja
como un grito de alegría;
cruzando su rebeldía
de toruno bramador
anchas leguas de dolor,
abrazada de heroísmo,
implantará el comunismo
del pueblo trabajador!...


Pablo de Rokha: Romancero proletario. Poemas rimados o asonantados (1916-1958) (1966)

Versións:
Ocho Bolas: Décimas del roto choro; Genio y figura; 2003; Pista 4

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