El verde es verde para siempre verde.
El verde me desvela y mi desvelo
es un pájaro azul que se detiene
en un cielo de mar, en un cielo verde,
que no por verde deja de ser cielo.
Y en ese vuelo que es también mi vuelo
no hay nube parda o gris que me recuerde.
Y que hay de mí, mi cielo es este suelo.
Quién pudiera vivir lo ya vivido,
fundirse en las galaxias del olvido
lejos del tiempo que lacera y muerde.
Pero es en vano, ya no soy el que era.
La primavera no es mi primavera,
es un trino fugaz, un eco verde.
Juan Ricardo Nervi: Rastro en la sal (1980)
Versións:
Alberto Cortez: Soneto en verde; Castillos en el aire; 1980; Lado 2, Corte 5
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