jueves, 21 de marzo de 2019

Contra un poder tan tirano

Escena II

Dichos, menos TOMASO

ROQUE.—
De buena gana reiría
tan tonto discurrimiento,
pero tengo el sentimiento
lleno de melancolía.
Estoy grave desde el día
que el señor llegó al lugar
a vivir y a declarar,
con un corazón tacaño,
que desde este mismo año
los pagos ha de aumentar.

JUAN.—
La tierra no rinde para
satisfacer su deseo,
y yo, desde siempre creo
que ya la pagamos cara.
Si el señor no desechara
su propósito de avaro,
me negaré sin reparo
a darle más de mi pan,
y como me llamo Juan
he de negárselo claro.

LÁZARO.—
No hagas ese desatino,
Juan.

LORENZO.—
Yo no te lo aconsejo.
Deja tú, como yo dejo,
rodar el mundo a su sino.
Lo que hubo de venir, vino
siempre de un modo fatal:
el mal para darnos mal
y el bien para darnos bien.
Ten para el principio y ten
paciencia para el fina.

JUAN.—
No admito, amigos, no quiero
ese consejo prudente.
Paciencia la suficiente,
pero no la del cordero.
Aborrezco por entero
esa clase de paciencia:
me da rabia una existencia
apoyada en el balido.
Pido más pasión y pido
más vehemencia; más vehemencia.
No puedo aceptar un daño,
aunque me llegue del rey,
ni con corazón de buey
ni con alma de rebaño.
No soy ni fiero ni huraño;
pero sé en mi corazón
que a sufrir la humillación,
el golpe y el atropello,
prefiere mi vida el sello
de la actitud del león.
No se puede ser paciente
ante nadie ni ante nada
que nos trate atropellada,
torcida y villanamente.
Cuando se nos muestre un diente
de malicia o de maldad,
abramos con claridad
las bocas y las quijadas,
para pegar dentelladas
de razón y de verdad,
si tú, Lorenzo, aconsejas
paciencia, vete más lejos
y predica tus consejos
en medio de las ovejas.
Sólo oirás entre ellas quejas
de paciencia en abundancia,
pero jamás la distancia
ni el cielo temblará un día
con truenos de gallardía
y rugidos de arrogancia.

LORENZO.—
Ante don Augusto, Juan,
tenemos grandes motivos
para no vagar altivos,
aunque ganas bien nos dan.
Es dueño de nuestro pan,
Y en cuanto quiera querer
hará más daño que ayer,
hoy, y más que hoy, mañana,
que está en su mano la gana
y está en su mano el poder.

JUAN.—
Contra un poder tan tirano
que sólo el daño apetece,
el hombre que es hombre crece
por el alma y por la mano.
Merece un nombre villano
quien, por cobarde temor,
de un dolor mucho mayor
que el que al presente le apena,
se conforma en su cadena
y se duerme en su dolor.
La boca siempre anda escasa
de pan en este lugar,
y no se puede pasar
más hambre del que se pasa.
Ronda el hambre nuestra casa
más de dos y tres eneros
si faltan los aguaceros
y el buen tiempo para el trigo,
y hambrientos miráis conmigo
pasar los meses enteros.
Soy ante el hambre prudente
y mudamente sufrido
cuando el hambre me ha venido
de un natural accidente.
Mas no aguanto mudamente
el hambre, si me lo dan
un corazón y un afán
de avaricia ciega llenos.
Para no morir, ¿qué menos
se puede tener que pan?

ROQUE.—
Será siempre nuestro sino
pasar esta vida airada,
a veces, con aire y nada,
a veces, con pan y vino.
No puede ser más mezquino;
y no sé por qué me trajo
a esta vida de trabajo
la madre que me pariera.
Mejor le fuera y me fuera
de haberme dejado abajo.

JUAN.—
Roque, supuesto que vas
sobre el mundo del arado
y a hombre estás destinado,
da pruebas de que lo estás.
No lamentes eso más,
que no es cuestión de lamento:
hoy es tan sólo el momento
de hacer por que el pan no se haga
una fantasía vaga
de imaginación y viento.
Habemos de retraer
al señor a la razón;
ésta es hoy nuestra cuestión
y no hay más cosa que hacer.
Si él ampara en su poder
sus ambiciones feroces,
y no escucha nuestras voces
por conducirse a lo avaro,
buscaremos nuestro amparo,
si es preciso, en nuestras hoces.
Siento hablar de esta manera,
mas me dicta el corazón
que, contra aquellos que son
fieras, obre como fiera.
Todo el brazo se me altera
cuando pienso en un tirano,
y en vano lo aquieto, en vano
a su inquietud con paz vengo,
que cuanto más lo contengo
más se rebela en mi mano.

Miguel Hernández: El labrador de más aire. Acto II, Cuadro 1º, Escena II (1937)

Versións:
Héctor Luis de Posada: Contra un poder tan tirano; Una canción para Miguel. A guitarra limpia (VVAA); 2009; Pista 6

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