(Chuflillas)**
¡Qué revuelo!
¡Aire, que al toro torillo
le pica el pájaro pillo
que no pone el pie en el suelo!
¡Qué revuelo!
Ángeles con cascabeles
arman la marimorena,
plumas nevando en la arena
rubí de los redondeles.
La Virgen de los caireles
baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
—Vengas o no en busca mía,
torillo mala persona,
dos cirios y una corona
tendrás en la enfermería.
¡Qué alegría!
¡Cógeme, torillo fiero!
¡Qué salero!
De la gloria, a tus pitones,
bajé, gorrión de oro,
a jugar contigo al toro,
no a pedirte explicaciones.
¡A ver si te las compones
y vuelves vivo al chiquero!
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Alas en las zapatillas,
céfiros en las hombreras,
canario de las barreras,
vuelas con las banderillas.
Campanillas
te nacen en las chorreras.
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Te digo y te lo repito,
para no comprometerte,
que tenga cuernos la muerte
a mí se me importa un pito.
Da, toro torillo, un grito
y ¡a la gloria en angarillas!
¡Qué salero!
¡Que te arrastran las mulillas!
¡Cógeme, torillo fiero!
Serranía de Rute (Córdoba) 1925-1926 y Sevilla-Madrid, 1927***
Rafael Alberti: El alba del alhelí (1927)
Versións:
Mikaela: Chuflillas del Niño de la Palma; Canta poesías de Rafael Alberti; 1970; Cara B, Corte 1
Ángel Corpa: Chuflillas del Niño de la Palma; Canta a Rafael Alberti. Verte y no verte; 2004; Pista 14
*[Cayetano Ordóñez Aguilera, “El Niño de la Palma”, nació en Málaga en 1904. Matador de toros, tomó la alternativa en la plaza de Sevilla, en junio de 1925, de manos de Belmonte, y un mes más tarde se la confirmó Luis Freg en la de Madrid. Pero muy pronto decayó el prestigio que adquiriera al principio de su carrera. Rafael Alberti: Marinero en tierra / La amante / El alba del alhelí; Edición de Robert Marrast; Clásicos Castalia, 48; Editorial Castalia; Madrid; 1987; ISBN: 84-7039-042-2]
**[<<Rafael Alberti, con su poema recién escrito, pero sin el célebre subtítulo aún, fue en compañía de José María de Cossío —que es el que nos cuenta ahora esta anécdota— a visitar al Niño de la Palma. Alberti, después de escribir sus versos al dorso de una fotografía del torero, comenzó a explicarle a éste el significado del poema. “Como ve usted —decía—, se trata de unos versos ligeros, juguetones, donde el torero le toma el pelo al toro…” Cuando el poeta terminó de hablar, Cayetano Ordóñez comentó sentenciosamente: “Vamos, que son unas chuflillas”. Y desde aquel momento Rafael Alberti adoptó esta palabra como subtítulo de su celebradísimo poema.>> (R. Montesinos, en la nota 2ª de su ed. de Suma taurina de Alberti, Barcelona, 1963, p.121). Rafael Alberti: Marinero en tierra / La amante / El alba del alhelí; Edición de Robert Marrast; Clásicos Castalia, 48; Editorial Castalia; Madrid; 1987; ISBN: 84-7039-042-2]
***[Poesía publicada en Meseta, abril de 1928; en La Nación, 5 de Mayo de 1929; Revista portuense, 26 de mayo de 1929; Litoral, nº 4, octubre-noviembre de 1968 y nº 21-22, septiembre de 1971 (facsímile). La indicación final del poema no figura en las ediciones posteriores a la primera del año 1927. Rafael Alberti: Marinero en tierra / La amante / El alba del alhelí; Edición de Robert Marrast; Clásicos Castalia, 48; Editorial Castalia; Madrid; 1987; ISBN: 84-7039-042-2]
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