Esos relámpagos y flores,
esas centellas desasidas
que en derramados resplandores
lucen ganadas o perdidas.
Venas abiertas, duras fuentes
donde anegar al enemigo;
soles helados o calientes,
mas siempre soles para el trigo.
Eternidad de los doblados
por esa luz de una promesa;
navíos ya desamarrados,
brava la mar, mas la fe ilesa.
Diéranme a mí nuevos pulmones
con que arbolar las multitudes
y un oleaje de canciones
de juventud, de juventudes.
Rafael Alberti: Signos del día (1945-1955) (1961)
Versións:
Ángel Corpa: Canción a la juventud; Canta a Rafael Alberti. Verte y no verte; 2004; Pista 13
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