Pónganle a la suicida una hoja en la sien.
Una siempreviva en el hueco del cuello.
Cúbranla con flores, como a Ofelia.
Los que la amaron, se han quedado huérfanos.
Cúbranla con la ternura de las lágrimas.
Vuélvanse rocío que refresque su duelo.
Y si la piedad de las flores no bastase
Díganle al oído que todo ha sido un sueño.
Ríndanle honores como a una valiente
Que perdió sólo su última batalla.
No se quede en su hora inconsolable.
Sus hechos, no vayan al olvido de la yerba.
Que sean recogidos, uno a uno.
Allí donde la luz no olvida a sus guerreros.
Fina García Marruz: De los humildes y de los héroes. Habana del centro (1997)
Versións:
Sara González: A una heroína de la patria; Cuatro cosas; 1982; Cara B, Corte 5
Fina García Marruz: En la muerte de una heroína de la patria; Visitaciones. Col. Entre Voces; 2002; Pista 30
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