Nosotros nos quedamos
y es muy cierto
que el miedo nos pisaba
los talones.
Las más veces callamos
y alentábamos
cierta conspiración
de los rincones.
Pero era inútil.
Los jóvenes llegaban
con ojos muy abiertos
y preguntas.
Porque si nos quedamos
fue por eso:
para decir que estábamos
afinando la furia.
Nosotros nos quedamos,
ciertamente,
sin barbas, sin respuestas
y sin caminos.
Prisioneros con nuestros
prisioneros
y todos nuestros
desaparecidos.
Nosotros estuvimos
aquí adentro
para que alguien pudiera
abrir la puerta
y hubiera mano
para dar la mano
al hermano
el día que volviera.
No hay heroísmo
porque nos quedamos,
ni hay héroes
que regresan, si regresan;
sólo hay hombres,
mujeres y muchachos
que luchan desde adentro
y desde afuera,
por este asunto
de las verdes cosas
y porque hay que fundar
la primavera.
Tuvimos miedo
pero nos quedamos.
Quiero
que nos comprendan.
Buenos Aires, 28 de diciembre de 1982.
Armando Tejada Gómez: Bajo estado de sangre (1974-1983) (1986)
Versións:
León Gieco: Nosotros nos quedamos; La historia esta, Vol.4; 1998; Pista 7
Gloria Lopresti: Elogio de la culpa; Armando Tejada Gómez, Vol.2 (VVAA); 2012; Pista 8
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