lunes, 7 de octubre de 2013

En la cara le daba el aire

En la cara le daba el aire,
             y no se meneaba.

La sombra de los abedules
       le bailaba en la cara;
                y no parpadeaba.

                   Le manaba
       del rincón de la boca
un hilillo de fresca baba.
    Y no se le daba nada.

       Era el hombre dormido.
             ¡Qué bien alentaba!

             Y el sueño bendito
                   le despertaba
                   amor de balde
                   por sus entrañas
                   dulces, lejanas.

             El sueño sin nombre
                le desleía el alma.
                   El airecillo
       le secaba las lágrimas.

                   Y él no sabía,
                no sabía nada.

Agustín García Calvo: Canciones y soliloquios (1976)

Versións:
Amancio Prada: Dos soliloquios; Concierto Canciones y Soliloquios; Teatro Español de Madrid, 19 e 20 de Novembro de 1982; Corte 21


Amancio Prada: El hombre dormido; Canciones y soliloquios; 1983; Pista 2



Amancio Prada: El hombre dormido; 3 poetas en el círculo; 1998; Pista 16

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