domingo, 6 de marzo de 2016

Mar Caribe

              A E. Ribera Chevremont.

Isla de Puerto Rico,
isla de palmas,
apenas cuerpo, apenas,
como la Santa,
apenas posadura
sobre las aguas;
del millar de palmeras
como más alta,
y en las dos mil colinas
como llamada.


La que como María
funde al nombrarla
y que, como paloma,
vuela nombrada.


Isla en amaneceres
de mí gozada,
sin cuerpo acongojado,
trémula de alma;
de sus constelaciones
amamantada,
en la siesta de fuego
punzada de hablas,
y otra vez en el alba,
adoncellada.


Isla en caña y cafés
apasionada;
tan dulce de decir
como una infancia;
bendita de cantar
como un ¡hosanna!
sirena sin canción
sobre las aguas,
ofendida de mar
en marejada:

¡Cordelia de las olas,
Cordelia amarga!

Seas salvada como
la corza blanca
y como el llama nuevo
del Pachacámac,
y como el huevo de oro
de la nidada,
y como la Ifigenia,
viva en la llama.


Te salven los Arcángeles
de nuestra raza:
Miguel castigador,
Rafael que marcha,
y Gabriel que conduce
la hora colmada.


Antes que en mí se acaben
marcha y mirada;
antes de que mi carne
sea una fábula
y antes que mis rodillas
vuelen en ráfagas...


              Día de la liberación de Filipinas.

Gabriela Mistral: Tala (1938)

Versións:
Ángel Parra: Mar Caribe; Amado, apresura el paso; 1995; Pista 5

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