Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas hurtado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
Sor Juana Inés de la Cruz: Poemas* (1690)
Versións:
Jaramar: Fantasía; Fingir que duermo; 1995; Pista 12
*[Poemas de la única poetisa americana, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el Monasterio de San Gerónimo de la Imperial ciudad de México, que en varios metros, idiomas, y estilos, fertiliza varios asuntos: con elegantes, sutiles, claros, ingeniosos, útiles versos: para enseñanza, recreo, y admiración. Dedícalos a la Excelentísima Señora, Señora Doña María Luisa Gonçaga Manrique de Lara, Condesa de Paredes, Marquesa de La Laguna. Y los saca a la luz D. Juan Camacho Gayna, caballero del Orden de Santiago, Mayordomo, y caballerizo que fue de su Excelencia, Gobernador actual de la Ciudad del Puerto de Santa María. Segunda edición, corregida, y mejorada por su Autora. Con privilegio. En Madrid: por Juan García Infançón. Año de 1690.]
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