sábado, 13 de diciembre de 2025

Suelo santafecino

Dilatado, tendido,
sin altos ni bajos,
éste es el suelo mío,
éste es mi campo.

Es como a mí me gusta,
verde, ancho;
el sol por todo él,
el agua a mano.

Lo conozco en su surco,
en su flor, en su árbol...
Como a la mujer amada,
no podría dejarlo.

Un río lo atraviesa.
Viene del norte, amargo.
Pasa por mí. Su línea
la llevo en cada mano.

Atravesando trigos,
la llevo en cada mano.
Tengo en la mano abierta
mi campo y su bañado.

Lo conozco en su surco,
en su flor, en su grano;
en su nido, en la tierra
y en el árbol.

En su naciente sol,
en su sol alto;
en su luna que duerme
con la liebre, en los pastos.

En su hombre que ara
seguido por el pájaro
que tiene alas de ángel
y es blanco.

En su mujer de pelo de tormenta
o de pelo dorado:
su noche húmeda o su día
soleado.

En su guitarra cada vez más sola,
en su rancho;
en el seno de niña, morenito,
de su mate cálido.

En el dolor de su paloma;
en el deshacimiento de su cardo;
en la puñalada fecunda
de su toro pesado.

Como a la mujer amada,
no podría dejarlo;
como a la mujer amada;
tierra con río y árbol.

Sobre él quiero morir;
sobre él, con ella al lado.
Hierba, mujer, arroyo
y sombra de caballo.

José Pedroni: Otros poemas. Obra poética (1969)

Versións:

José Pedroni: Suelo santafecino; Por él mismo. Sus poemas y su voz; 1967; Lado 1, Corte 1

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