miércoles, 3 de diciembre de 2025

Sobre un libro de versos

                7 de Agosto de 1918*

Dejaría en este libro
toda mi alma.
Este libro que ha visto
conmigo los paisajes
y vivido horas santas.

¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos
de rosas y de estrellas
y lentamente pasan!

¡Qué tristeza tan honda
es mirar los retablos
de dolores y penas
que un corazón levanta!

Ver pasar los espectros
de vidas que se borran,
ver al hombre desnudo
en Pegaso sin alas,

ver la vida y la muerte,
la síntesis del mundo,
que en espacios profundos
se miran y se abrazan.

Un libro de poesías
es el otoño muerto:
los versos son las hojas
negras en tierras blancas,

y la voz que los lee
es el soplo del viento
que les hunde en los pechos,
entrañables distancias.

El poeta es un árbol
con frutos de tristeza
y con hojas marchitas
de llorar lo que ama.

El poeta es el médium
de la Naturaleza
que explica su grandeza
por medio de palabras.

El poeta comprende
todo lo incomprensible,
y a cosas que se odian,
él, amigas las llama.

Sabe que los senderos
son todos imposibles,
y por eso de noche
va por ellos en calma.

En los libros de versos,
entre rosas de sangre,
van pasando las tristes
y eternas caravanas

que hicieron al poeta
cuando llora en las tardes,
rodeado y ceñido
por sus propios fantasmas.

Poesía es amargura,
miel celeste que mana
de un panal invisible
que fabrican las almas.

Poesía es lo imposible
hecho posible. Arpa
que tiene en vez de cuerdas
corazones y llamas.

Poesía es la vida
que cruzamos con ansia
esperando al que lleva
sin rumbo nuestra barca.

Libros dulces de versos
son los astros que pasan
por el silencio mudo
al reino de la Nada,
escribiendo en el cielo
sus estrofas de plata.


¡Oh, qué penas tan hondas
y nunca remediadas,
las voces dolorosas
que los poetas cantan!

Dejaría en el libro
este toda mi alma...

Federico García Lorca: Poemas sueltos (1917-1936) (1996)**

Versións:

Joselito Vélez: Preciosa tocando viene***; Caballo, hombre, cartón; 1987; Lado B, Corte 1



*[    En 1944 Antonio Gallego Morell dio a conocer en La Estafeta Literaria (nº16) un poema que bien puede considerarse como el primer manifiesto poético de Federico García Lorca. Lo escribió en un ejemplar de las Poesías Completas de Antonio Machado (Ediciones de la Residencia de Estudiantes) «sin respetar el pie de imprenta, ni el título, ni los derechos que marca la Ley, ni el copyright 1917».
    Mucho más tarde, transcurridos casi cinco lustros, con ocasión de la exhumación de otro poema lorquiano, Gallego Morell vuelve sobre el tema:
«El 7 de agosto de 1918 [García Lorca] firma un poema que traza con lápiz violeta sobre las primeras páginas de la edición de Poesías Completas de Antonio Machado que dio a la estampa la Residencia de Estudiantes, ejemplar que mi padre prestó a García Lorca y que éste lo devolvió con el mejor prólogo para los versos de Machado
    Y en nota a pie de página añade:
«Poseo en mi biblioteca el ejemplar de Machado con el poema autógrafo de García Lorca. Incomprensiblemente este poema se inserta en la edición de Obras completas del poeta (Madrid, Aguilar, 1966) bajo el título Este es el prólogo, que fue un título ocasional dado por mí al publicarlo por vez primera. Creo que el poema —que no tiene título dado por Lorca— debería incluirse bajo el enunciado A las poesías completas de Antonio Machado
    Así lo hizo Arturo del Hoyo, responsable de la edición Aguilar, y a partir de 1973, con este título, entre los corchetes de rigor, puede leerse en la sección Otros poemas sueltos.
    Ahora bien, este poema póstumo de Lorca ni debe ser publicado en la versión dada a conocer por Gallego Morell, ni el título por él propuesto es actualmente necesario.
    En efecto, en los archivos de la familia García Lorca figura un manuscrito de esta composición, fechado el 19 de agosto de 1918 y que, por consiguiente, anula el autógrafo anterior del 7 de agosto del mismo año. Más aún, el poeta le ha adjudicado un título preciso: Sobre un libro de versos.
    Cabría pensar que antes de devolver el libro al padre del futuro rector de la Universidad de Granada, Lorca volvió a copiar la composición para no quedarse sin ella. Pero las modificaciones que introdujo no son tan importantes como para justificar un cambio de fecha. Como es sabido, una vez que el poema había alcanzado en su redacción la madurez deseada, el poeta lo fechaba, y aunque volviera a trabajar sobre él -e incluso a recopiarlo- no modificaba ya la fecha de nacimiento. Y el cotejo de ambas versiones no arroja modificaciones sustanciales. Pensando sin duda en su publicación, el poeta lo peina métrica y tipográficamente para hacerlo presentable. La regularización en heptasílabos, simples o dobles, parece haber sido su propósito fundamental y hay que reconocerle el particular acierto expresivo del alargamiento en alejandrino del verso 44, lo mismo que el desgajamiento de Arpa del verso 54. La mejora técnica salta a la vista.
    Antonio Gallego Morell -que en 1918 ni había nacido siquiera-, se complace en imaginar una escritura directa sobre el libro de Machado:
«Una tarde -precisamente la del 7 de agosto- se sentó allá en un banco albaicinero y sacó un lápiz morado -era el color y la tragedia de su vida-, con el que empezó a escribir sin levantar la mirada [...] Empezó a trazar versos con su letra de niño chico...»
    No en el Albaicín sino en el mucho menos eufónico pueblo de Asquerosa (luego Valderrubio, que es donde la familia García Lorca pasaba entonces los veranos) compuso, pues, Lorca este poema.

Eutimio Martín: "Sobre un libro de versos": el primer manifiesto poético de Federico García Lorca; Anales de Literatura Española, nº4; Dep. de Literatura Española, Universidad de Alicante; Alicante, 1985; pax. 245-256; DOI: https://doi.org/10.14198/ALEUA.1985.4.11]
**[Miguel García Posada: Federico García Lorca: Obras completas; Tomo I: Poesía I; Círculo de Lectores/Galaxia Gutemberg; Madrid/Barcelona; 1996.]
***[A versión musical de Joselito Vélez está precedida polos catro primeiros versos da segunda estrofa do poema Preciosa y el aire, da obra de Federico García Lorca: Romancero gitano, do ano 1928; dos cinco primeiros versos do poema Thamar y Amnón, da obra de Federico García Lorca: Romancero gitano, do ano 1928; e seguido dos catro primeiros versos do poema El diamante, da obra de Federico García Lorca: Libro de poemas, do ano 1921.]

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