ACTO 1º
CUADRO SEGUNDO
PLAZA
ESCENA I
JUAN, GABRIEL, QUINTÍN, CARMELO, TOMASO, ALONSO, LORENZO, LÁZARO, ROQUE, TERESA, LUISA, RAFAELA, BALTASARA, músicos, labradores y mujeres. Los mozos y las mozas cantan y bailan al son de dulzaina y tamboril.
MOZOS
Lo mismo que un olivo
con una encina
me juntaré contigo,
morena mía.
¡Mayo de olor,
me mueven en tus aires
vientos de amor!
MOZAS
Como la madreselva,
florezco en mayo,
y me crecen los ojos
como los ramos.
¡Mayo de pan,
cómo me altera el aire
de mi galán!
MOZOS
Por mirarte a los ojos
estoy perdido,
que ni duermo ni labro
ni hago otro oficio.
¡Mayo de mieles,
no mirarla un momento
me da la muerte!
MOZAS
Una flecha de avena
me has disparado,
y me venzo de amores
sobre un costado.
¡Mayo de nidos,
una flecha de avena
me ha malherido!
GABRIEL
Mayo alborota a los mozos
el cabello, el pie y el alma.
CARMELO
(Antes de hablar siempre bebe de una bota de vino.)
Mayo ya tiene las viñas
florecidas y enlazadas.
GABRIEL
Ya estás pensando en el vino
que aún no verdea en las ramas.
CARMELO
Mientras viva el vino, amigo
Gabriel, que se muera el agua.
QUINTÍN
Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.
Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.
En los templados establos,
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman.
Los toros de las dehesas
las oyen dentro del agua
y hunden con ira en la arena
sus enamoradas astas.
Remudan los claros ciervos
su cornamenta arbolada
igual que un ramo de rayos
y una visión de navajas.
La cabra cambia de pelo,
cambia la oveja de lana,
cambia de color el lobo
y de raíces la grama.
Son otras las intenciones
y son otras las palabras
en la frente y en la lengua
de la juventud temprana.
Los celosos chivos pierden
entre sus dientes sus barbas:
se rinden a cabezazos,
se embisten y se maltratan,
y en medio de los ganados
mueven, lo mismo que espadas
rabiosas y deseosas,
lenguas amantes y patas.
Van los asnos suspirando
reciamente por las asnas.
Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura las auroras
parecen de puro blancas,
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.
Campea mayo amoroso;
el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en el aire ronda faldas...
GABRIEL
No sigas, Quintín, la ronda:
no sigas, que te propasas.
QUINTÍN
Se me va la lengua en mayo.
GABRIEL
Cuida que no se te vaya.
CARMELO
¡Viva mayo y quien lo trajo
con tanto viñedo y parra!
MUJERES
Carmelo, que no nos dejas
oír ni seguir la danza.
MOZOS
De uno en uno nacemos,
lo quiere Dios,
para que nos queramos de dos en dos.
¡Mayo de espigas,
de dos en dos mis labios
la besarían!
MOZAS
De dos en dos mis ojos
te van mirando,
y de dos en dos se abren
a ti mis brazos.
¡Mayo de flores,
me aguardan en sus labios
dos ruiseñores!
MOZOS
Tienen, como la almendra
de los almendros,
morenas las mejillas
y blanco el pecho.
¡Mayo de lana,
su pecho y sus mejillas
para mis ansias!
MOZAS
Altos tienen los brazos
como los chopos,
y relucen sus hojas
como tus ojos.
¡Mayo de abejas,
sus ojos y sus brazos
me bambolean!
(Cesa el baile. LUISA, TERESA, RAFAELA y BALTASARA hablan siempre con los ojos puestos en JUAN.)
(…)
Miguel Hernández: Escena Iª, Cuadro 2º, Acto 1º. El labrador de más aire (1937)
Versións:
Joan Manuel Serrat: Romancillo de mayo; Miguel Hernández; 1972; Cara B, Corte 2
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