Árdese Troya, y sube el humo oscuro
al enemigo cielo, y entretanto
alegre Juno mira el fuego y el llanto:
¡venganza de mujer, castigo duro!
El vulgo aun en los templos mal seguro,
huye cubierto de amarillo espanto,
corre cuajada sangre el turbio Janto,
y viene a tierra el levantado muro.
Crece el incendio propio el fuego extraño,
las empinadas máquinas cayendo,
de que se ven ruinas y pedazos.
Y la dura ocasión de tanto daño,
mientras vencido Paris muere ardiendo,
del griego vencedor duerme en los brazos.
Lope de Vega: Rimas humanas (1609)
Versións:
Vicente Monera: Árdese Troya; www.musicaypoemas.com; 2008;
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