Dios te guarde, pajarillo,
flor del bosque, plumas oro,
nadie mate tus pichones,
nadie toque tu tesoro.
La tormenta no te asuste
en las noches despiadadas,
que el viento no te castigue,
ni te maten las heladas.
Que el cazador no te encuentre
cuando te busca en la selva,
la sombra por defenderte,
en sus repliegues te envuelva.
Vuela siempre por los aires,
canta siempre entre las ramas,
picotea en los jardines,
cuelga el nido en las retamas.
Dios te guarde, pajarillo,
flor del bosque, plumas de oro,
nadie mate tus pichones,
nadie toque tu tesoro.
Alfonsina Storni: El Dios de los pájaros, Cuadro Iº, Acto Iº (1942)*
Versións:
Imanol: Himno a los pájaros; Viajes de mar y luna; 1990; Pista 10
*[Publicada orixinalmente na Revista Ser, nos 23-24, Buenos Aires, 1942]
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